Macario en el campo de fútbol de Lebrija donde entrena
Macario en el campo de fútbol de Lebrija donde entrena - A.H.
LEBRIJA

Macario, el entrenador de fútbol más longevo: «No se puede enseñar a un niño a engañar»

Recibe el reconocimiento de la Federación sevillana y de sus colegas tras 41 años entrenando en la provincia

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Para muchos el fútbol ha dejado de ser un deporte para convertirse en un negocio millonario donde priman la publicidad y los derechos de imagen. Sin embargo, lo cierto es que el fútbol base sigue existiendo por encima de figuras estratosféricas y presupuestos descomunales. Un hecho que se mantiene gracias a figuras como las de José María Muñoz, conocido popularmente en Lebrija como Macario por sus maneras de jugar muy parecidas a las de un centrocampista que militó en el Betis de 1966 a 1974.

Macario tiene 61 años de edad de los que al menos 41 lleva entrenando a equipos de categorías inferiores del Club Atlético Antoniano, primero como aficionado y desde hace 37 años como profesional titulado.

El Colegio Andaluz de Entrenadores de Fútbol le ha concedido el reconocimiento de «Entrenador de honor» por sus más de 35 años de ejercicio profesional y la Federación Sevillana de Fútbol le ha otorgado el «Escudo de oro» por su larga trayectoria.

José Muñoz fue jugador del Antoniano desde los 15 a los 25 años: «Me retiré porque perdí la ilusión por jugar», señala a ABC Provincia mientras dirige a un entusiasmado grupo de chavales que forman parte del equipo benjamín A, jugadores con 9 años de edad, la formación de la que ahora es responsable y que por el momento ha ganado los nueve partidos que ha disputado en competición oficial de la IVAndaluza Benjamín.

«Después me arrepentí de haber dejado de ser jugador, porque comprendí que entre 25 y 31 son los mejores años para un futbolista, pero ya era tarde y había que formar una cantera», recuerda Macario: «Sólo había un equipo en infantil y otro en juvenil, y poco a poco fuimos adaptando la plantilla de jugadores de la que disponíamos a otras categorías como cadetes, alevines, prebenjamines...».

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El entrenador, que llegó a ser coordinador de la cantera antoniana en la temporada 2013-2014 y que ha entrenado hasta a dos equipos a la vez, tiene claro que este trabajo inicial «permitió los logros que años después ha conseguido el club».

Su trayectoria le permite una visión global del fútbol lebrijano del que considera que se encuentra en la actualidad en un buen momento, con dos equipos en Tercera División, Atlético Antoniano y Unión Balompédica Lebrijana, aunque en su opinión ese es el límite, «el máximo nivel a que podemos llegar, ya que por cuestiones económicas la Segunda División B es inviable para los presupuestos que barajamos en los dos clubes».

Formación global y humana

«Yo apuesto por una formación global, humana y deportiva que prime la educación y el respeto», indica Macario que admite que «hay que jugar para ganar» pero aclara que «no es lo prioritario», por eso no concibe desarrollar el juego en estas escalas «como se hace en un equipo mayor».

El técnico canterano destaca que en los equipos que ha entrenado «no ha habido agresiones» y recomienda a los padres de estos pequeños jugadores que se olviden de pensar en la élite futbolística «porque no es el tiempo; todo debe ser natural».

A Macario no le gustan «las triquiñuelas del fútbol» por eso enseña a sus pupilos el juego limpio: «Limpieza absoluta, no se puede enseñar a un niño a engañar», dice.

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