con 'c' de cádiz

Figue: «Con Tamara la gótica me sentí Messi por una semana»

josé manuel figueroa barrios. cuartetero

Esta noche se sube a las tablas del Falla con su cuarteto un gaditano que llegó a estar a nada de debutar con el Cádiz el mismo año que pegó su primer pelotazo en el Falla

Figue, canterano y cadista desde chico, en el mítico bar Gol. nacho frade
Alfonso Carbonell

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Llueve. Hemos quedado en el Bar Gol y no hay más remedio que meterse dentro. Malo. El hostil ruido de la cafetera, el chocar de las tazas con los platos, el ruido de los cubiertos y las charlas de los clientes que se multiplican con la llegada de la lluvia. Pésimos condicionantes para una entrevista, pero hoy estoy de suerte pese al agua. He quedado con la voz del Falla, esa de José Manuel Figueroa Barrios (Cádiz, 1975), capaz de hacerse con todo un teatro y que hace que el pitido intenso y desagradable de la máquina del café se convierta en un leve susurro a oídos de la grabadora. No pasa ni media.

Figue es de 'Cádi Cádi' y del Cádiz, por eso la foto la foto le viene que ni pintada por mucho que hayamos quedado para hablar de Carnaval. Pero charlar con este gaditano es mucho más que hacerlo de la fiesta grande de la ciudad, donde él ya ha sellado su nombre. Fútbol, mili, infancia y experiencias laborales hacen que cada una de sus anécdotas den para un libro, de esos que él se empapa continuamente tras sus guardias en la comandancia civil.

Esta noche regresa al Falla con su cuarteto, el clásico, el rimado, el de 'Cádi, Cádi' y el que sigue al pie del cañón de una modalidad en crisis eterna. El Figue cuenta las cosas con la gracia que dice no tener por su timidez pero que irremediablemente tiene. Pone la voz idónea en cada momento exacto y luce con maestría una educación que se hace notar con su sola presencia, puntual, norma de la casa. Como todos, Figue ha recibido golpes en la vida, pero a todos ellos se ha enfrentado con elegancia y sin hacer más ruido del que ya de por sí hacen los golpes. Eso sí, hoy se prepara para dar un nuevo golpe. Y con ruido, mucho ruido. Blán, blán. Va telón.

-¿Dónde nació?

-Yo soy de 'Cádi, Cádi'. Nací en el Hospital de San Juan de Dios.

-Qué añejo. ¿Y por qué allí?

-Las familias de mis padres eran de allí; Teniente Andújar, Compás de Santo Domingo...; Imagino que les cogería más cerca que ir a Zamacola e incluso todavía estaría operativo el Hospital de Mora.

-¿Y dónde ubicamos la residencia familiar?

-En cuanto nazco mi padre compra una casa en la Segunda Aguada, en Lacave, donde hacemos vida hasta hoy mismo.

-Colegio y amigos.

-El colegio que más cercano tenía era el Andalucía, el que hoy es Juan Carlos Aragón, pero no sé por qué me mandaron al colegio público Eduardo Benot, que le decían el cuadrado; el verde y blanco que ahora es amarillo y que ahora creo que es una ludoteca para pibes. Estaba el cuadrado, que era el mío, y detrás estaba el redondo, donde estudiaba el Gago. Allí hice toda la EGB y es donde hice a todos los colegas de toda la vida. Aquello no consistía más que estudiar e ir al patio a jugar al fútbol, lo que ahora ya se ha perdido. Íbamos a jugar a la pista antigua del Alberti, a la del campo el cura, donde jugábamos los maratones con los amigos del barrio. Pero sobre todo lo que se vivía entonces para divertirse era la calle.

-Pelín peligrosa por entonces...

-Sí que lo era, pero mira, yo ya por entonces tenía a 'papi' y 'mami' muy reacios a que yo estuviera en la calle, precisamente por eso, porque en esos años estaba la cosa complicada.

-Aún estaba la vía del tren, un entorno donde había mucha drogadicción.

-Así era, pero en ese aspecto yo siempre estuvo muy resguardado por mis padres. Hasta el punto de que ya con cierta edad tener que mentirles para irme de camping con mis amigos haciéndoles en 'complú' con la madre de unos mis colegas, que les hacía creer que me quedaba en su casa esos días. Fíjate las artimañas que tenía que hacer. Además yo, que era el hermano mayor de dos y tenía que abrir más puertas.

-¿Cómo era ese ambiente de la vía? ¿Algún recuerdo malo o los drogadictos respetaban a los chavales del barrio?

-La recuerdo muy bien, como el paso a nivel. Y sí, los más pequeños nos sentíamos respetado en el barrio. Además, también había ciertas zonas que a determinadas horas intentabas esquivar o al menos ir siempre acompañado. Estamos hablando de una edad, 13, 14 años, que te puedes dejar engreír muy fácilmente. Pero es verdad que viviendo en Segunda Aguada tenías al lado el Cerro del moro o Guillen Moreno que por entonces se decía 'ojo que como me meta por aquí a ver cómo salgo'.

-Jajajaja Sí, sí. Así era. Vaya tiempos.

-Gracias a Dios esos barrios ya están mucho mejor aunque hubo momentos puntuales que hubo repuntes de ese tipo de cosas. Yo tuve la suerte que desde pequeñito tuve a mi abuelo materno, que siempre mi inculcó, además del tema de estudiar, el deporte. Yo siempre tenía dos cosas; estudiar y entrenar. Si me dejaban salir para jugar no era hasta tarde. Lo tenía todo muy estructurado.

-Pero de todo habría en la pandilla, ¿no?

-Claro, pero en cuál no. Pero qué pasaba con esto, que después, saltándome un montón de años, yo cogí cierta fama de si me gustaba mucho el cachondeo. Sobre todo cuando yo jugaba en el Cádiz y salía en Carnaval, pero todo aquel que me conoce sabe perfectamente que soy una persona que me gusta poco salir, apenas pruebo el alcohol y drogas ni te cuento porque no sé ni lo que es fumar un cigarro. Pero claro, ya se creaba ese estigma en torno a mí por salir en el Carnaval.

-Pues sí. Yo mismo le pude haber etiquetado fácilmente antes de conocerlo. Entono el mea culpa.

-No sólo tú, un montón de gente que me ha tratado me decía -pone voz de chungo- 'este un golfo, 'to' el día con el Carnavá, con er furbo; este lleva to palante...'. Todo lo contrario. Nunca me ha gustado ir a la carpa y a los botellones iba de forma muy puntual. Pero claro, se me puso ese estigma con el Carnaval, que ya afortunadamente no tanto, pero antes estaba muy mal visto. Pero antes te metían en el boquete sin ni siquiera conocerte.

-Así era, sí. Antes de entrar en el Carnaval, hago una parada en el fútbol, otra de sus pasiones. ¿Siempre portero?

-Antes de nada, yo empiezo en el fútbol sala de la mano de mi abuelo, que trabajaba en Construcciones Aeronáuticas.

-El mítico CASA.

-Efectivamente. Los primeros recuerdos que yo tengo es de jugar de defensa, pero creo que no llegué a jugar ningún partido porque Construcciones Aeronáuticas tenía un cierto poder adquisitivo y antes de empezar la temporada te regalaba una equipación, un chándal, unas zapatillas Kelme y unos guantes a los porteros. ¿Y qué pasó? Pues que los dos porteros que tuvimos esa pretemporada en cuanto le dieron el chándal y los tenis ¡se quitaron de en medio, quillo!

-Jajajajajajajaja

-Digo. Y ahí acabé yo, de portero. Pero ya te digo que no tenía pensamiento de serlo ni nada.

-¿Pero daba el perfil o cantaba demasiado en las fotos típicas del equipo inmortalizado en la portería?

-No, no, era normal. No era excesivamente pequeño. Empecé a ir, sobre todo por mi abuelo, que fue una pieza fundamental en todo esto porque en verdad en Construcciones Aeronáuticas entraban solo hijos de trabajadores y yo era nieto y sobrino.

-Claro, claro. Lo mismo pasaba en Tabacalera o en el Portuario, por ejemplo.

-Pues yo, entre mi abuelo y mi tío, que también trabajaba en CASA, me metieron en el equipo. Y la verdad es que la portería se me dio bien desde el principio. Porque no solo entrenaba y jugaba con el equipo, también me cogía mi abuelo y me llevaba a la playa a entrenarme más con disparos a puerta.

-Ya una vez iniciado, hágame un resumen hasta que llega al Cádiz B.

-Comienzo a destacar en el CASA y hasta llego a jugar una Copa del Rey, donde llegué después de que me fichara Carmona para el Tiempo Libre; all´coincidí con Diegui, que también estuvo en el Cádiz B, con Juanito (el del Betis), con Joaqui Acedo, con Paco Sauco, Manolito Robles, que estuvo también en el Betis. Ahí se creó una camada importante. La fase final se jugó en Málaga y me acuerdo perfectamente el nombre del equipo rival, Inmobiliaria Castillo. ¿Por qué me acuerdo? Porque cuando me ficha el Tiempo Libre para jugar la fase final, ellos mandan unas alegaciones diciendo que mi ficha no era correcta y se impugnó el partido. Nos colamos a jugar esa final tres equipos. Eso era para haberlo visto. ¡Verme calentando en la misma portería con el otro equipo dándome codazos con el otro portero para coger sitio porque ellos decían que estábamos descalificados! Eso sería último año de alevín, que ya fiché por el infantil B del Cádiz, con Paco Baena de entrenador.

-De fútbol ya. ¿Vámonos que nos vamos?

-Sí, sí. También tengo de entrenadores a Manolo Ros, Manolo Rueda, Grimaldi, Antonio Cama...

-¿Por dónde entrenaban de entonces?

-Nosotros entrenábamos a la espalda de fondo sur, en alquitrán. Dábamos vueltecitas al estadio cuando tocaba correr, que te quedabas por aquí (Bar gol y alrededores). También nos íbamos muchas veces a la playa y un día a la semana teníamos la oportunidad de ir al Rosal. Pero para ir a entrenar al campo de albero con menos arena que 'pa' qué, como si fuera el Complejo. Y eso para nosotros era lo más. Había infantil A y B.

-Para hacernos una idea del Cádiz CF. ¿Qué fatiguita andaba pasando en la época?

-Yo creo que ya estaba Antonio Muñoz recién llegado. Podría coincidir en el tiempo con los últimos años de Irigoyen, la venta y la llegada de Muñoz. Todos esos años locos en Segunda B.

-Ufff, ruina gorda.

-Pero ruina. Voy pasando categorías hasta llegar al División de Honor juvenil, donde paso una época en la que no termino de contar con los minutos que yo quisiera. Yo me ofuscaba, pero ante todo lo sentía por mi abuelo, que seguía confiando mucho en mí. Así que me fui porque sentía que estaba entrenando mucho y hartándome de trabajar para no tener resultados. Mi abuelo se cogió un sofocón de categoría. Resulta que a los pocos meses me repesca Paco Martínez para el Panamá, con el que hacemos una temporada de categoría y ascendemos de categoría. De esta etapa guardo muy mal recuerdo porque en un partido en La Línea en el que juego muy bien me dicen, cuando salgo de los vestuarios para comentarlo con mi abuelo, que se lo habían tenido que llevar al hospital. Imagínate el golpe. Yo era un chaval y estaba allí solo con la gente del club, a los que tuve que decir que cómo no se les había ocurrido sacarme del partido. Tuve que llamar a mis padres desde el hospital y casi que darles la noticia. Fue un palo muy gordo como no puede ser de otra forma. Aún lo echo de menos.

-¿Dónde estaba la sede del Panamá?

-En una peña al lado de la Iglesia de La Palma, que por ser de allí también entrenábamos en la playa de La Caleta y eso. Recuerdo que jugábamos muy bien al fútbol y que incluso mucha gente iba al Complejo a vernos. Total, que hago una campaña de categoría con ellos y me vuelve a llamar el Cádiz. Fue algo que me gustó, pero también me hizo dudar porque a ver si me llamaban otra vez para tenerme en el banquillo. Así que con edad juvenil paso al Cádiz B, que creo que lo entrenaba Antonio Cama. ¡Ah. no, no! Lo entrenaba Pedro Pajuelo, ojo.

-Me suena mucho, pero no le pongo cara. Espera, espera. Acabáramos.

-Peligro. ¡Ese, ese, ese!

-Pffffff. (Pedro Pajuelo fue condenado por abusos a menores)

-Pues todo lo que te diga de este hombre en ese aspecto, pues todo lo contrario que se pueda pensar porque el nota era un tío bruto, de esos de 'venga a echar cojones en el campo'. Lo último que yo podía imaginar a los años es que había cometido ese tipo de delitos. Yo llegaba del juvenil de Panamá, con una preparación física normalita, y lo primero que me hacen en el Cádiz B es meterme con este hombre a correr por los pinos del Rosal. En mis dos primeras semanas nada más que hice vomitar. Este Pajuelo diciendo '¿de dónde me habéis traído a este chaval! Y es que yo estaba compitiendo con gente de 20, 21 o 22 años y yo tenía 18.

-¿Dónde estaba el Cádiz B y quién era su competencia?

