Narcotráfico | cádiz

Seis años de cárcel para un empresario de Jerez que metía cocaína por Algeciras

La Audiencia de Cádiz condena a todos los miembros de la red que introducían la droga por el puerto algecireño camuflada como fruta

M. Almagro

La Sección Octava de la Audiencia de Cádiz ha condenado a seis años y dos meses de prisión a A. R., el cabecilla de una red que se dedicaba a introducir partidas de cocaína camuflada como mercancía legal en contenedores por el puerto de Algeciras.

El juicio se celebró el pasado mes de abril y varios encausados, entre ellos, el señalado como jefe de la trama -de nacionalidad brasileña pero vecino de Jerez- y su pareja, que actuó como cómplice, llegaron a una conformidad con el Ministerio Fiscal. Para la pareja la acusación solicitaba once años de cárcel y finalmente ha sido sentenciada a tres.

La vista continuó celebrándose ya que otros encartados no alcanzaron ningún acuerdo al no admitir su autoría en los hechos. Finalmente el tribunal ha condenado a todos los procesados a penas que oscilan de entre los seis años y dos de meses del principal implicado a los dos años, en relación a su grado de participación.

El juicio se celebró tras la investigación realizada de manera conjunta por la Policía Nacional y la Agencia Tributaria, quienes en octubre de 2021 desmantelaban este entramado empresarial situado en Jerez, e incautaban más de 300 kilos de cocaína que esta supuesta organización criminal pretendía introducir en España por el puerto algecireño ocultándolos entre mercancía legal. En esta ocasión, intentaron camuflar la droga en contenedores de plátanos llegados desde Colombia. La operación finalizó con la detención de ocho personas.

Una sociedad 'legal'

El tribunal da ahora como hechos probados que esta red que dirigía A. M. disponía de diversas empresas con las que hacía importaciones de mercancía legal, de fruta y verdura, «con el objeto de ocultar la sustancia estupefaciente» en estas cargas. «A fin de crear una apariencia de legalidad, los procesados constituyeron un conglomerado de empresas», señala el fallo.

Estas sociedades permitían al acusado ocultar su verdadera actividad bajo una apariencia de normal funcionamiento empresarial. «Así, los procesados las utilizaban con el único fin de aparentar operaciones de comercio internacional de frutas y alimentos traídos desde Sudamérica para introducir cocaína en grandes cantidades y usando un tráfico habitual de mercaderías».

La carga que los procesados importaban a España, y que simulaban una apariencia de actividad comercial ordinaria, eran vendidas a un precio muy inferior al de mercado llegando a ser inferiores al 50 por ciento. «Esa apariencia de legalidad permitía a los procesados que la cocaína pasara inadvertida dentro de operaciones comerciales aparentemente normales en todos sus eslabones», estima el tribunal.

Por otro lado, estas operaciones de comercio internacional requerían que los acusados tuvieran que entablar relaciones con otras empresas dedicadas a la prestación de servicios relacionados con el transporte y lícita introducción de mercaderías en territorio nacional a través del puerto de Algeciras. Dichos contactos eran siempre realizados directamente por el jefe del entramado.

Pillado

Pero la Unidad operativa de Vigilancia Aduanera tuvo conocimiento de la llegada al puerto de Algeciras de dos contenedores sospechosos. De esta manera en la mañana del 20 de octubre de 2021 se personaron en la terminal donde se encontraban dichos contenedores e inspeccionaron la carga.

Los agentes comprobaron que debajo de las bananas se ocultaban unas pastillas en forma rectangular que venían envueltas en plásticos y que en su interior había una sustancia blanquecida que resultó ser cocaína. En total habían cargado 244 de estos paquetes, unos 300 kilos de droga.

Una vez detectado se hizo un seguimiento de dicha carga y se comprobó que con la mediación de varios conductores la droga se trasladó en camión a una nave ubicada en Guadalcacín donde se iba a ocultar. En la inspección, los agentes comprobaron que esta superficie no tenía ningún tipo de refrigeración para conservar los plátanos ni ningún otro alimento y tampoco logística alguna para esta actividad.

Durante el juicio los acusados de formar parte de esta red y que eran los trabajadores contratados para trasladar y descargar la droga en la nave de Jerez, aseguraron que no llegaron a tener conocimiento de que dentro de las cajas de plátanos había cocaína. Sin embargo para el tribunal «las declaraciones de los procesados no ha resultado creíbles, independientemente de las contradicciones en que hayan incurrido. A juicio de la Sala lo mas importante es no olvidarnos de cual era realmente la operación que se estaba llevando a cabo. Se trataba del transporte desde Colombia a Jerez de 300 kilos de cocaína valoradas en nueve millones de euros; el cargamento había llegado a Algeciras. Estamos, por tanto, ante un acto de trafico de entidad y gravedad, realizado presuntamente por personas que lo han intentado en otras ocasiones; no es un hecho puntual», estima la sentencia.

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