Decano del colegio de Abogados de Cádiz: «Para la Justicia nunca ha habido dinero, no da votos»

–No deben ser buenos tiempos para ser decano de los abogados, ¿no?

–Yo diría que casi los peores. Parece que siempre sigo la misma pauta en mi vida. Cada vez que tomo una responsabilidad siempre llego en situaciones de crisis. Me pasó como hermano mayor de Santa Caridad que se cerró el hospital, cuando fui hermano mayor en San Fernando también había problemas... Y ahora que llego al decanato, me encuentro con el hundimiento de los bajos de San José, la huelga de los letrados, de los funcionarios, jueces... y los problemas del turno de oficio. Casi en el momento más candente de los últimos 25 años.

–El jueves protagonizaron una concentración, ¿qué problemas tiene el turno de oficio?

–Son muchos los problemas. El desencadenante ha sido el abandono. La Justicia lleva muchísimos años apuntalada, con una eterna mala salud, abandono de medios y recursos pero ahora vemos que los letrados de la Administración, los funcionarios reclaman mejoras económicas y los letrados del turno de oficio llevan catorce años con sus retribuciones congeladas. Todos sabemos cómo la vida nos ha subido a todos. El abogado de oficio recibe una compensación económica por su trabajo pero él soporta el gasto de su despacho, su alquiler, su luz, su fotocopiadora, seguros, cotización... todo ha subido mientras que la retribución que recibe es la misma. Llega un momento que ve que todo el mundo está reivindicando, nosotros no podemos ser menos. El sector de población que tiene derecho a acceder al turno de oficio es cada vez más amplio por lo que cada vez la carga es mayor. Este Colegio gestionó el año pasado más de 30.000 expedientes del turno de oficio en toda la provincia. Atendemos a más población que tiene derecho a la justicia gratuita, lo que supone que su trabajo ha aumentado y también su complejidad. Son 24 horas al día 365 días en una provincia muy compleja, con once partidos judiciales. Por tanto la reivindicación es clara y necesaria.

–¿Cómo considera que fue la medida que adoptaron los letrados de la Administración con una huelga de dos meses que trajo tales consecuencias?

–Cada colectivo sabe el trabajo que hace pero a todos los implicados se nos ha duplicado ese trabajo. Lo que está pasando es que para la Justicia nunca ha habido dinero porque la Justicia no da votos. Al revés. Es molesta e incómoda cuando se abren procedimientos por corrupción, por temas urbanísticos, la Justicia no interesa. Nunca ha tenido un respaldo. Yo con 34 años de ejercicio he conocido lo más tercermundista donde la carencia de medios era absoluta. En estos años hemos evolucionado, sí, pero si nos comparamos con otras administraciones. Con Hacienda, Empleo, Educación...

–¿Cree entonces que los políticos no han considerado la Justicia como un pilar fundamental de los derechos de los ciudadanos?

–Nunca. Jamás. Mira Cádiz. Los juzgados de San José se hicieron provisionales. ¿Cuánto tiempo hace de eso? Más de 25 años. No interesa. ¿Cuánto tiempo hemos tardado en hacer juzgados nuevos en la provincia? Cuando no ha habido más remedio. Parches. Y los que quedan. Y por no hablar solo de edificios, ¿y las personas? Las administraciones las mueven las personas, los funcionarios han tenido mejoras salariales en estos años, aunque sea por el IPC, nosotros, los abogados... En estos dos últimos años ha habido ciertas mejoras, ha habido sensibilidad en temas como la violencia de género, en menores, se han aumentado determinas cuestiones, pero... muy poco a poco y es insuficiente. ¿Y la conciliación? Los abogados no tenemos ni derecho a ponernos malos o cuidar a un familiar, pero los plazos corren. Hay mucho que mejorar.

–Las reivindicaciones son claras y, como insiste, justas pero los efectos y sus consecuencias como el de las huelgas recae en detrimento del ciudadano con retrasos, juicios suspendidos, desahucios pendientes con gente sin poder recuperar sus casas, indemnizaciones sin cobrar...

–Lo estamos diciendo. Es la tormenta perfecta. Se han unido todas las variables. Veníamos de una situación ya endémica, donde lo Social ya señala para dos años vista, la mayoría de los juzgados había alcanzado niveles de lentitud muy preocupantes. Dos meses paralizados en los que se han suspendidos más de 3.000 juicios. Esos se recolocarán a la cola porque no hay hueco. Un ciudadano que lleva años esperando para celebrar su juicio ahora... pensiones alimenticias, deshaucios con okupas, indemnizaciones... todo eso que es del día, del comer de muchas personas.