-Estaba en Tercera y coincidí con Vega, un portero rubio que era de Sanlúcar. En el Balón estaba Domingo. Y como las dos posiciones estaban bien cubiertas, entonces lo que necesitaban era una especie de suplente. Si Vega subía al primer equipo yo jugaba con el Balón y si no pues me quedaba de suplente de Vega en el filial. Solía jugar pero en el Balón.

-Desde fuera se podía ver el Balón como un equipo desterrado en el que caen ya los canteranos que no llegarán al primer equipo y tienen ya una edad no muy acorde a un filial. ¿Cómo definiría al Balón Aficionado usted que lo ha vivido? ¿Es correcta mi visión?

-No la comparto. El Balón Aficionado se veía como una parte más de la cantera del Cádiz, lo que sí es verdad es que, por la categoría en la que militaba sí que te encontrabas con equipos de ese tipo; con veteranos que ya venían de vuelta de todo, que se la sabían todas. Y no era un paso atrás, al revés, se veía como un paso más en la formación, en la madurez de ese fútbol que siempre se puede necesitar. Era una forma de hacerte más futbolista y de llegar más baqueteado al filial o al primer equipo. Y es que en esa categoría había cada emboscada en cada campo; muchísima maldad.

-¿Alguna anécdota?

-En San Martín del Tesorillo metían los coches hasta en el campo. ¡Detrás de la portería te metían un coche!

-Jajajajajaja Pelín complicadillo centrarse en parar ahí, ¿no?

-¡Homeeeeee! ¡Qué había un córner y te metía el nota la luz larga!

-Jajajajajajajajajajajajajaja

-O el típico que te metía el paraguas. Grandes emboscadas.

-Jajajaja Bueno, y ¿cómo acaba su relación con el Cádiz?

-Creo que fue en el 95, que es cuando ya estoy en el Cádz B por derecho, por edad, por todo. Manolo Robles estaba de portero, también Juanito el del Betis, Julio Puig, Canito, Dani, un mediapuntita de muchísima calidad que había que hizo todas las categorías inferiores de la selección española... Pues bien, ese año coincide con mis primeros contactos con el Carnaval. Ahí es donde se comienza a fraguar esa fama de golfo malentendida por completo.

-¿Qué edad tendría?

-Yo tendría 20 años y nunca había salido en el Falla, ni en juvenil ni en nada, pero mis colegas me preguntaron si me apetecía. Yo seguía el concurso, pero no era un forofo ni mucho menos.

-¿Y cómo estaba de valorado en el Cádiz B?

-Yo por aquella época estaba entrenando bien, era el suplente de Robles y Vega ya estaba de segundo en el primer equipo, donde estaba Ángel Férez.

-Palabras mayores.

-Digo. Yo sí me veía valorado porque quieras o no estaba entrenando formando parte de un grupo y estaba en el Cádiz B, pero claro, como no era titular indiscutible me dije 'po mira, yo voy a probar esto del Carnaval. A ver qué tal'.

-¿Quiénes fueron sus contactos?

-El Bocu y el Gago, mis colegas de toda la vida de Dios, que a su vez contactaron con Valdés, que nos escribió 'Aquellos maravillosos años'; yo iba vestido de novia, 'to' de foame e imitando al Masa. ¡El boom mío fue por todo lo alto! Debutamos siendo segundo premio. Y, escúchame, el primero se lo lleva Windows 98, que venía Rota después de un montón de años. Fue increíble vivir eso, sentirse querido en tu tierra.

-Volvamos al fútbol.

-Sí, sí. Pues en esos ensayos previos ya al concurso resulta que Férez se lesiona o lo expulsan y Vega tenía que jugar ese partido; entonces me convocan a mí con el primer equipo. Fue en Carranza, con Chico Linares de entrenador y contra la Unión Deportiva San Pedro de Alcántara. En ese Cádiz estaban Luna Eslava, Bernardo, Luina, Verastegui, Chico Segundo...

-Uff, ¿y el golfo era usted? Jajajaja

-Bueno, bueno. Jajaja. Ese equipo tenía mucha guasa porque más de una vez me metieron en el vestuario del primer equipo a cantar cuplés. Había uno que decía que Fali Montes no le marcaba ni a los pórticos de Astilleros. No vea los mosqueos que cogía.

-Jajjajajaja ¿Y cómo recuerda esa tarde del 17 de diciembre de 1995 en el banquillo local de Carranza ante el San Pedro de Cacho Heredia?

-Fue una experiencia de categoría, sobre todo lo que fue la semana entrenando con ellos. Yo estaba que me salía, loco, pletórico. Chico Linares me llegó a decir: 'Céntrate en esto, que ya me he enterado que estás con el Carnaval y como sigas por ahí vas a acabar poniendo escayolas y ladrillos'. Pues total, hay un momento del partido en el que Vega hace una entrada casi fuera del área y me vi debutando, pero fueron cinco segundos nada más, el tiempo de llegarme al coco que ya habíamos hecho todos los cambios. O sea, que si lo hubieran expulsado tampoco hubiera jugado. Gran bajonazo.

Campito de la previa en la que aparece Figue en el banquillo del Cádiz.

-Sintió el egoísmo del futbolista, ¿no?

-Más que el egoísmo, el nerviosismo y la ilusión perdida porque tenía a todos mis colegas en el fondo norte. También recuerdo ese calentamiento que yo le hice a Vega, que no veas. Pegándole a puerta a muerte; le metía unos goles que él me decía con razón: 'Quillo, que esto está hecho pa calentar que no vea la de goles que me estás metiendo y me estás dejando en evidencia delante to el mundo (risas)'. Y yo a él. 'A ve si te escoño'. Jajaja

-Y después de ese casi sueño cumplido, ¿cómo fue volver al B'?

-Pues nada, la misma situación que antes. jugando poco hasta que llega el Carnaval y triunfo las mieles del éxito. Ya después se me relacionaba mucho con el Carnaval; además había muchas actuaciones los fines de semana. Creo, creo, creo eh, creo que algún que otro entrenamiento falté. Acabó esa temporada y yo ya veía el percal, cómo me miraban y tal y cuando termina la Liga pues normalmente te enviaban una carta a casa con 'incorpórese tal día de verano', pero ya no la recibí más.

-¿Dejó el fútbol?

-No, no, fue ipso facto. Recuerdo que en el verano del 96 termino en el Cádiz B y en el mercado de invierno ficho por el Vejer, donde ascendemos a Regional Preferente. Allí estuve temporada y media hasta que en el 98 me toca hacer el servicio militar. No podía olvidarme de Vejer y más este año que el cuarteto será el pregonero de su carnaval.

-Ya ha dicho que en su primer año, de no ser por el cuarteto de Rota, la hubieran liado además con un primero. ¿Cómo es subirse a las tablas siendo tan joven, debutando en un cuarteto y sin echarse ni un vinito antes para soltarse? ¿Cómo llevó los nervios? ¿Cómo fue ese día del debut?

-El día fue mortal porque yo, a día de hoy, sigo siendo de puertas para adentro el más tímido del globo. Sin embargo, cuando entro en el Teatro me desinhibo. Sí es cierto que el día del debut, vestido de novia, to de foame, con 'toa' la cara blanca, había invitado a todos mis amiguetes del Cádiz B a gallinero, y estaba muy nervioso. Para colmo, era un cuarteto de tres que nos íbamos presentando de uno en uno y yo era el tercero en salir. Cuando estaba esperando en bambalinas pensé incluso de irme y dejarlos tirados, pero podía más el no hacerlo que el ridículo que pudiera pasar.

-¿También debutaban ellos?

-Ángel (Gago) había salido un año en juvenil y Bocu en una chirigota de adultos.

-Debutaron con un segundo... No estaba mal para acostumbrarse.

-Ya ves. Y calla, le siguieron otros dos segundos, en el 97. con 'Los auténticos micromachines' y en el 98, con Los romanos ('Se dan clases de latín precio a convenir'). Fueron tres segundos premios seguidos, todos con Valdés. Tuvimos la mala suerte, primero con Windows, pero es que al segundo año salió 'Ser o no ser', del Gómez. Dijimos: 'Joe, pa una vez que salimos sale to esta gente, picha!

-Y para rematar, ¿quién fue el tercer año el que os mandó otra vez al segundo?

-El Vera Luque, que ya había sacado cuartetos pero ese año ya pegó fuerte con el Bati y con la 'Peña Recreativa los Pejigueras'.

-Buenos años del Teatro. Quizás, los últimos del Carnaval de siempre. Decía JuanCarlo que los camerinos ya no olían a vino sino a hospital. ¿Qué piensa de toda esta modernización que hace que todo se vea como más artificial en comparación a antaño?

-En nuestro primer año coincidimos con 'La trinchera'. Y sí, ya se empezaba a notar esos camerinos chungos de ambiente.

-¿Sí? ¿Tan pronto?

-Sí, sí. Hombre, recuerdo que esos años aún estaba el Pillo con su grifo repartiendo cervecita por los camerinos. De hecho, con él tenemos una anécdota de cuando nos dijo. 'Quillo, irse ya que se habéis bebido más que un coro'. Gran disparate.

-Jajajajaja Pero, qué pasa. ¿Que no se iban justo cuando cantaban?

-A ver, es que al ser nada más que tres nos podíamos quedar por ahí; no era lo mismo que se quedase un coro (risas). Ahí yo ya estaba desligado del fútbol y de historias, eh. Lo pasábamos muy bien por allí deambulando y hablando con unos y otros.

-¿Y por qué dice que ya se notaba esa bajada de temperatura en los camerinos si había hasta un barril de cerveza por ahí animando al personal?

-Digo esto por lo que nos contaban los mayores, porque yo lógicamente no los viví esos tiempos. Nosotros tuvimos la suerte de hacer un homenaje en el 96 al Peña, al Masa y al Libi con 'Aquellos maravillosos años' y contactamos con ellos. Vamos, fue la última vez que el Peña pisó las tablas del Falla. Y en la final apareció el Peña, el Libi, pero el Masa no quiso aparecer. El Peña nos dijo (y pone la voz tan característica del mítico cuartetero): 'El gordo si no hay manteca no va a ningún lao'. Y no apareció. Hubiera sido bonito reunir a los tres allí. 

-Compartir momentos con esos tres grandes le dejaría cantidad de recuerdos. Regale uno más.

-Otra mítica frase que nos dejó el Peña fue una que dijo nada más entrar en el Teatro. ¡Joe, aquí no hay ya ni calicha. Aquí se ha perdío to!'. El Libi igual, con sus pamplinas. Decía. 'Esto parece un velatorio, joe. Parece que estamos en la puerta de urgencias, quillo'. Pues eran los 90, la época buena de la chirigota. Yo creo que poco antes de los 2000 fueron las épocas doradas de las comparsas y las chirigotas porque los cuartetos ya estaban defenestrados porque ya había pocas figuras, muy puntuales.

-Sigamos con su evolución carnavalera.

-Cerramos esa especie de trilogía con Valdés y descansamos hasta 2002, que nos decidimos los tres a sacar una chirigota con Bocu como letrista. Buscamos a gente del barrio sin más pretensiones que pasarlo bien y sacamos 'El Abominable Hombre De Las Nieves: El Yeti pa los amigos', que nos quedamos cerca de meternos en semifinales -no había cuartos por entonces-. El año siguiente sacamos 'Si no valgo po me lo dices', que íbamos de suplentes. Ahí me sentí yo en mi salsa. Pasamos a semifinales

-Jajajajaja

-Al siguiente, 'Los holidays', que eran como 'Los puretas del caribe' pero un poquito más tiesos. Pasamos otra vez a semifinales y cerramos otro periplo en ese 2004. Parece que íbamos de trilogía en trilogía.

-¿Se agradecen los descansos?

-Sí, sobre todo a esas edades.

-Y al margen del Carnaval, ¿qué hacía con su vida?

-Pues mira, a mí la EGB me fue muy bien pero me metí en Salesianos y me fue al revés. Y eso que era un colegio de curas y en teoría debía centrarme más, pero qué va. Me pervierto, no estudio, cada año me lo pego en dos años y creo que el 3º de BUP ni lo terminé. Ante esto, mi padre me dijo que si no iba a estudiar me fuera a la obra con él y me harté de peón. De hecho, me aconsejó que aprendiera el oficio de él como él hizo de su padre, pero quillo, cuando no te gusta una cosa le coges hasta tirria. Con eso y con todo, ahí me pegué un montón de años. Entre que si faltabas a clase no se enteraba tus padres, el fútbol, el carnaval y el echarle un cable a mi padre, el caso es que en Salesianos me perdí. De hecho, estando así, lo que hago en el 98, una vez que acabo con los primeros cuartetos, es hacer la mili. Estuve apurando la prórroga hasta el final. La hice creo que el último año que era obligatoria. Fíjate como estaba yo de quemado con mi padre que preferí hacer la mili. Creía que iban a ser nueve meses de descanso.

-Jajajaja ¿Cómo le fue y dónde la hizo?

-El mes primero lo hice en San Fernando y supuestamente, de aquellas, mi padre tenía algún contacto y me mandaron a la difunta comandancia militar de Marina, que estaba en el muelle, frente a la Aduana. Yo iba de cartero, que era lo quería todo el mundo en Cádiz porque era de 8 a 2 repartiendo cartas y vestido de paisano. El capitán me decía 'quillo, venme a echar la quiniela'.

