Cádiz

Un policía nacional en la noche de Cádiz: «En la Punta estamos vendidos, no tenemos patrullas suficientes»

Un 'patrullero' con treinta años de servicio en la calle advierte del riesgo que corren ante cualquier altercado o pelea multitudinaria en esta zona de movida juvenil como la ocurrida el pasado fin de semana

«Si sale otra llamada o estás en otro aviso el que está se queda solo, falta plantilla»

La violenta pelea en la Punta, una bronca entre un grupo de Jerez y otro de El Puerto

Antonio es policía nacional en Cádiz. La Voz

M. Almagro

Cádiz

Antonio lleva treinta años sirviendo en el Cuerpo Nacional de Policía. Y casi su totalidad siendo patrullero. Es decir, los agentes que se dedican a la seguridad ciudadana y acuden a cualquier requerimiento, el que ellos mismos vean necesario o el que se les haga desde la sala. Por tanto, lleva treinta años de calle. Sabiendo lo que ocurre, lo que hay y lo que deja de haber. No se lo cuentan. Él, junto a los compañeros que le toque en el turno, está.

Por tanto, en este caso no hablaremos demasiado de números. De informes o estadísticas que dicen si se cubren o no las plazas. Ni de presupuestos. De las cuentas sobre las inversiones en gasto público que se hacen desde las administraciones cuando se habla -o se justifica- los planes especiales o servicios que se cubren. En este caso se cuenta aquello que da la propia experiencia.

Como la que estos días pasados se está produciendo en la Punta de San Felipe, en Cádiz, epicentro de la capital gaditana de la marcha nocturna, sobre todo la de altas horas de la madrugada. Con la llegada del verano y el fin de los exámenes la afluencia de jóvenes a esta zona de ocio crece y por tanto, también la aglomeración y la posibilidad de que haya incidentes que solucionar.

Sin ir más lejos, uno de esos altercados se producía este pasado fin de semana: una bronca donde se enfrentaron dos grupos de jóvenes, una pelea multitudinaria entre 40 personas en la que volaron botellas, piedras, patadas y demás... hizo saltar de nuevo las alarmas cuando al primer aviso de la reyerta no pudo acudir ningún coche patrulla de Policía Nacional porque, según se informó, no había. La Policía Local tuvo que actuar sola a pesar de que solicitaron refuerzos.

«Cuando vamos a la Punta muchas veces somos un coche o dos, estamos vendidos», cuenta Antonio. «Depende del fin de semana pero pasa la mayoría de las veces y así pues si ocurre algo y hay que actuar te encuentras abandonado», explica este agente. «Lo venimos denunciando desde hace años pero la plantilla de Policía Nacional en Cádiz es insuficiente y de donde no hay no se puede sacar», afirma quien también es representante del sindicato Jupol.

Este policía lleva años cubriendo noches, fines de semana y ha visto como este enclave de ocio ha ido por «ciclos» con más o menos gente, con mayor o menor peligro y advierte de que, de nuevo, este punto es lugar de concentración masiva y que, por tanto, necesitaría de una mayor atención. «La Punta de San Felipe ha sido desde siempre al punto más negro de la movida gaditana. Ya en el año 1994 cuando estuve de prácticas en verano en Cádiz antes de irme a Madrid, recuerdo que íbamos a peleas en esa zona. Al venir destinado definitivamente a la ciudad en junio de 2002 la cosa había ido a peor. Peleas todos los fines de semana, a las cuales íbamos un indicativo o con suerte dos. Se montaba algún servicio extraordinario, insuficientes la mayoría de las veces, hasta que en 2004 asesinaron a un joven inocente después de propinarle una brutal paliza».

El crimen que marcó un cambio

Se refiere al fatídico asesinato de Francisco Gamboa, un joven portuense de 23 años que fue apuñalado de manera mortal en noviembre cuando volvía de pasar la noche de fiesta con sus amigos. El autor material del crimen fue condenado a catorce años de prisión. El suceso y el impacto social que tuvo provocó que se intensificara la seguridad en la zona.

«En ese momento se reforzaron las horas extras y se ampliaron a los jueves por la noche, día en que mataron a ese pobre chaval ya que era la noche elegida para salir por muchos universitarios. A partir de ese momento había siempre varias furgonetas fijas tanto en la Punta como en otras zonas de marcha, aparte de los indicativos 'zeta'», recuerda.

Hasta que en 2008 se hizo cargo de todos esos servicios la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), recién creada entonces y que son expertos en orden público. «Unos turnos adecuados y un complemento económico hacía que dicha unidad cubriera toda la movida gaditana, hasta que les quitaron dicho complemento, empezaron a moverlos a otras localidades, y prefirieron tenerlos patrullando los días entre semana para que los ciudadanos los vieran a tenerlos en las zonas conflictivas toda la noche», afirma.

«Ahora por toda esta logística, los compañeros de dicha unidad cuando pueden trabajar en esas zonas de conflictos, lo hacen sólo hasta las 3 ó 4 de la madrugada, hora en la que comienzan a desatarse la mayoría de las peleas», explica el agente.

«Si te sale otra llamada o estás en otro aviso, los compañeros se quedan solos»

Pero además, se insiste, el catálogo de puestos de trabajo de la Comisaría de Cádiz es «antiguo y obsoleto, faltando en la plantilla muchos policías, y entre puestos de seguridad estáticos, bajas y permisos... al final normalmente somos dos 'zetas' (radiopatrullas) por turno, a veces uno, y aunque en horarios diurnos contamos con el apoyo de las motos y de cualquier otra unidad que esté de servicio, entre ellas la UPR, por las noches, incluidos los fines de semana, estamos solos ante el peligro. Si te sale otra llamada, una custodia de un preso en el hospital o un traslado de una patera o un 'mena' a Algeciras, por ejemplo, el 'zeta' que se queda está totalmente vendido, dependiendo de que algún compañero de la Oficina de denuncias, o de seguridad, o de que Policía Local vaya a ayudarles cuando puedan».

Pero además, Antonio cuenta que otro de los problemas con los que se enfrentan es que las horas extraordinarias «están sin actualizar desde que se instauraron en 2001». «De hecho hoy se paga menos que antes. Si pagaran adecuadamente, no sesenta y pico euros, y hubiera suficientes para solucionar parte del problema, a lo mejor otro gallo cantaría».

Este policía advierte de que el «déficit» debe ser atendido y paliado desde la Dirección General, desde el Ministerio del Interior, ya que los responsables de la Comisaría y de esta brigada y unidad hacen «lo que pueden... malabares». «Nos constan los esfuerzos de la Jefatura de la Brigada de Seguridad Ciudadana por solucionar estos problemas, pero de donde no hay no se puede sacar, y lo que hace falta es más personal en la Comisaría, cosa que el Gobierno no está dispuesto a solucionar pese a las peticiones, tanto de los jefes como de los sindicatos para que se actualice el catálogo».

Preguntados a este respecto, desde la Subdelegación del Gobierno se ha señalado de manera escueta que «en breve» llegarán más policías a los que hay que asignarles destino.

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