Francisco Javier Román, en el banquillo de los acusados
Francisco Javier Román, en el banquillo de los acusados - ABC
Tribunales

El jurado declara culpable de asesinato al descuartizador de Dos Hermanas

La Fiscalía rebaja su petición de cárcel a 15 años atendiendo a la condición de drogadicto del acusado

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Por unanimidad, el jurado popular ha declarado culpable de un delito de asesinato a Francisco Javier Román de Dios, de 39 años, quien mató y descuartizó a su tío Diego de Dios en la vivienda que compartían en Dos Hermanas, en febrero del año pasado.

La lectura del veredicto se ha producido este martes en la Audiencia Provincial de Sevilla. No ha habido discrepancias entre los miembros del tribunal en cuanto a la autoría de los hechos y su calificación como asesinato. El propio acusado los había reconocido al responder afirmativamente a la única pregunta que le hizo la fiscal en la primera sesión del juicio, celebrada el pasado 30 de junio: «¿Son ciertos los hechos que relata el escrito de acusación del Ministerio Fiscal?».

Ese fue el exiguo interrogatorio del Ministerio Público que así daba por confirmada toda su línea argumental. Apenas se oyó hablar más al acusado, quien afirmó que estaba arrepentido y justificó el haber descuartizado el cuerpo porque «no sabía lo que hacer con él».

En cambio, esta martes no ha habido unanimidad en cuanto al segundo delito que reclamaba la Fiscalía: la profanación de cadáveres. Para la acusación pública, descuartizar el cuerpo fue una acción innecesaria porque el asesinato se había cometido sin testigos y Francisco Javier podía haber ocultado el cadáver. Para la fiscal, el procesado buscaba atentar contra la dignidad de la víctima. El jurado ha declarado también la culpabilidad en este segundo delito pero por siete votos a favor y dos en contra.

Consumidor desde los 17 años

El presidente del tribunal tiene que redactar ahora la sentencia. La Fiscalía pedía de inicio una pena de 25 años y cinco meses de prisión. Pero este martes la ha rebajado a 15 años y el pago de una multa de 1.080 euros porque el tribunal ha reconocido la atenuante de drogadicción. Según afirmó Francisco Javier en el juicio llevaba consumiendo desde que tenía 17 años.

Por su parte, la defensa ha reclamado la imposición de la pena mínima reconocida para ambos delitos.

El 26 de febrero del año pasado se inició una discusión en la casa de la víctima. Diego de Dios había acogido hacía unos meses a su sobrino, que hasta entonces había vivido en Gerona. La convivencia era mala porque el condenado le quitaba cosas a su tío para venderlas. Precisamente la desaparición de una consola fue el detonante de la última pelea en la que fue asesinado Diego, que tenía 54 años.

Francisco Javier golpeó a su tío y lo dejó inconsciente, lo que aprovechó para rematarlo destrozándole el cráneo con un martillo y una picola (un pico de cantero). Después llevó el cuerpo al baño de la casa y allí lo descuartizó de manera minuciosa, cortando cada parte, desangrándola y guardándola en paquetes.

Tres días después y cuando ya se había desecho de varios paquetes, la Policía llamó a la puerta en busca de Diego porque habían denunciado su desaparición. Fue entonces cuando les abrió y les indicó a los agentes: «Ahí está mi tío», mostrando los trozos que quedaban del cadáver.

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