DE UN DÍA PARA OTRO

Esta provocación ya es insoportable

Sabemos, cada día, al salir de casa, que alguien nos va a tocar lo que sea y pareciera que acabamos por buscarlo con mirada sanguinaria

Un conductor toca el claxon de su automóvil.
José Landi

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Basado en hechos reales. «Completamente del todo».

Un señor, mayor, bien metido en los 60 diría (si es más joven, perdón, no es por provocar) ha puesto un cartel en la luna trasera de su coche (un Ibiza, creo) con letras de buen tamaño. Cada una tendrá sus 25 centímetros de altura, mínimo. Allí pone: «Tocar el pito es provocar».

Cabría sospechar de un chiste rango cassette de Arévalo, pero la leyenda carece del menor afán humorístico. Siquiera del zafio. Dos veces he estado a la altura de su ventanilla, abierta. Dos veces miré cómo es el que un día puso ese visible cartel a su coche antes de salir de casa y ahora lo pasea.

En ambas ocasiones, al superarlo, el coche estrofa, el mensaje rodante, estaba mal parado. Ante la puerta de un garaje, cuando lo descubrí. En doble fila, a los pocos días cuando reincidí en la observación morbosa. Tuve un ataque de indignidad y pensé decirle al pasar: «Oiga, que parar el coche donde no debe también puede ser una provocación», aunque quizás sólo sea una falta nimia que todos cometemos de vez en cuando. Suerte. Sofoqué la intención estúpida. Miré. Seguí.

En una tercera ocasión -vivo en una ciudad pequeña, todos nos cruzamos, demasiado- confieso la tentación, fuerte y gorda, de pegar un pitazo. Vale: la tuve las tres veces. Como dijo Schopenhauer, «sólo por joder». Un bocinazo de esos que te deja dormida la planta de la mano, de apretarla contra el volante. El pulgar si vas en moto (mi caso). Mi hijo compartió la sensación. Un consuelo burdo sentirme igual de niño. «Es que va provocando que le piten», dijo el chaval. Acerté a contestarle un hipócrita: «No, hombre, no».

No he vuelto a encontrármelo. Igual ha quitado el luminoso (las letras son amarillas o verde chillón). O, simplemente, no hemos coincidido. Le echo de menos, díganselo si le ven. Le añoro. Me hacía sentir vivo. Me provocaba una sonrisa interna y boba entre gamberra, pudorosa y asombrada. Incluso, un día vacante por infrecuente falta de pesares, me dio por rumiar si ese cartel, ese conductor, esa luna, ese coche no son un signo de nuestro tiempo, ese que es tan igual a todos los pasados.

Cuánto le habrán pitado al señor en su vida para tener esa actitud preventiva ¿Acaso ha tenido alguna desgracia que reaparece con sólo oír ese brusco sonido? ¿Sale provocado de casa? Si ya sabemos que alguna vez nos van a provocar, mejor asumirlo, descontarlo todo. Incluso los sesentaytantosmil anuales de Juan Marín. Era inevitable. Qué más da.

Intolerable. Siempre es intolerable

Puede que ese conductor indomable sólo haya puesto por escrito lo que muchos pensamos, sentimos. Ha editado y publicado con letras adhesivas lo que tantos llevamos en la cabeza. A ver si vamos casi todos así: atentos a cualquier gesto para declararlo, solemnemente, provocación. Intolerable, claro. Todo sustantivo está asociado a un adjetivo desde que nace.

Incluso ya creemos saber qué desplante, porfía o feo va a venir de cada cual. Prevemos lo que nos va a decir cada vecino, columnista, programa. Cada pariente insolente, cada jefe miserable. Ya sabemos, creemos saber, quién y cómo nos va a tocar el pito. Nos falta el cuándo. Así salimos: predispuestos. A veces, como se diría de este señor, parece que lo vamos buscando, que nos pone provocar la provocación: antes muertos que aburridos.

Queda una incógnita en la fábula ¿qué sucede cuando alguien incumple la advertencia pegada en el coche? ¿una vez consumada la provocación, tocado el pito, cuál es el siguiente paso? ¿se baja? ¿armado? ¿con qué? Otra vez la curiosidad. Igual la próxima vez aprieto, sólo por comprobar. Si no vuelvo a escribir, decidle a los míos que el conductor iba en serio. Que se lo tomó mal, muy mal. Y que les quería mucho. Que no me olviden. Del todo.

 

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación