El Cuervo de Sevilla

El Cuervo sigue buscando su identidad como pueblo

El día 19 celebra el 25 aniversario de su constitución como ayuntamiento independiente

Antonio Amarillo con su libro sobre la segregación en la exposición fotográfica y de documentos del proceso ALEJANDRO HERNÁNDEZ

ALEJANDRO HERNÁNDEZ

La historia de los pueblos está llena de momentos que duran apenas un instante pero que acaban convirtiéndose en hitos históricos. En la historia de la segregación de El Cuervo de Sevilla de su ayuntamiento matriz de Lebrija, que culminó en diciembre de 1992, existe uno de esos momentos que ha quedado como la imagen más icónica de todo el proceso de independencia: Andrés Amarillo subido al balcón de la Tenencia de Alcaldía cuerveña el 19 de abril de 1989 descolgando la bandera de Lebrija durante una de las muchas «tomas» que cerraban las continuas manifestaciones vecinales previas a la definitiva segregación.

Ahora, uno de sus sobrinos, Antonio Amarillo , 33 años y profesor de Historia en el IES Bajo Guadalquivir de Lebrija, se ha convertido en un estudioso del proceso , su mejor conocedor, en el heredero de la icónica imagen de su tío.

Andrés Amarillo quitando la bandera de Lebrija BEJAMÍN BEJARANO

«La foto se tomó al final de una manifestación, ante el edificio de la antigua Tenencia de Alcaldía de El Cuervo , cuando mi tío Andrés Amarillo, una persona muy vehemente pero también con mucha sangre fría, sube al balcón y quita la bandera de Lebrija», explica a ABC de Sevilla Antonio Amarillo que además puntualiza que «la guardó y al día siguiente la entregó en el Registro del Ayuntamiento de Lebrija como símbolo de que El Cuervo quería su independencia y de que Lebrija debía aceptarla».

El próximo 19 de diciembre se cumplen 25 años desde la constitución del Ayuntamiento de El Cuervo de Sevilla , una efeméride que el consistorio no quiere dejar pasar, para la que se llevan celebrando actos y eventos desde principios de mes, y que culminará con un pleno institucional la mañana del 19 y la proyección de un documental sobre el proceso de segregación elaborado por la televisión local TeleCuervo. El Ateneo Cultural Andaluz Arbonaida , al que pertenece Antonio Amarillo, ha colaborado directamente con el ayuntamiento en la programación por las bodas de plata de la independencia.

Amarillo hace una valoración positiva, «desde el punto de vista material», de los 25 primeros años del Ayuntamiento de El Cuervo de Sevilla señalando que «se ha producido una evolución importante, un cambio brutal para bien en infraestructuras , aunque no se acaba de encontrar un proyecto como pueblo que asiente un auténtico sentimiento de identidad». A juicio del historiador, «existen los símbolos pero no tienen contenido y, además, poco a poco se va olvidando la celebración» de la constitución de la corporación municipal y del proceso de segregación.

El autor de «La segregación de El Cuervo 1988-1992. Un antes y un después en su historia» considera que «desde la política y la sociedad civil no se ha trabajado el proyecto de pueblo, algo que sí se hizo durante los cuatro años que duró el proceso, no se ha trabajado un proyecto de futuro y de colectivo humano ». El experto opina que la movilización social fue mayoritaria desde que en 1987 comenzaron las primeras acciones reivindicativas serias, «contaron con un apoyo claro», asegura, «pero se llegó a la meta y nos hemos quedado dormidos ».

Antonio Amarillo propone para superar esta apatía «trabajar la memoria» y destaca que « la cultura es el único camino , porque nos afecta a todos al ser un elemento que abarca todas las actividades del ser humano». Propugna que desde la cultura se cree un proyecto de pueblo «que ha sido referencia en todos los procesos de segregación municipal». Añade que «tenemos que aprender del pasado» e insiste en que «la cultura es la llave para consolidar lo que fue la segregación».

En esta línea, el profesor tiene en cuenta que El Cuervo es una población de 8.700 habitantes originariamente jornalera procedente de la sierra de Cádiz y de Lebrija, que se mezcló a finales del siglo XIX y principios del XX y que llegó con sus propias costumbres. Desde su análisis esta diversidad, que es la característica principal de la población, «no acaba de encontrar el catalizador, el elemento de unión» por lo que se decide por apostar por elementos culturales como el Carnaval o la romería de la Virgen del Rosario, patrona de la localidad, «dos costumbres muy arraigadas, con mucho peso y distintivas en relación a otras poblaciones cercanas», y por recuperar y rehabilitar el patrimonio local como la Casa de Postas, monumento del siglo XVIII identificativo de El Cuervo y su historia como lugar de camino y fonda, el edificio de la antigua Tenencia de Alcaldía o las viviendas protegidas construidas durante la dictadura franquista.

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