-Jajajajajajaja

-¡Eso era, eso era! Yo, encantado. Igual pedía echar más quinielas, salía a las diez y media, hacía varias rutitas y 'pa' mi casa a las dos. De lujo. Pero como estábamos en el último año de la obligatoriedad y en comandancia decían que faltaba gente para hacer guardias. Así que tres días estaba de cartero, pero el tercero que salía tenía que vestirme de militar y ponerme a hacer las guardias, que era básicamente estar en la puerta del parking militar dando paso al comandante, el único que vivía allí. Allí estaba el tío. De ahí me viene mi afición a lectura. Allí te podías leer lo que quisieras; estaba más aburrido que qué.

-Volvemos a 2004 que paráis en seco la chirigota. ¿Qué hace?

-Ese año, el Bocu y yo, que estábamos 'quemaíllos' con el tema currelo nos sacamos el carnet para conducir autobuses, pero qué nos pasó. Que nos lo sacamos con 21 años y pocos meses con la idea de entrar en Tranvía. 'Autobús urbano, tu trabajo para toda la vida, de categoría'. Pero en aquella época, yo creo que ya lo han quitado, si tenías más de 21 años no podías entrar. Creo que era porque recibían una subvención por meter a gente joven y si entraban mayores de esa edad no la recibían.

-Bueno, pero se sacaron el carnet. ¿No le sirvió de nada?

-Bocu se lo sacó unos meses antes que yo y entra a trabajar en una empresa de buses turísticos; había dos, una roja y otra amarillo y negra, que fue en la que trabajamos nosotros. Y allí eché cerca de seis años trabajando. Bocu se quitó de en medio antes porque entró en Comes. Estuve de categoría. Era un trabajo un poco monótono.

-Un poco 'na má', ¿no?

-Jaja Sí, sí, pero digo un poco porque todo lo que tenía de monótono lo tenía también de entretenido porque ibas saludando a unos y a otros, te medio canchondeabas de los guiris de turno, con lo que chapurreaba dos o tres cositas en inglés hasta que los mandabas para arriba. Allí se daban muchas fiestas, despedidas de solteros... Anécdotas tengo un montón pero la mejor sin duda fue la del ascenso del Cádiz en Jerez.

-Miedo me da. Cuente, cuente.

-El autobús que trajo al equipo hasta las Puertas de Tierra era de la empresa en la que trabajaba y lo llevaba yo. Por aquel entonces Bocu ya se había ido a Comes pero me pidió un cuelo con la condición de alternarnos en el volante y así vacilábamos los dos un ratito con los jugadores, pero ¿qué pasó?

-No sé por qué pero me da que me lo imagino. (risas)

-Pues seguro que sí. Llegamos al pacto de alternarnos y empecé yo al volante y como Bocu era el único que llevaba bebida hasta que los jugadores arrasaron el Supersol de Antonio Muñoz del estadio pues pasó lo que pasó, que se quedó arriba, se lo bebió 'to' y nunca bajó. Iba más a gusto que los jugadores del Cádiz. Hubo un momento que llegó a coger hasta el micro que se iban pasando los jugadores para hablar en PuertaTierra. La gente diciendo '¿este quién es?. Y yo mientras conduciendo comiéndome un marronazo.

-Jajjajajajajajajajajaajjajajajajajaajajajajajajaa

-Yo conocía a Velázquez, Jesús Navas... Echamos un ratito de categoría, pero también fue un estrés gordo por culpa de los frenos que tenía ese autobús, que era muy antiguo. Hasta el punto que al día siguiente cuando fuimos a Diputación y quisimos subir la cuesta de la bolera se tuvo que bajar todo el mundo porque no podía con ella. A mitad, tuvimos que echar el freno de mano y echar a toda la gente para que se subiera ya en la avenida. Pero el miedo sobre todo lo pasé el sábado ese del ascenso, de noche y toda la avenida abarrotada. El día del ascenso hubo momentos muy tensos para mí porque esos autobuses frenaban por aire. Y como había tal cantidad de gente y tan descontrol, temía llevarme a alguien por delante porque había el que se tiraba emocionado delante, el que se ponía a rezar... . El sistema de frenos tenía una bomba de aire y para recuperarlo tenía que dejar de frenar, que era cuando se cargaba. Había una válvula que te marcaba el aire que te quedaba y que a lo mejor te permitía diez frenazos, pero al undécimo o cargaba o eso iba sin freno y te llevabas por delante al que estuviera. Recuerdo ir gritándole a los policías que me fueran abriendo hueco porque siempre iba frenando pasito a pasito. Yo iba disfrutando, sí, pero con bastante miedo a la vez.

-El Bocu lo llevó de otra manera, ¿no? jajajajajaja

-Qué cabrón (risas). Figúrate el plan. Esto 'patipamí', como no podían bajarse del autobús, no paraban de beber y no había baño pues, imagina, todo eso bajando por la escalerilla. Porque claro, no se iban a poner a hacerlo mirando a la gente. No veas para limpiar el autobús para tenerlo operativo el día siguiente.

-Fue un día eterno para el cadismo, que comenzó por la mañana en Mina y acabó de madrugada en PuertaTierra. ¿Cómo lo vivió en su afición de cadista y labor de conductor?

-Yo fui a Chapín. Los autobuses (eran dos, para plantilla y para allegados) estaban con todos los vinilos ya puestos desde hace dos días atrás. Era una de dos, o el partido está más que hecho o mi jefe no se iba a gastar 5 o 6 mil euros que valía mimetizar el autobús con todo lo del ascenso. La idea era: yo veía mi partido. ¿Que ascendíamos? Pues me venía rápido para Cádiz, cogía mi coche y me iba a recoger el autobús en el Río San Pedro, que es donde estaban escondidos. Pero claro, el partido era a las seis y media, mira si lo recuerdo bien, y terminaba a las ocho y media. Para mí que no iba a darme tiempo.

-Recuerdo que la cena del ascenso fue en El Faro de El Puerto.

-Claro, yo creía que no iba a llegar a Jerez, pero se lo tomaron con calma. Cuando llegaron al Río San Pedro era la una de la mañana. Ha habido ascensos que se han conseguido en el quinto pino que se han celebrado antes que ese, que fue en Jerez y se la pegaron. Pues a mí que me tocó.

-Vámonos otra vez al Falla. ¿Cuándo vuelve?

-Vuelvo en 2007 con el coro de Valdés 'El show de los membrillos', que llevaba la letra del Bocu. A Valdés le dio por sacar los coros de cachondeo con el Libi. Bocu llevaba ya un año antes y yo metí el segundo por probar el coro.

-¿Y qué tal la experiencia? Y supongo que iría de bajo, ¿no?

-Pues no, iba de segunda. Después sí, ya en la batea, me quise meter arriba para ir haciendo la gracia de ir cantando -pone voz de bajo- sin enterarte de nada. Todo el mundo me vendía del coro que si el disfrute de la plaza, que si en cuanto me subiera a una batea ya no me querría bajar y todas esas cosas, pero yo me agobié un montón, picha.

