Una empresa quiere llenar Carmona de pictogramas para ayudar a personas con problemas del lenguaje

Ha comenzado a implantarlos en comercios y empresas a través de una iniciativa solidaria

Responsables de la empresa Quercus, que ha puesto en marcha la iniciativa ABC

Alberto Mallado

Actos sencillos para la mayoría, pero que para las personas con problemas de inclusión social resultan una barrera. Una empresa de Carmona, Quercus, está decidida a romper uno de esos muros, con una herramienta versátil y de gran utilidad, los pictogramas, que facilitan la comprensión del entorno a personas con necesidades educativas y del lenguaje.

Identificar los estímulos de la vida cotidiana se hace complicado para diversos colectivos y sin la ayuda de rótulos o indicativos se convierte en algo imposible. Un límite para su vida. Pero hay una fórmula para resolverlo. Se trata de utilizar pictogramas: dibujos, signos claros y esquemático s que representan un objeto, una figura o un concepto.

Un ejemplo es un niño o un adulto que no sabe leer o que tiene dificultades para la comunicación. Ir a comprar el pan a una tienda de alimentación se le hace una tarea imposible. Pero si en la puerta de la panadería hay pictograma que le indica el tipo de comercio que busca, en el interior otro que le muestra donde está el mostrador del pan y otro más que le señala donde pagar puede acometer la tarea por sí mismo.

La idea de Quercus es llenar los comercios de Carmona de pictogramas que permitan hacer comprensible el entorno a estas personas, son para ellos claves que les ayudan a entender el mundo y ordenarlo en su mente. Lo mismo que necesitamos todos, pero que estas personas requieren de forma distinta.

Los pictogramas son una técnica que se trabaja de forma habitual en centros especializados o en colegios y que ofrecen muy buenos resultados, explican desde Quercus. Sobre todo con personas con autismo o con discapacidad intelectual, pero hay muchos trastornos que generan dificultad en la comunicación, la lectura o el habla. También es habitual que las familias lo empleen en sus casas. Se estima que hay un 1 por ciento de la población diagnosticada con autismo. Entre ellos hay niños que no saben hablar y que desgraciadamente no van a hacerlo nunca. Para ellos los pictogramas pueden ser su forma de relacionarse con el mundo y no quedar aislado del mismo.

Quercus es un centro de atención a la diversidad que ha abierto recientemente en Carmona y que además de atender a personas con diversos problemas quiere hacer de Carmona un lugar más amable para ellos.

La idea parte de José Carlos Jiménez, maestro en pedagogía terapéutica y con él la desarrollan un equipo formado por Laura Fernández, Marina Ibáñez y María José Rivero, psicóloga, logopeda y pedagoga respectivamente. En la práctica se desarrolla además de forma solidaria. Las empresas interesadas en participar sólo tienen que aportar diez euros, dos de ellos son el coste de la impresión y el resto Quercus lo destinará a la Fundación el Gancho Infantil promotora del proyecto La Azotea Azul que construye un espacio lúdico y terapeútico para los niños ingresados en el Hospital Virgen del Rocío.

Por ahora la respuesta de las empresas ha sido muy positiva. En pocos días ya hay 30 que participan en el proyecto y otras muchas que se han interesado por él. A ellas se les ofrecen pictogramas genéricos y también otros adaptados a su tipo de actividad.

La idea de la gente de Quercus es que esta sea sólo la primera parte del proyecto y que además de en tiendas, bares y empresas, puedan instalarse pictogramas en centros administrativos y espacios públicos, de forma que Carmona sea un ámbito amable para estas personas.

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