– ¿Qué juzgado está peor?

–El Social. El problema de la pandemia ya cronificó lo que ya estaba con despidos, los ERE, suspensión de convenios... están colapsados. Hace falta un plan de choque con jueces de refuerzo pero tampoco hay más salas de vistas.

–Y en esta situación, ¿entiende que el ciudadano no confíe en la Justicia? ¿y qué algunos crean que solo quieren cobrar más ante esta situación?

–El ciudadano está atónito. No lo entiende. Está ya acostumbrado al endémico de que la Justicia es lenta. Cuando se pusieron de huelga los letrados de la Administración tuvimos que explicar que no éramos nosotros. No solo se han paralizado los procedimientos es que se ha causado el perjuicio de que no crean en la Justicia. Tenemos unas redes sociales que se dedican a desprestigiar el sistema... estamos creando un magma de falta de confianza muy grave, así no puedes garantizarle a nadie nada. Ni tiempos de resolución ni nada.

– ¿Las mejoras técnicas no podrían ayudar en algo?

–Sí, por ejemplo, se gasta una millonada en notificaciones por correo cuando todo el mundo tiene un móvil. Y así muchas cosas que se podrían hacer para invertir en lo que realmente se necesita. Y los avances que hay no funcionan en la mayoría de las ocasiones. Hay un programa que lleva más de un año en fase de pruebas.

–¿Y hay alguna solución de una vez?

–Un pacto por la Justicia en condiciones. Que cada uno produzca y genere lo que tiene que producir y nosotros que tengamos medios.

–¿Cree realmente que la Ciudad de la Justicia de Cádiz se hará ya? ¿Qué condiciones cree que debería de tener?

–Querría una como la de Córdoba. Moderna, pensada para su funcionalidad. Con todos los operadores porque la concentración evita la dispersión. Aquí tenemos Carranza, San José, Audiencia... aquí estamos liados, perdidos, perdiendo tiempo. Y el ciudadano, más.

–¿Para cuándo cree que será por fin una realidad?

– El consejero nos dijo el otro día que este año estará el proyecto y que para 2024 se pondrá la primera piedra. No se puede perder ni un minuto. Desde el Colegio de Abogados vamos a estar preguntando qué hay de lo nuestro mensualmente. Cádiz no soporta ni un año más esta situación de falta de juzgados y se ha demostrado. Aquí celebramos en algunos sitios porque ponemos de nuestra parte pero hay lugares que son auténticos zulos. No puede ser.

–A ese respecto, al futuro traslado, ¿cree que la Audiencia también debería de estar incluida en ese nuevo emplazamiento?

–Estarán muy cómodos allí pero no es práctico. Nosotros consideramos que todos deberían de estar en el mismo sitio garantizando mayor comodidad y una mejor prestación al ciudadano.

–¿Cree que por razones jurídicas y procesales la provincia debería de ser catalogada como espacio de especial singularidad como piden las fuerzas policiales?

–La provincia tiene dos comandancias de la Guardia Civil por algo, la única de España. La litigiosidad del Campo de Gibraltar es enorme. Si las unidades policiales generan mucho trabajo los juzgados hay que reforzarlos. Hay procedimientos que están caducando porque no tienen tiempo. Han creado una estructura que no está completa y no sirve.

–El retraso de las causas lleva muchas veces a atenuantes por dilaciones o conformidades que reducen las penas... el ciudadano al final piensa que la Justicia no hace Justicia en estos casos...

–La ley procesal penal prevé que para las conformidades haya una rebaja de un tercio de la pena. Eso se hizo para descongestionar los juzgados de lo penal porque están desbordados.

–Claro, se hizo para descongestionar como dice usted pero, ¿hasta cuándo?

–Eso no se va a acabar nunca porque la litigiosidad aumenta cada vez más. Pero es que hay un porcentaje altísimo de causas penales que son susceptibles de esas conformidades y se agiliza el sistema.

–Es decano desde hace poco pero con todo lo que ha pasado ya desde su llegada, ¿qué balance va haciendo?

–Ser decano era una ilusión muy grande que yo tenía y los compañeros me respaldaron. Lo que ocurre que todas estas circunstancias sobrevenidas de momento me están impidiendo realizar mi programa. Los problemas se solucionan pero me gustaría haber avanzado más en los planes que yo tenía previstos. Pero estoy muy contento y tenemos un gran equipo.

–¿Qué le gustaría que quedara de su labor?

–Que modernicé el Colegio. Mi ilusión es que sea un Colegio puntero en prestación de servicios. Que el colegiado sea colegiado por gusto y no por obligación.