-Jajajajaja

-Eso no hacía más que cantar, tú no veía un duro, al día siguiente otra carrusel, y otro carrusel, y tres y cuatro horas cantando. Hasta que dije '¿esto qué carajo es?'. De hecho, al año siguiente hicieron 'Los del portal de Jerez', coincidiendo con que mi padre se puso malo con el bichito y yo no tenía ganas de mucho, pero esta gente me convenció, que si para desconectar y demás. Fui a cantar nada más que un día y eso que pasaron a semifinales. También el Bocu se había ido, creo que a una comparsa, y a mí la batea no me llamaba ni me terminaba de ver.

-Deja el coro y vuelve a la chirigota.

-Así fue. En el verano de 2008 se produce el contacto entre el Bocu y José Antonio Rodicio, que ya había sacado chirigotas muy antiguas, muy locas.

-Ufff. Chirigotón que se formó.

-Ambos se conocieron en la boda de Fernandito el gitano, el de los coros. Y allí, en la boda, ambos se tentaron para hacer una chirigota juntos un año. Total, que Bocu formó el grupo, José Manuel Person se encargó de afinar y fue el que terminó de congeniar el grupo. Y de ahí salió toda la hornada esta de 'Huele a ropero', 'La secta los pelapapas', 'Los fans de los santos', 'Los doce gabana' hasta que en 2013 hacemos un parón de un año para al siguiente sacar 'Los patxi'.

-Obra maestra, la guinda. Gran pelotazo aquellos 'Los siento Patxi, pero no todo el mundo puede ser de Euskadi'. Aquí y allí. ¿Cómo fue ese año que os llevó incluso a cantar al País Vasco a la cuna del mundo abertzale?

-Aquella chirigota fue el culmen porque fue el momento en el que nosotros vimos ya que habían congeniado del todo. Todo ese proceso de hacer uno una cosa, otro la otra y demás se llevó a lo máximo en ese año, que quedamos segundos por detrás del Vera, que sacó la de los ministros. Pero la verdad es que disfrutamos muchísimo. Con decirte que cuando cantamos aquí el primer día hubo más voces críticas en Cádiz que lo que vimos allí. Mucha gente decía 'que cómo se nos podía haber ocurrido sacar ese tema, que si las bombas, que si Eta...'. Se criticó más aquí que allí. Desde el primer día ya empezamos a recibir mensajes positivos desde allí. Con todo y con eso, cuando nos llamaron para cantar allí fuimos con bastante reticencia porque nos contrataron para cantar en el pueblo epicentro de Eta, Rentería. Allí que llegamos nosotros y lo primero que nos cuenta el concejal del PP era que él tenía una cuadrilla de doce amigos de los que en ese momento solo quedaban cuatro.

-Coño.

-Lo primero que pensamos es '¿y aquí vamos a cantar nosotros?'

-Pero el del PP o lo dijo en plan bien o como que no le gustaba vuestra presencia allí.

-No, no, nos lo dijo en plan bien, debatiendo mientras tomábamos algo, como diciendo que por fin se podía hacer ese tipo de cosas y no como hace 30 años. Para colmo, una semana antes de ir a Rentería recuerdo que 'Salvados', el programa de Jordi Évole, había hecho un episodio sobre Rentería y todos los atentados que hubo. Al principio dijimos, 'Olé, de lujo, vamos a ver el programa'. Y tras verlo, mensajes en el grupo del tipo. '¿Hay que ir, en serio? o 'No vea, tato como estaba la cosa...' Las parientas del grupo diciendo que cómo se nos ocurría ir y demás, pero fue todo al contrario. La gente nos recibió de lujo y, de hecho, a partir de 2014 se instauró allí los festivales de Carnaval. Es más, hace dos años fuimos otra vez porque a la gente le encantó y nos dijeron que 'los patxis' tenían que volver. Y eso que ya cada uno éramos de nuestro padre y nuestra madre y ni habíamos ensayados ni 'ná'.

-Nos hemos metido del tirón en las Vascongadas, pero ¿cómo fue ese año en el Falla?

-El día del pase a la final, como había tenido aceptación, lo seguimos en la Bella Italia.

-Era un día para verlo allí, desde luego.

-Sí, sí. Era un día para vacilar, otros (años) lo sigues (el fallo) en la plaza Jesús Nazareno, te quita de en medio, allí no te ha visto nadie y dices gritando 'nos vemos, señore' si la cosa no ha salido bien. Pero con los patxis se podía ver que se podía pasar (risas). Y efectivamente, nos cogieron las cámaras, Onda Cádiz, las radios; perfecto. Y fíjate lo que le dice José Rodicio ese mismo día a Bocu. 'Yo ya me puedo morir tranquilo'.

-Uff. ¿Cómo fue?

-Obviamente, son frases hechas que se pueden decir, lo típico de 'que si yo estaba loco por una final contigo y eso'. Ok. El caso es que se dio esa circunstancia. Y en Semana Santa, porque José Rodicio era muy de Semana Santa, se solía ir a Sevilla con los colegas y dejaba a la mujer en Cádiz, que prefería quedarse porque él era muy de ir a un paso, a otro, y a otro. Tenía mucho fervor a la afición y la mujer prefería quedarse en Cádiz viendo las procesiones con sus dos hijas mientras el padre se empapaba de la de Sevilla de manera fervorosa. Creo que era fin de semana porque algunos de la chirigota nos cogimos un piso en Conil y recuerdo que nos llamó la mujer contando la fatal noticia. Al parecer, José se volvió de Sevilla porque se sentía mal, llegó a su casa y cuando la mujer regresó de ver procesiones con sus dos hijas se lo vio en la cocina ya. Se me ponen los vellos de punta de solo recordarlo. Nos quedamos, aún me quedo de pensarlo, de piedra. Fue una noticia que nos dejó totalmente anulados porque no era un tío de excesos para nada. Se había quedado sin pelo pero por el estrés, como Dertycia el del Cádiz, pero era un tipo sano, normal. Su copita de vez en cuando y poco más. Ese día fue horrible. Volvimos de Conil, fuimos a la casa. Horrible la estampa. No tendría ni 50 años. Fue un palo del que muchos aún no nos hemos repuesto.

-¿Cómo se recompuso el grupo?

