Morón de la Frontera

Un moronense que reside en Holanda lidera la revolución en investigación biotecnológica

Carlos Serrano es el CEO de Remode Solutions, una empresa que desarrolla biorreactores para la investigación en biotecnología

Carlos Serrano es el CEO de Remode Solutions, una empresa que desarrolla biorreactores para la investigación en biotecnología J. L. M.

Juan Luis Mármol

«Estamos aquí para cambiar las reglas del juego». Con esa frase concluye Carlos Serrano Fajardo su pequeña introducción (el clásico «About us») en la web de la pequeña empresa que cofundó y de la que es CEO: Remode Solutions .

Una declaración de intenciones contundente que, además, cobra mayor envergadura cuando se profundiza en el objetivo de Remode Solutions: crear biorreactores personalizados con la tecnología de impresión 3D , únicos, a partir de materiales reciclables y con conciencia ecológica.

Un avance que supondría la agilización de las pruebas que necesitan realizar los investigadores para demostrar sus teorías que, hasta la llegada de esta solución, tardaban años en poder realizarse. Y todo esto desde el pequeño cuarto de este joven moronense, que reside en Holanda, donde está estudiando un Máster.

La historia de Remode Solutions (en la que está junto a Emanuele Ribatti, Juan Arias Robledo y Roland Berdaguer) tiene mucho que ver con la pasión de Serrano por la cultura emprendedora y su faceta universitaria .

Tras concluir Bioquímica en la Universidad de Sevilla , comenzó el citado Máster en Holanda. «Había un curso sobre emprendimiento y allí nos pidieron una idea de negocio y hacer un pitch en un minuto», comenta.

Él presentó la idea de «diseño personalizado de biorreactores para investigación en biotecnología y parecía haber mucha aceptación por parte de alumnos y profesores». Más adelante, en grupos de trabajo, empezaron a trabajar para la viabilidad del proyecto, investigando y entrevistando a los potenciales clientes . «Su feeback nos hizo mejorar la idea, pero sobre todo, nos hizo ver que había gente interesada en ella».

Lo que empezó como un proyecto de clase pronto se convirtió en algo más. El potencial de los biorreactores personalizados era sumamente atractivo para los investigadores , principalmente porque agiliza los procesos y por su gran versatilidad: lo mismo sirve para la industria alimentaria que farmacéutica o de tratamiento de aguas residuales.

Pero el de Remode Solutions está enfocado en el campo de la biotecnología «por lo que podemos abarcar con la tecnología que tenemos y porque es un campo que está creciendo». Aquí cita multitud de ejemplos de los potenciales logros que se podrían alcanzar, de las importantes investigaciones que se realizan, «pero que se quedan ahí y no sale del laboratorio. Nosotros queremos que lo que se hace allí en botes pequeños se pueda hacer a gran escala».

«Los investigadores que quieren montar este tipo de reactores tienen dos alternativas: hacerlo ellos mismos, pero es un proceso largo y tedioso; o contratar un servicio externo que les construya el tanque personalizado », un trabajo artesanal que sale muy caro, tanto en dinero como en tiempo.

«Puedes esperar como tres meses, cuando la investigación es algo que debería ser rápido». Ahí está el factor diferencial de Remode Solutions: su impresora 3D permite, con materiales de calidad y reutilizables, la creación de tanques para biorreactores completamente personalizados según las necesidades del cliente, y en muy poco tiempo.

«Una impresora no se va a quejar si la explotas», señala entre risas. Así, lo que antes llevaría meses, «lo puedes hacer en cuestión de días».

Además, la empresa de Carlos Serrano tiene una fuerte conciencia ecológica. «Queremos implantar un modelo circular». Los biorreactores se hacen con polímeros plásticos. Se ceden al investigador, que lo usa durante el tiempo que le haga falta, y luego lo devuelven para que se pueda triturar y reutilizar.

«Así minimizamos residuos y lo hacemos todo más sostenible. La biotecnología es lo que conecta a la tecnología que necesita la humanidad con la naturaleza, al fin y al cabo. Es controlar en el espacio y en el tiempo los procesos que hay en la naturaleza».

Y todo esto desde el pequeño cuarto de su hogar en Holanda, pero con objetivos ambiciosos . Un proceso que puede revolucionar, con muy poco, la investigación. Porque, al fin y al cabo, Sic Parvis Magna: «La grandeza nace de pequeños comienzos».

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