La Laguna de Los Tollos aporta una gran riqueza medioambiental a la comarca del Bajo Guadalquivir
La Laguna de Los Tollos aporta una gran riqueza medioambiental a la comarca del Bajo Guadalquivir - A.H.
EL CUERVO DE SEVILLA

La laguna de Los Tollos, la tercera más grande de Andalucía, sin proyecto de futuro

Se han invertido en ella unos 8 millones y a finales de este mes termina la restauración ambiental de la iniciativa comunitaria Life +

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Cuando se decide restaurar una zona con claros valores medioambientales hay que proyectar también la recuperación del entorno desde el punto de vista social para hacer que las poblaciones cercanas vuelvan a asumir como propio ese espacio restaurado.

La Laguna de Los Tollos, con unas 90 hectáreas de superficie inundable en su mayor parte dentro del término municipal de El Cuervo de Sevilla, según recoge en su presentación el proyecto de recuperación y restauración medioambiental Life+ Los Tollos, «constituye la tercera de Andalucía en extensión, considerándose de especial relevancia ecológica, tanto por la importancia de sus comunidades biológicas, como por las relaciones que las poblaciones humanas han establecido con este espacio a lo largo del tiempo.

A pesar de las alteraciones funcionales que ha sufrido, a consecuencia de su explotación minera durante décadas, sigue constituyendo el centro de numerosas manifestaciones culturales de la población local».

Explotación minera

La explotación minera a cielo abierto se desarrolló entre 1976 y 1998 en la cuenca endorreica de la laguna con el objeto de extraer atapulgita, absorbente natural, biodegradable, utilizado en industria y en la higiene de mascotas.

El próximo 31 de diciembre, Life+ Los Tollos llega a su fin y en El Cuervo de Sevilla, desde el Ayuntamiento y desde la asociación ambiental Laguna de Los Tollos, se preguntan qué va a ocurrir con la laguna, un espacio protegido en la Red Natura 2000 como lugar de interés comunitario (LIC).

El proyecto, auspiciado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, comenzó a ejecutarse en septiembre de 2010 y estaba previsto que finalizara en 2014, pero las lluvias imposibilitaron cumplir con las fechas y se aprobó un año de demora que acaba el próximo 31 de diciembre. Ha supuesto una inversión cercana a los ocho millones de euros de los que el 39,3 por ciento han sido aportados por la Unión Europea.

Última fase

Terminada a principios de este otoño la restauración de la zona afectada por la actividad minera, los trabajos, que aún continúan, se han centrado en la restauración ambiental que incluye la corrección hidrológica, reforestación y creación de infraestructuras de uso público como miradores y senderos.

«Hay mucha gente que ha estado esperando el proyecto, pero es cierto que no se ha sabido conectar con el pueblo», lamenta José María Cala, presidente de la asociación ambiental Laguna de Los Tollos. Cala pone como ejemplo de esta situación el hecho de que «ha habido fases del proyecto que han necesitado obreros y no se ha contado con los trabajadores y empresas locales». A su juicio, «ha faltado el contacto directo», lo que lleva a que «mucha gente no asuma el valor intangible que tiene la laguna».

El presidente de la asociación critica que no se contemple un proyecto de futuro «para explotar la laguna de forma sostenible» y propone la recuperación de las cañadas «ahora ocupadas», establecer un cordón verde que conecte con la Sierra de Gibalbín y fomentar el senderismo, las rutas en bicicletas y el avistamiento de aves, «además de dotar de contenido al aula de la naturaleza».Desde el Ayuntamiento se exige a las administraciones supramunicipales un proyecto de futuro «para el uso público del espacio recuperado».

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