-Como te puedes imaginar, ni Bocu ni nosotros estábamos ni para chirigotas ni para nada. Pero qué pasó. Que la gente nos decía que teníamos que volver por él y todas esas cosas. Por otro lado, también veíamos que si cantábamos y teníamos contratos podíamos echar un cable a la familia dándole su parte. Total, que no había ganas ninguna, pero llegó el Me río de janeiro en verano y le hicieron un homenaje en el que Bocu le hizo un pasodoble, que no veas para ensayarlo y cantarlo lo que nos costó. Todo el mundo llorando como magdalenas mientras se proyectaban imágenes suyas en el Falla con sus chirigotas. Al final tiramos para delante y empezamos a ensayar en verano. De hecho, fuimos a Rentería por octubre, algo que a José le hubiera encantado porque estaba como loco de vivir todo aquello que le habían transmitido los mensajes que nos habían llegado durante el concurso. Seguimos cantando pero pasó lo que pasó y paramos. La idea era no salir, pero entre lo que dije antes y que la chirigota venía de un segundo premio, al final accedimos.

-Y...

-Bocu era un tipo, y lo sigue siendo, muy bueno porque tiene mucha chispa, pero también necesitaba de ese José trabajador que era el que si traía 90 cosas, a lo mejor se quedaba con 15 y de esas 15 Bocu le daba dos chispazos y se convertían en 15 de gran categoría. Se complementaban muy bien. Yo hablaba con Bocu y me decía. 'Yo sin José no me veo; y llamar a otro lo veo indecoroso, pero bueno...'. Total que salimos en 2015 con 'Los de hombre de blanco', que íbamos con el tema de la droga y Elcano (que ese año pillaron un alijo en el buque escuela a un marinero). Desbarajuste gordo. Montamos Elcano en el teatro, nosotros bajando como si fuéramos marineros...; numerito gordo. El error que cometimos fue que igual caímos demasiado en cantar sobre la droga y pudimos resultar repititivos o cansinos porque era un tema que había gente que prefería obviarlo y nos encontramos con muchas discrepancias. Nosotros decíamos 'quillo, no mosquearse con nosotros que han sido ellos los que han hecho la fechoría, nosotros nos estamos cachondeando'. La chirigota se quedó en el corte para pasar a semifinales y eso Bocu se lo tomó como, no como que nos hubiera defraudado, pero si como que lo avisó de que él solo no se veía y demás. Como que había sido un 'salir por cojones'. De hecho, desde entonces Bocu no ha vuelto a pisar el Falla. Se ha dedicado a sus ilegales, que le está yendo de categoría. Tienes menos presión, menos ensayos y la calle te lo permite todo. Y así es como él lo disfruta y muy bien que hace.

-¿Y por dónde siguió su carrera?

-Recuerdas que en 2013, tras 'Los doce gabana', tras el petardazo hubo una reestructuración del grupo y descansamos. Pues ese año, Emilio Tello, integrante del cuarteto de Ángel Gago, sufre un accidente muy grave que por poco lo lleva al otro barrio. Eso pasó a quince días del concurso y como yo no salía, me llama Gago. 'Quillo, ¿tú no echas el cable?- me dice. -¿El cable? Al cuello me lo voy a echar, ¿no?

-Jajajaja

-Yo no salía en un cuarteto desde el 98. Vamos, que ese concurso tuve más respeto y más miedo que el primer año con 'Aquellos maravillosos años' porque yo ya tenía la aureola de antes y ellos ya tenían un nombre, pero ¿en quince días? Uff. Me puse a ensayar a tope, como los carapapas. Pero un repertorio que no es del que te puedes callar y eso sigue, no. Si te callas, vas para el cajón. Total, que salgo con ellos con 'Robin del bosque y los demás de Ubrique' ese año y vuelvo a la chirigota los dos años siguientes ('Los patxis' y 'Los hombres de blanco') y el 2016 me vuelve a llamar Ángel (Gago) diciéndome que si no iba a seguir en chirigota a ellos les daba igual hacer un cuarteto de cinco. No tenía nada en perspectiva y sacamos el cuarteto 'A. L. C. A. R. A. J. O.), que íbamos de comerciales. Mi primer premio después de tantos segundos. Estuvo muy bien y engarzamos al siguiente con el cuarteto del levante ('Lo que el viento se llevó').

-Pelotazo gordo.

-Digo, Tamara, la gótica. Ese Carnaval me sentí Messi por una semana. Yo no me he hecho más fotos ni he firmado más cosas en mi vida. Pero en mi vida, eh. Estaba comiendo en un bar y me tenía que salir fuera porque la gente me reclamaba, Quillo, lo juro, sentí lo que puede haber sentido Messi cualquier día. En la cabalgata yo iba de palo a palo. Foto aquí, foto allí. La gente conmigo flipándolo. Como eso iba con una peluca y con la cara pintada, en el momento que me quitaba la peluca era como si no hubiera ocurrido nada. Increíble. Pero mientras iba caracterizado era tremendo. Cuando terminábamos de cantar y nos despedíamos hasta el día siguiente era como Superman, me metía en el cuarto de baño y salía ya como si nada. Fue un año tremendo, de esos que tú no te esperas.

-¿De quién fue la idea o cómo surgió?

-Creo que fue de Miguel (Angél Moreno, autor del cuarteto junto a José Manuel Cossi). Era una coletilla que pusimos, pero no iba con la intención de que quedara en el público ni nada por el estilo. Pero esas cosas se dan y cuando se dan pues dices tú, gloria. Quedamos primeros. Pero es más, a los siguientes días, para no quedar de pesados, incluso quisimos recortar esas coletillas cuando otras agrupaciones hacen todo lo contrario.

-Dos primeros seguidos. Y al siguiente.

-En 2019 sacamos 'Lo mismo nos vemos en Elcano que en clases de piano', de los padres que iba a recoger a los niños a las diferentes clases. Ese se quedó un poco ahí entre medias tintas aunque alcanzó la final. En 2019, 'Este año nos retiramos', que íbamos de Buda y de retiro espiritual, que iba yo como el Subiela. Segundos.

-Cierto. Su lesión en el partido de Reyes, que desde entonces se curan en salud y no hacen el típico famosos contra periodistas.

-Ahí, ahí. Ahí sigo liado...

-Bueno, mejor dejemos ese tema porque nos vamos a encender.

-Mejor, mejor. Mejor sigo. Eso sí, sin olvidarme de la familia Cárdeno, que se portaron genial conmigo durante todo el proceso. Otros ya no tanto. Bueno, sigo. En 2020, 'Vida y obra de Juan Carlos I', que íbamos de albañiles. Segundos. Covid. Y en mayo del 22, 'Los ultraortodoxos', primeros.

-Gran cuarteto. Le pregunto como aficionado. ¿Cuál de todos cree que es el mejor?

-Pues mira, yo creo que este ('Los ultraortodoxos de los callejones Cardoso') ya por madurez, por como iba escrito y entonado ha sido el mejor. Además, creo que tenía mucha reminiscencia del cuartero antiguo, aunque siempre se dice de nosotros que somos el cuartero clásico, pero no creo que tampoco nosotros lo seamos. Pero es verdad que este sí se asemejaba más a esos clásicos. Era muy de Cádiz, con esos tiritos a la gente de Sevilla que también gustaban, pero no eran tiros de malaje, eran bien, con arte, con gracia. Yo creo que puede ser de los más completos.

-Entiéndame la pregunta. ¿Se arrepienten de haberlo sacado en mayo y no en febrero?

-No nos hemos arrepentido, lo que sí mucha gente nos dice...

-(Interrumpo) Es que tan clásico como es el cuarteto, muchos podían pensar que no saldrían en ese concurso fuera de las fechas de Carnaval. ¿Hubo ese debate en el grupo de salir o no?

-No lo hubo porque somos muy de Carnaval en Carnaval aunque sea contradictorio y en mayo. Pero sí que nos gusta salir a hacer el carigato cuando se puede porque para nosotros es una válvula de escape el hecho de ensayar, vernos, estar una horita de categoría todos juntos. Hasta el punto de que ese tipo estaba pensado para febrero por la indumentaria y no que en mayo pasamos las calores más grandes del mundo. Ese año contactamos con Emilio Santander, el que nos hace el tipo y que nos lo crea con muchos detalles, muy de Cádiz y muy como es él, donde hemos encontrado la horma de nuestro zapato para hacer ese cuarteto de Cádiz, clásico y con un tipo cien por cien de nuestro gusto. Este año repetimos con él porque además de ser fantástico, se involucra con todo eso. Así que de arrepentirnos nada. Mucha gente nos dice que qué pena que no hayamos tenido rivales, pero nosotros somos de la opinión de hacer nuestro Carnaval.

-Es verdad que después de tantos segundos, el cuarteto descansó un año que le vino muy bien después para llegar frescos de mente, sin esa obsesión por ganar que se exteriorizaba sobre las tablas y les llegaba hasta a perjudicar.

-El año que yo salgo con 'Los patxis', ellos descansan. Y es verdad que estaban muy quemados por el último segundo. Así que en 2014 descansan y se toman un respiro para ver el Carnaval de otro modo. En plan 'vamos a disfrutar, vamos a hacer lo que nosotros queremos y desde otro punto de mira'. Y yo creo que desde ahí se fue mucho de ese veneno y comenzaron a disfrutar mucho más.

-¿Salir a pasarlo bien y no tanto a competir puede ser el secreto?

-Siempre se sale a competir, pero intentando que con el paso de los años el veneno sea menos. Cuando se es más pibe siempre quieres ganar a costa de todo, pero cuando se cumplen años y se gana en objetividad pues ves las cosas mejor e incluso puedes aceptar que has fallado en esto o en aquello y que el rival ha acertado en otras cosas. Es ver las cosas con perspectivas. Y sobre todo, hacer las cosas como te gustan y no estar viendo lo que hacen los demás. Nosotros a lo nuestro y lo que hagan otros, con su estilo y forma, pues seguramente serán los mejores. Ahí nosotros no nos tenemos que meter porque ni sabemos hacerlo ni queremos. A nosotros lo que nos gusta es esto, que es lo que hemos mamado, lo que hemos vivido y con lo que disfrutamos haciéndolo.

-Hablando de uno de los autores, Cossi. ¿Cómo ha llevado este año que tanto ha sonado su sombre como alcaldable?

-Cossi siempre ha estado y ha querido estar en la sombra, nunca ha aparecido. Siempre ha sido el cuarteto de Ángel y Miguel o el cuarteto del Gago. Pero es cierto que desde que él se posicionó en la política se empezó a escuchar eso del cuarteto del Cossi. Incluso este año, que se había postulado como alcaldable, le preguntamos si creía que el cuarteto le podía restar y nos dijo que al contrario, que él quería seguir aportando. Hasta el punto que el año pasado, con el pasodoble de marras (una gracia en la que la letra implica a Feijóo con los narcos gallegos) pues puso la firma.

-Eso fue un gol por la escuadra del grupo a uno de sus autores, ¿no?

-Pues mira, no sé si ese lo llegamos a cantar en el ensayo general o nos lo guardamos para el concurso ahora que lo dices. Por cierto, este año puede haber otra sorpresita sobre el asunto de marras, pero no puedo decir más.

-¿Hay cuarteto para rato?

-Yo creo que sí. Tenemos ganas, en los ensayos nos lo seguimos pasando muy bien y, como decía antes, nos hemos quitado ese veneno y cuando salimos lo hacemos para divertirnos. Aunque la gente nos diga que hay pocos cuartetos, y es verdad porque este año solo hay cuatro y ninguno de renombre, nosotros competimos desde hace años contra nosotros mismos.

-Al hilo de esto. ¿Echan de menos al Morera?

-No lo echamos de menos, lo echa de menos la modalidad. No la rivalidad, la modalidad; para que haya otro tipo de cuarteto y para que la gente lo disfrute. Pero cuando algunos nos dicen que vamos a ganar porque ya no sale nadie no me sale otra cosa que decirle, 'po saca tú uno, picha, que tan fácil no será, ¿no?'. Nosotros seguimos en nuestra línea, hemos dejado el tema de descansar y nuestro objetivo es irnos superando año tras año. Hacemos un cuarteto que se diferencia bastante del resto y 'palante'. ¿Que viene Morera, Javi (Aguilera) o Los niños? Pues que nos echen ahí a todos y a competir. Lo que sí creo es que se tiene que valorar más al que se mantiene con un nivel alto durante unos años que al que viene puntualmente, como nos pasó en nuestros primeros años con 'Windows' y 'Ser o no ser'. Que estaban de categoría y eran un primero de calle, pero claro, queda como que se valora más descansar y 'ahora vengo'. Pasa como con los jugadores de fútbol que llevan mucho tiempo en el club, que como cansan sus caras. Y ya se sabe la de francotiradores que hay en el Falla. Y nosotros somos de un tipo de humor que no le gusta a todo Cádiz. Aunque el año pasado fue redondo porque gustamos hasta a gente que no solíamos gustarles. Nosotros nos mojamos mucho y no hacemos como muchos que buscan ese humor blanco que puede gustar más en el Youtube que en Cádiz. Hay mucha gente que va buscando ese humor blanco para después exportarlo. Nosotros no porque entendemos el Carnaval como lo que es, una semana para decir nuestras barbaridades. Y pese a ello, también gustamos en Sevilla, eh.

-¿Cantan mucho en Sevilla?

-Este año hemos cantado con los ultraortodoxos, pero otros años cuesta la vida.

-Este año con Escuela taller de gladiadores El Pópulo.

-De momento hubiera cambiado el tipo por el pasado Carnaval en mayo porque con el frío que hace está la cosa para vestirse de gladiador...

-Pues mucha suerte.

-Gracias-

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación