CON 'C' DE CÁDIZ

Rocío Sañudo Limón: «En una entrevista en Miami me cantaron hasta los tanguillos de Cádiz»

PERIODISTA

Gaditana y periodista, Rocío es un torbellino lleno de ideas que le han llevado a emprender un camino salpicado de éxitos profesionales y no menos sonrisas

Rocío ha pasado esta Navidad en Cádiz con su familia y amigos

Alfonso Carbonell

Rocío Sañudo Limón (Cádiz, 1971) es periodista, pero su faceta abarca una cantidad de roles que van desde el de presentadora para programas y eventos en Miami a corresponsal para España y Latinoamérica pasando por fundadora y CEO de Lemon Media, su productora. En definitiva, que si fuera música -carrera que estudió, por cierto- sería mujer orquesta. Esta gaditana es un torbellino; comenzó pateándose las calles de Sevilla como reportera y llegó hasta Santo Domingo para trabajar en la primera edición de la Isla de los famosos. Entre medias, acompañó a Jesús Quintero a Sudamérica para grabar el mítico programa de 'El perro verde' o formó parte del equipo pionero de El Mundo Televisión, donde dejó huella con una serie reportajes de cámara oculta tan interesantes como duros por su impacto.

A lo largo de su trayectoria no ha dejado de reinventarse dentro de una profesión a la que sigue sujeta gracias a sus dotes, que podrían resumirse en cuatro pilares fundamentales para seguir creciendo: instinto, experiencia, oportunismo y madurez. Y por qué no decirlo, un poco de esa poca vergüenza que da haber crecido en Cádiz, una ciudad en la que igual se ponía a servir copas como tocaba el piano en El Cantábrico para ganarse su dinerito y no pedir en casa, allí donde no querían escuchar ni en broma que quería ser actriz. Y vaya que si lo es. Eso sí, ha tenido que irse a Miami para hacer sus pinitos en teatro.

La dilatada carrera profesional de Rocío da para unos cuantos capítulos de una serie a la que aún le queda mucho por escribirse. De momento, el foco de su vida se ha detenido en Miami, una ciudad anclada en el país de las oportunidades, aunque solo apto para personas con viveza, chispa, desparpajo y profesionalidad, condiciones todas que reúne una gaditana que fue a echar a un vistazo durante una semana y que ha acabado triunfando en el trabajo y en el amor.

-Sé que no se debe preguntar la edad a una señorita, pero haga por entenderme, compañera. La ficha y tal me lo requiere.

-Jajajajajaja A mí no me importa; ya he pasado los cincuenta. Así que ya sabes que me puedes preguntar por Espinete, los teleñecos, por Zipi y Zape... Jajajaja

-Jajajajajaja Ya he empezado mal, pero bueno. Uno ya está acostumbrado. Vayamos a su más tierna infancia. ¿En Cádiz?

-De Cádi, Cádi. Estudié en las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús y mi infancia fue maravillosa. Guardo un magnífico recuerdo del colegio e hice unas amigas espectaculares y con las que sigo manteniendo una estrecha relación. Ayer mismo (21 de diciembre) estuvimos cenando esas mismas amigas que nos conocimos siendo unas micurrias. Y lo mismo pasa con mis amigas del bloque en el que vivo de la Avenida de la Marina, que también son hermanas para mí y de la misma generación. Pasan los años y que no se pierdan esas amistades es una gozada y una suerte. También he tenido y tengo una familia muy bonita, con mis padres a la cabeza.

-¿A qué se dedicaban?

-Mi padre es marino.

-Ah, claro. Si su casa está en la Avenida de la Marina.

-Fue cartógrafo de la Armada y mi madre trabajaba en la Facultad de Filosofía y Letras. Y mi hermano, al que ya conoces; un tipazo que trabaja en Mapfre y que me ha dado dos sobrinas divinas.

-La parejita.

-La parejita, la parejita, sí. Jeje. Yo, la pequeña. ¡Y que quede, que quede, eh! Jajajaja

-Jajaja

-Porque luego él me cuenta que le preguntan si yo soy la mayor. ¿Perdona! Lo hace 'pa' chincharme, claro. Jajaja

-Se lo digo o se lo cuento que soy el pequeño de cuatro y cuando estudiaba en Madrid amigos comunes creían que yo el mayor; al principio me gustaba porque pensaba que lo decían por la madurez y tal, pero después empecé a entender que lo que pasaba es que ya me estaba conservando mal. Jajaja.

-Jajajaja

-Siguiente pregunta. ¿Cuándo o por qué decide estudiar Periodismo?

-Casi que te diría que fue por descarte. En un momento me dio por hacer Derecho porque se lo vi estudiar a mi padre ya de adulto; y un poco por esas referencias que tomamos pues pensé en estudiarlo.

-Veo que letras era el camino a tomar.

-Letras era seguro, pero en realidad mi primera intención he de decir que fue la de hacer Arte Dramático, pero ya sabes que por esa época en casa no se veía esa carrera con muy buenos ojos o no se entendía.

-¿Hizo algo por hacerla?

-Sí, sí. Me fui a Sevilla un día entre semana para echar un vistazo a cómo eran las clases de teatro; me informé y vine alucinada.

-¿Y fue a informarse a sabiendas de sus padres?

-Nooooooooooooo. Yo fui de estraperlo. Eso sí, cuando volví, yo entonces era mucho más tímida, dije que quería hacer Arte Dramático. A lo que mi padre me contestó: '¿Túúúúúúúúúú? ¡Pero si tú no has hecho un teatro en tu vida!' Y ahí creo que se acabó la discusión.

-Jajajajaja

-Así que por descarte pensé que la que más se podía acercar al....

-¡Al teatro! Jajajajajaja Acabe, acabe.

-Jajajajaja... al teatro era el Periodismo.

-Jajajajaja Lo clavó.

-Y entonces ya me fui a estudiar a Sevilla.

-¿Qué tal esos años?

-Maravillosos. Para mí Sevilla es mi otra ciudad; además, desde pequeña hemos pasado muchos momentos allí porque tenemos familia y amigos incluso que hice en la infancia de las amistades de mis primos. Sevilla es una ciudad tan completa como apañada; no es tan grande como Madrid ni tan pequeña como Cádiz. Y eso lo hace todo más fácil. Mi experiencia en Sevilla fue maravillosa. Me recibieron fenomenal y durante la carrera lo pasé estupendamente.

-¿Cuántos años era la carrera en esa época?

-Yo hice la de cinco; fui de la última promoción que la hizo. Había carreras mucho más duras porque en la de Periodismo parecían que nos daban empujones para acabarla pronto. Jaja.

-Y tanto. Un amigo que estudiaba Ingeniera agrónoma me la definió perfectamente cuando le dije que no podía salir porque tenía que estudiar. '¿Estudiar, pero qué me estás contado?' Y perdón por la grosería con la que remató. 'Pero si tú carrerita consiste en tocarte los huevos con una mano y con la otra darle a las teclitas!' No le faltaba razón, no. Jajaja

-Jajajajajajaja Es que además la terminé sin hacer ninguna práctica. Dos horas de radio creo recordar. Y chimpún. Jajajaja

-Eso en la facultad, ¿pero no hizo prácticas los veranos?

-Sí, sí. Estando en 3º de Periodismo hice prácticas los veranos en Cádiz en Onda Cero, en el Periódico de la Bahía y también estuve un tiempo con Carlos Medina en Línea 6 Comunicación haciendo de correctora.

-Pues ahí hay que corregir lo suyo, eh. Jaja.

-Jaja. Hace tanto tiempo de esto que ya casi que ni me acuerdo. Pero estuvieron bien.

-Sus prácticas de verano en Cádiz y regresaba a Sevilla.

-Imagina, la vida del estudiante. Yo estudiaba y salía. Me lo pasaba como los indios. La Carbonería, barrio Santa Cruz... Yo vivía el primer año cerca de la Facultad, luego me fui a Sevilla Este compartiendo piso y los dos últimos años de carrera estuve en la calle Enladrillada, que está en pleno centro y que fue la última calle que enladrillaron en Sevilla. Cuando acabé la carrera me fui a vivir sola a Javier Lasso de la Vega, en plena Campana.

-¿Salió con trabajo de la carrera?

-Pues mira, mientras terminaba la carrera empecé a colaborar con ATEA, la asociación de telespectadores de Andalucía, que entonces era muy poquita cosa. Como no tenía nada pues me metí a colaborar y lo hice con mucho amor y cariño porque eran sin remunerar; les llevé el departamento de comunicación hasta que me llamaron para trabajar en Onda Giralda en un programa que se llamaba 'Por las calles de Sevilla' .

-¿Por qué le darían ese programa, eh?

-Jajaja Porque no me gustaba la calle, no. Jajaja. Pues era un programa muy bonito porque hablaba de los barrios de Sevilla; tenía que sacar a personajes pintorescos de los lugares a los que iba, entrevistar a las asociaciones de los barrios, contaba todo tipo de historias.

-¿Y era la presentadora, redactora, productora... todo?

-Todo, todo. Nada más que me faltaba darle al REC. Trabajé con mi querido compañero Juan Carlos, un cámara con el que años después hemos seguido teniendo algún contacto, y no hace mucho. Ese fue el primer programa que presenté de muchos que hice en Onda Giralda y Sevilla Televisión; la Semana Santa, el Rocío, la feria. Recuerdo que la primera vez que hice un Rocío no sabía distinguir una carriola de un charret; eso fue una tirada a los leones... Eso sí, yo siempre iba con muchos papeles porque para eso soy muy plumilla. Y ahí que me ponía a soltar que si el Simpecado iba muy adornado, que si esto, que si lo otro. Después, en la feria, estuve presentando con Charo Reina, con quien presenté más programas. También estuve con Andrés Caparrós presentando programas de verano, o con Antonio Garrido haciendo los programas de Semana Santa, donde regalábamos.... ¡cafeteras! [exclama imitando el gesto que hacía en el plató para darle mayor efusión al sorteo] jajajajajajaja La verdad que fueron unos años muy bonitos y de mucho aprendizaje.

-¿Tenían un palquito para dar la Semana Santa?

-La hacíamos en el estudio; es que en realidad era un concurso de capillitas. Jajaja Era muy divertido. Además, en paralelo, esos años estudiaba Música, piano. Primero en Cádiz y después en Sevilla hasta que en séptimo de piano tuve que dejarlo.

-¿Séptimo? ¿Cuántos cursos tiene eso?

-Antes eran ocho la carrera y luego dos de profesional para concertista, etc. Luego cambió la carrera a diez y cuatro más. Entonces hice hasta casi terminar séptimo; yo tenía claro que no me iba a dedicar a la música ni como docente ni como concertista. Eso sí, trabajé en varios sitios. Aquí en Cádiz estuve mucho tiempo tocando en el restaurante El Cantábrico los fines de semana; también hacía bodas, bautizos y comuniones; tenía mi grupete en el que yo hacía las voces y el teclado. El piano es fundamental en mi vida; allá donde voy me llevo el piano o me compro uno. Pero llegó un momento en que decidí dejar el estudio porque en la carrera tú tienes que tocar en tu casa el número de horas al día según el dígito del curso que te toca. Y claro, ya iba por siete y no era compatible. Entonces dejé la carrera pero nunca he dejado de tocar. Lo que sí hice en Sevilla fue tocar durante cuatro años en un restaurante chino.

-Esos serían tres notas nada más, ¿no? Jajaja

-Jajajaja Pues mira, en un teclado, si tú tocas solo las teclas 'neglas'.

-Jajajajaja ¿Neglas? Pues sí que se mimetiza bien, eh. Jajaja

-Jajajajaja Es que se pega todo. A mí me decían 'Locío, tocal el pianol'. Jajaja Era un chino en Nervión, muy fino. Digo yo que tocaría para que no se le atragantara la comida a los clientes, o para amenizarles la cena. Eran todos los viernes y los sábados durante cuatro años. Eso para mí era un sustento. Entre eso y la tele me fui manteniendo la mar de bien. Diez años estuve en total en Sevilla.

-Polifacética.

-Uff, es que en esos veranos hice muchas cosas además de las prácticas. Hice de azafata en una agencia que nos llevaba al circuito o nos ponía a vender ron, también ponía copas en la Punta o en el Crivi, de la calle Muñoz Arenillas.

-Cuando se ponía hasta arriba.

-No se podía casi que ni caminar.

-Poco se han quejado esos vecinos...

-Yo no entiendo como no echaban más cubos de agua. Jaja.

-Ha dicho que estuvo diez años en Sevilla, cinco estudiando y otros tanto trabajando.

-Así fue. Trabajé también para P52, una productora. Mientras estaba en la tele haciendo el programa de Semana Santa me salieron trabajos de productora, con las unidades móviles y demás.

-¿Le gustó el cambio al trabajo de productor?

-Sí, y en realidad es lo que sigo haciendo ahora desde que monté la productora en Miami. De hecho, tú sabes que los periodistas somos muchas veces los propios productores.

-Y tanto. Vamos, esta entrevista me la he currado yo solito. Jajaja.

-Así es; nosotros nos lo guisamos y nosotros nos lo comemos. Somos tú, yo y el del tambor. Jajajaja

-¿Por qué deja Sevilla?

-Yo estaba muy bien. Trabajaba con Jesús Quintero, con quien hice 'El perro verde' en Argentina, en Uruguay; nos fuimos a Nueva York para hacer un especial para el Plus sobre Joaquín Cortés, que iba a actuar en la gala de los Oscar. Eso fue un buen nutriente y sería finales de los 90. Fueron tres, cuatro años muy buenos de periodismo. Entrevistamos a Menem en Argentina, en la Casa Rosada, entre otras grandes personalidades. Jesús, en Argentina, era dios. En Argentina y Uruguay estuvimos dos meses en dos ocasiones; estaba muy considerado en ambos países. Y cuando salió también el documental de Joaquín Cortés también fue una experiencia estupenda, con Pino Sagliocco como productor. Grabamos por el Soho, por Central Park. Y fíjate lo que me pasó. Yo estaba grabando este documental y podía haber ido también a Los Ángeles, donde era la gala de los Oscar e íbamos a grabar la segunda parte del documental, pero como yo estaba haciendo mi programa capillita de las cafeteras (jajajajaja) tenía que volverme. Y Jesús me decía que cómo me podía ir en ese momento. Y yo: 'Es que yo tengo que hacer mis cosas también allí; yo no puedo dejar lo mío'. Y él no lo entendía, pero yo tenía mi compromiso con la tele por eso les dije antes que podía hacer una parte del documental, pero no entero. Ahora que lo recuerdo me digo '¡anda cómo no te fuiste, Antonia! En qué momento se te ocurrió volverte'. Jajaja. Pero no, en serio, el compromiso de cada uno pienso que está para cumplirlo.

-¿Y cómo termina su periplo en Sevilla?

-De Sevilla me voy a Madrid en 2001 porque me surge una oportunidad de la mano, precisamente, de P52, que me tiene un programa en TeleMadrid con Natalia Estrada.

-Buah, esa fue, y no sé ya si lo seguirá siendo, una musa en Italia.

-Pues fíjate, estaba en TeleMadrid entonces. A ese programa me voy como productora, pero cuando ya estaba allí como que no me gustaba ser productora. Aquello fue una etapa muy breve.

-Lo suficiente para dar el salto de Sevilla a Madrid.

-Exacto, me sirvió para hacer ese puente. Pero antes enganché con otro programa de Alicia Senovilla, que es donde empecé como redactora en 'Las mañanas de Alicia'. Era un programa de testimonios; aquello era hacer un tirabuzón en cada entrevista porque había que acompañar al personaje hasta dejarla en la puerta de su casa para que te contase toda su historia. Y de ahí pasé a hacer una entrevista en Cuarzo para 'Sabor a ti'; cuando me doy cuenta me encuentro en la redacción de Antena 3 trabajando para Ana Rosa Quintana.

-¡Es verdad!, que le hacía la competencia a la Campos, que estaba en Tele5.

-Exactamente.

-¿Y ahí ya como productora o como redactora?

-Como redactora de testimonios; con esas señoras que se sentaban a contar toda su vida y con las que tantas personas que estaban viéndolas en sus casas se sentían identificadas. En la productora de Ana Rosa estuve cinco años, lo que pasa que en medio me fui a una 'Isla de los famosos' con Globomedia. Estuve en Santo Domingo casi tres meses. Fue espectacular.

-Cuente, cuente. ¿Cómo es trabajar en uno de esos reality?

-La presentadora era Paula Vázquez. Éramos 80 personas que nos juntamos en ese avión para Santo Domingo. Eso fue EL PRO - GRA - MA. Aquella primera edición fue maravillosa. Los redactores trabajábamos 24 horas seguidas; de 7 de la mañana a las 7 de la tarde, que era un tirón pasar el filo de la madrugada porque ya te entraba sueño pero ya hacías la guardia entera y tenías dos días libres después. Cuando llegaba a mi habitación, que era enorme y con dos camas de matrimonio solo para mí; aquello era un lujo. Tenía un armario y una terracina con sus sillas y con vista a la playa.

-De gran categoría.

-Ya ves. En esos días de descanso nos íbamos a Las Terrenas, a Playa Bonita, a los 'colmaítos' (tiendas pequeñas de barrio), a los conciertos de [y pone con gracia la voz de un locutor dominicano que anunciaba el cantante de éxito de esos momentos] ¡Zacarías Ferreira! Lo pasábamos como los indios.

-Jajajaja ¡Qué taco!

-Era muy divertido. Allí te levantabas por la mañana, te ponías las chanclas y el bikini y te ibas a la playa.

-Jajaja. No, no, si todo eso me lo puedo imaginar. Hábleme un poquito del trabajo, por favor le pido.

-Pues mira, a la una de la tarde los operadores traían la primera partida de cintas con lo que había pasado por la noche, que muchas veces no pasaba nada, y a la una de la mañana llegaban ya otras en las que ya comenzabas a visionar cosas.

-¿Desde dónde trabajaban?

-Alguna vez fui a la isla, pero como redactora de vídeo yo estaba divinamente en el hotel. Teníamos todo el hotel ocupado para nosotros. Sólo recuerdo una vez a una pareja de recién casados que debió flipar porque las salas de edición estaban en las habitaciones, que muchas de ellas se convirtieron en redacciones. Mientras, echabas un vistazo a las cintas y tal, a las siete de la tarde había una reunión de todo el equipo donde se definían y se decidían los temas. Imagina: 'María Pineda se ha peleado con Marc Ostarcevic, Santiago Urrialde ha sacado las algas y ha hecho no sé cuántas monerías en el agua...'  y todas las tramas que se hubiesen dado se debatían. A partir de ahí empezaba la traca. Te hacías dos o tres vídeos hasta las siete de la mañana, que eran las cuatro de la tarde aquí. Se pasaban un poquito antes Paula (Vázquez) y Joaquín (Zamora), que era el director, para ver los vídeos ya que había una tira diaria aquí a las cuatro de la tarde. Y luego lo que era la gala ya se hacía desde Madrid.

-¿Sólo estuvo en una edición?

-Solo en una; me hubiera gustado continuar pero lo que pasa con los reality es que tienen una inestabilidad; y eso que mis condiciones eran muy buenas. El caso es que aún no había vuelto de la isla cuando me llaman de Cuarzo de nuevo porque estaba arrancando '¿Dónde estás, corazón?'. Así que me bajé del avión y me enganché de nuevo a ese programa, que lo presentaba Jaime Cantizano y en donde estuve dos años y medio. Aquello fue una experiencia en la que aprendí mucho del corazón aunque yo soy más de hacer un corazón blanco, no en plan trituradora. Prefiero que tiren la piedra contra mí antes que sentirme juez de nadie. Pero, bueno, me quedo con la experiencia. De ahí pasé a hacer investigación con El Mundo TV, donde hacía un periodismo totalmente diferente con Melchor Miralles y Manuel Aguilera, que ahora están también en Miami.

-Gran cambio, sí. Además, si no recuerdo mal eran los pioneros de esos reportajes de cámara oculta y demás. ¿Qué temas que hizo recuerda más?

-Lo primero que hice fue una serie de documentales sobre ETA; me puse la cámara oculta y para las herriko tabernas que me fui; le hice una oculta a Pérez Wilson, que fue quien maquinó el atentado de Carrero Blanco. Luego me fui a Kenia a grabar una ablación; estuve en Guatemala para hacer otro documental sobre el asalto a la Embajada Española en el 80; lo último que estuve haciendo fue una serie de investigaciones sobre la prostitución en Palma. Allí me fui como subdirectora y estuvimos tres meses. Recuerdo que Melchor (Miralles) llegó un día y se fue (jajaja); nos dejó a Ana Barco, que era la directora, y a mí allí solas. Yo cada vez que iba al aeropuerto me ponía esa canción de la Niña Pastori que dice 'hoy igual que ayer' [recuerda el tema cantándolo]. Nos pegamos una 'pechá' de currar y además el tiempo no era tan bueno, eh. Jajaja. Sabíamos que podíamos contar con Melchor, pero en realidad nos ventilamos el tema nosotras con la gente de Canal Nou. De hecho, de ahí me fui a Valencia a subdirigir otra serie de investigación y denuncia con El Mundo TV. En esa etapa también hice una de cámara oculta de una tema de anorexia y sadorexia; estuve unos días en una casa y aquello fue durísimo.

-¿Fue lo más duro que hizo?

-Aquello fue muy complicado, pero lo que más me tocó fue lo de Kenia, la ablación.

-Ufff. A pesar de ello, es lo que con más pasión está hablando. ¿Era eso lo que más le gustaba hacer?

-Sí, sí, sí. He disfrutado mucho haciendo ese periodismo; absolutamente. Haciendo el último programa de 'Investigación y denuncia' que presentaba Teresa Viejo me preguntó que qué iba a hacer cuando acabase ese trabajo. Por entonces, el mundo televisivo ya se estaba comenzando a desmontar un poco. Hubo cambios políticos y aunque nosotros estábamos bien en El Mundo TV, allí al lado de la calle Pradillo, Teresa (Viejo) me propuso irme con ella de subdirectora a un programa de Castilla La Mancha TV que llevaba cuatro años presentando; se llamaba 'Tal como somos', una especie de 'Sorpresa, sorpresa', un programa de cuatro horas en directo. Podía quedarme en Valencia con El Mundo TV, pero le di una vuelta y aunque me gustaba mucho Valencia yo tenía casa en Madrid y buscaba estabilidad después de ocho meses dando vueltas. Así que aterrizo en Madrid para trabajar en Toledo, donde estoy ocho años; los cuatro primeros en 'Tal como somos' hasta que cambia el color político y llega Nacho Villa.

-Con Cospedal.

-Eso es. Llegan y se cargan a todo el equipo del programa (40 o 50 personas) y sobrevivimos el realizador y yo. A todo esto, en esta etapa retomo la imagen; hacía conexiones y algo de plató en 'Sabor a ti' y '¿Dónde estás corazón?'. Entonces, estando en Castilla La Mancha TV me dieron el nombre de un programa, 'Bravo por la música', y empecé con un papel en blanco a diseñarlo. Y de buenas a primeras me convertí en la presentadora, la productora, la guionista... Jajajajaja

-¿Y cuánto tiempo se llevó ahí?

-Pues mira, en 'Bravo por la música', que fue mi primer programa, estuve cuatro años, desde el 2012 al 2016. En ese programa yo tocaba hasta el piano después de entrevistar al artista de turno e incluso las entradillas de las entrevista las introducía a veces con el piano. ¡Todavía ese programa se sigue emitiendo! ¡Mi programa se sigue reemitiendo! Jajaja

-¿Qué me dice?

-Lo que te estoy diciendo. ¡To - dos los fi - nes de se - ma - na desde que me fui! 'Bravo por la música no se ha dejado de emitir en todos estos años. Cuatro años en antena y hasta el día de hoy reposiciones. Yo tengo una abuelita fan que me manda una traca de vídeos todos los fines de semana. En esos años en Castilla La Mancha TV hice el 'Bravo por la música', 'Bravo por la copla', 'La copla engancha', donde yo hacía el back stage entrevistando a los padres y familiares de los artistas; también un programa de cocina 'Miel sobre hojuelas', otros de actualidad, otro con Alicia Senovilla que era 'A tu vera' y en el que colaboraba. Fueron ocho años en Toledo yendo y volviendo todos los días en coche desde Madrid, que eran las dos únicas horas que tenía para pensar.

-¿Todos los días?

-Todos los días porque me gustaba vivir en Madrid ya que era allí donde tenía mi entorno, mi ambiente. La verdad que fueros unos años estupendos y en los que aprendí muchísimo. Y en realidad, si me preguntaran de chica que qué quería ser de mayor pues presentadora no estaría muy alejado de lo que hubiera respondido; aunque en su día quizás no sabría verbalizarlo ni siquiera soñarlo al ser muy vergonzosa. De siempre he sido muy mala vendedora mía; en ese sentido siempre me ha costado venderme.

-Nos estamos acercando al gran salto del charco. ¿Cómo y por qué acaba en Miami?

-Hay un momento ya en el que ya hay 'letra pequeña' y no me siento tan contenta. Mi salida fue buena; vamos, que mis programas lo siguen poniendo en Castilla La Mancha TV, pero hay muchos cambios en la televisión; cambio en el ambiente de trabajo, es un ambiente difícil y no con los compañeros sino en el clima en general no era bueno. No me importa decir que la dirección estaba provocando que la gente no estuviera tan a gusto. No hay que tapar que la época con Nacho Villa fue muy dura y eso es algo que se sabe y se conoce.

-Tengo amigos allí que dan fe de ello. De hecho, no hace mucho me vi a Ignacio Villa vendiendo cafés en el mercado de Antón Martín, en Madrid.

-Sí, sí. Llegó un momento en que no quería seguir allí porque era un ambiente tan encorsetado que parecía estar en el día de la marmota. Entonces, comencé a darle vueltas a la cabeza y en crear o buscar nuevos proyectos. Me encantaba mi trabajo, pero comenzaba a notar que no me levantaba tan contenta porque había muchas pegas para hacer cualquier cosa. Eso sería el 2014.

-¿Pero terminó en el 16?

-Sí, pero desde entonces comencé a tocar varias puertas en Madrid y lo que me encontraba era lo contrario. Estábamos en plena crisis en España y lo que pasaba es que estaban despidiendo a mucha gente de todos lados donde yo iba a tocar las puertas. Es verdad que, con la crisis, casi todo el mundo comenzamos a cobrar la mitad, pero tenía trabajo. Los compañeros me decían:'No te muevas porque eres una privilegiada'. Y lo era. Así estoy un tiempo hasta que mi amiga María, compañera que fue en Antena 3, me dice que vaya a Miami, donde ella estaba trabajando en ¡Hola! Televisión, la pata audiovisual de la revista. '¡Hola! TV' tiene unos estudios en Mediapro, allí en Miami, desde donde retransmiten para Latinoamérica.

-Y deja Castilla La Mancha y cruza el charco.

-Sí, pero primero voy de visita en agosto de 2014, que le digo:'María, me voy a verte'. En ocho años no pude elegir mis vacaciones nunca hasta ese verano que me cogí esa semana para ir a ver a mi amiga, que me recibió con los brazos abiertos. Pero fui 'modo focus trabajo'. Me alquilé un coche, que me dieron un Mini porque era el que quedaba pero que me salió estupendo. Desde por la mañana a por la tarde-noche nada más que hacía gestiones para la tele, tanto delante de la cámara como por detrás. Me entrevistaron y todo como periodista y presentadora española; me cantaron hasta los tanguillos de Cádiz en Mira TV; me llevaron a artistas, me preguntaban por la realeza y por la economía española, ponían mis programas... Jajaja

-Veo que dio para sí la semana.

-Sí, sí; todo eso fue porque en Castilla La Mancha yo había entrevistado a 'Los españolísimos', un grupo que estuvo 40 años trabajando en Miami y que cuando estuve allí me facilitaron contactos. Y no solo ellos, también las últimas Grecas que yo había entrevistado en Castilla La Mancha. Y así estuve, dándome a conocer y conociendo a más personas que iban surgiendo por el camino. Además, cuando llego me encuentro con mucha gente con la que me había cruzado por los pasillos de A3. En '¡Hola! TV' estaba Lucía Riaño, que la conocía de Antena 3. También me encuentro con Lola Moreno, que fue productora de Cuarzo. O con Manuel Aguilera, con quien trabajé en El Mundo TV. Fíjate qué cosas; me encontraba allí a gente con la que había trabajado aquí.

-Entiendo que el inglés no fue un obstáculo.

-Yo hablo inglés, pero no soy bilingüe ni mucho menos. Vamos, que no soy periodista para hablar en inglés. Yo trabajo con las palabras y siempre va a haber alguien que hable o escriba mejor que yo. Mi inglés, aunque cueste mucho mejorarlo en Miami jajajajaja, lo he mejorado; yo veo la tele en inglés, escucho la radio en inglés y entiendo mejor o peor dependiendo de quien lo hable... Me defiendo perfectamente y hasta hago trabajos en inglés.

-Bueno, mientras no le pase como a mí un verano en California, que de lo mal que hablaba inglés me contestaban en castellano.

-Claro, claro, pero qué te crees que me pasa a mí en Miami, donde se creen que soy rusa jajaja.

-Acaba esa semana de visita y qué conclusiones saca.

-Pues saco una muy importante y es que con ganas y experiencia se pueden hacer muchas cosas. Pero lo que no estaba previsto, y esto no te lo esperarías seguramente, es que mi amiga María le dijera a un amigo cordobés suyo y compañero de la tele que trabajaba en Mediapro: 'Va a venir una amiga mía de la que te vas a enamorar'. Y a mí me dijo: 'Vas a conocer a un amigo mío que cómo me gustaría que te gustase'. Todo eso me lo decía mientras yo estaba dejando la maleta en su casa. Y yo: 'Sí María, sí. Estoy yo para eso, ahora'. Y mira, nos presentó el mismo día que aterricé y aunque me cayó simpático yo tenía mi cabeza en otra onda. Él es ingeniero de Imagen y Sonido y llevaba tres años trabajando allí. Al día siguiente Juanjo fue el único que me acompañó a la playa y me dijo un par de cosas graciosas que me hicieron gracia y le dije:'Mira tú qué gracioso el cordobé'. Esa semana la dediqué a hacer mis deberes y él se pasaba de vez en cuando por casa de María y la verdad es que nos caímos muy bien. Yo me volví a Castilla La Mancha, donde estuve un año y medio más mientras que Juanjo yo, en la distancia, seguimos manteniendo el contacto.

-Y qué pasa al año y medio ese.

-Al año y medio, y viendo que aquello (la relación) ya tenía visos de seria nos preguntamos qué hacer; si se venía o me iba. La tele me dijo 'quédate', pero yo ya tenía en la cabeza la idea de emprender nuevos proyectos. Así que desmonté mi casa de Madrid y me fui a Miami.

-Buen salto. ¿Algo de vértigo?

-No, mucho, la verdad. Eso sí, creo que uno nunca debe perder ese poquito de nervio, ese pellizquito. Perderle el miedo a todo te puede jugar una mala pasada.

-¿Y cómo empieza en Miami?

-Pues me fui con un visado de corresponsal que me dio un medio para el que hice un primer reportaje. Me dieron básicamente las cartas de presentación para poder irme, aunque en realidad profesionalmente partí de cero porque fue una corresponsalía que no llegó a fructificar. Poco a poco, me empiezan a llegar encargos de España. Por ejemplo, El Mundo TV me llama para hacer un reportaje sobre el zyca, un virus de mosquito que se había instalado en Miami. A los dos meses de ese, enseguida empecé a trabajar en un canal (América TeVé) como colaboradora, que allí le llaman panelista. Era el programa 'Rick Sánchez a 90 millas', que es la distancia que hay desde Miami a Cuba.

-¿Rick Sánchez?

-Sí, es el nombre del presentador, que venía de la CNN; es un cubano-americano muy conocido. Empecé a entrar como colaboradora, que es como tertuliana. Allí estuve cerca de tres años al mismo tiempo que empezaba a presentar eventos y colaboraba con 'Mega TV', un canal local que tienes estaciones en Puerto Rico, Nueva York y más ciudades. Hace unos cuatro años hice un programa con un nombre maravilloso 'Inmigrantes, el camino hacia un sueño', y que me puso mucho en contacto con el periodismo; se hacían entrevistas a centroamericanos que han ido a Estados Unidos en busca de un futuro; eran entrevistas a gente con éxito o a otros que estaban en pleno proceso migratorio. Había testimonios muy duros de gente de Guatemala, Nicaragua, El Salvador... Tocas tierra y entonces es cuando dices 'punto en boca; no tengo nada de qué quejarme; soy una privilegiada y qué desgracia de mundo tenemos'.

-¿Y era la presentadora de ese programa?

-No, yo era la corresponsal en Miami; me encargaba de buscar las entrevistas, grabarlas, en definitiva, lo que es un videoreportero. Somos varios los que estamos por Estados Unidos; el director está en Argentina, la edición en Uruguay y la presentadora en Los Ángeles, que es la que nos está dando paso a los corresponsales.

-¿Cómo es Miami para un periodista de habla hispana?

-Miami es una ciudad que tiene mucho movimiento, con un networking brutal. Esto me dio la oportunidad para conocer a gente y de enredar, moverte, enseñarte y contar a lo que te dedicas. Y lo que hice a los cinco meses de llegar fue montar mi propia productora de servicios audiovisuales, 'Lemon Media'.

-¿Se puede decir que es su productora la pata fuerte de su trabajo en Miami?

-Sí, sí. Hacemos vídeos corporativos, eventos, entrevistas, fotografía... Me muevo tanto aquí, donde le hice un trabajo para el Puerto de Huelva, como allí, en donde trabajo con laboratorios, con Centroamérica Tevé, donde estoy tanto como periodista como productora y es donde hago este programa de los inmigrantes. Aquí tengo que mencionar a una empresa que se llama Santos Medical Centers, una clínica para mayores de 65 años para la que trabajo desde hace seis años; les hago la producción de todas las fiestas, de todos los comerciales para la televisión; les pongo voz e imagen; soy la cara de Santos Medical Centers. Esta clínica es un concepto que aquí no hay porque allí tienen a todos los médicos en el mismo lugar y el centro de bienestar social, donde tienen karaoke, gimnasio... Arranca a las siete de la mañana y acaba a las cinco de la tarde; allí no duerme nadie. Tienen a su flota de vehículos que van recogiendo a los abuelitos, algunos van en su coche porque los hay, la mayoría, que están maravillosamente. Esta relación con Santos Medical es muy estrecha para mí y es muy importante.

-¿Cómo es su relación con los medios de España desde allí?

-Empiezo a hacer las corresponsalías para televisión cuando se muere Fidel Castro, noviembre de 2016. Recuerdo que estoy con Juanjo en casa, que es ingeniero pero en su momento fue operador de cámara y es técnico de imagen y sonido en la actualidad. Y de repente me llega al móvil una notificación del New York Times con 'Fidel Castro died'. Y digo: '¿Cóóóóómo?'. Estábamos viendo una serie y le digo a Juanjo '-¡Carga batería (de la cámara)! -¿Dónde vamos? -No lo sé, pero nos vamos a la calle.' Eran las siete de la mañana en España; llamé a Cuatro para decir si querían conexiones y me responden que me llamarían en una hora. Yo nunca había hecho conexiones como tal, eh. A la hora me llamaron; yo ya estaba montada en la moto de Juanjo y nos fuimos para la calle Ocho de Miami.

-Qué chulada. Se me están poniendo la carne de gallina de pensarlo. Aquello sería una fiesta.

-Fue muy guapo y emocionante. Las caceroladas, la fiesta, los vítores. Yo tenía, como tú ahora, los vellos de punta [y los muestra para avalar la pasión con la que lo vivió y lo recuerda] mientras entrevistaba a unos y otros cubanos. Fueron tres días sin dormir prácticamente.

-Esa labor le sirvió para reengancharse al periodismo español.

-Así fue, porque después de Fidel Castro llegaron tiroteos, huracanes...

-Cierto. ¿Cómo se llamaba el que asoló buena parte de Florida?

-El Irma, que ha sido el que más fuerte he hecho; lo hice para Cuatro. Estuve cuatro días encerrada en Mediapro, desde donde hacíamos las primeras conexiones porque llegó un momento en el que nos evacuaron. Yo vivo en South Beach y nos dijeron que teníamos que irnos de la playa. Entonces le dije a Roberto Arce, de Cuatro:'Tengo dos opciones; o me voy a una casa segura del barrio del Doral y ya no nos vemos el pelo o me puedo ir a los estudios de Mediapro a hacer las conexiones desde allí'. Y me dijo que me fuera del tirón. Allí estuvimos ciento y pico de personas; los estudios se convirtieron en habitaciones familiares con catorce niños por ahí. Allí estuvimos nosotros y Televisión Española, con Almudena Ariza. Solamente salíamos para hacer las conexiones y tuve una para el informativo de las dos de la tarde de un domingo creo recordar; me tuvieron como quince minutos con el agua por la rodilla en un día que el huracán se había desviado justo en el momento de la conexión. Me tiraron un cable desde lejos porque la imagen visual mía era tan potente; luego dicen que si 'así hacen trabajar a los periodistas...', pero no, la verdad es que en ese justo momento empezó a caer lo más grande y la imagen para informar lo valía. Era tan potente que desde Tele5 dijeron '¡que no se mueva!'. Y fue así como empecé a hacer también corresponsalías para Tele5.

-¿Para qué medio español informa actualmente?

-Soy 'freelance', aunque últimamente estoy entrando más con Antena 3, con Sonsoles. También aparezco de vez en cuando en Televisión Española.

-¿Cuánto tiempo se ve en Miami?

-Desde el aquí y ahora y desde la experiencia, nos va bien. Digo 'nos' porque Juanjo y yo nos casamos, allí por cierto. Por supuesto que, al ser los dos andaluces, echamos mucho de menos nuestra tierra. En Miami nos relacionamos mucho con españoles, entre otras cosas, porque cuentas un chiste y te entienden; improvisas algo y saben. Miami te gusta o no; nosotros hemos sabido adaptarnos. Yo no he comido más arroz en mi vida que en Miami gracias a unos amigos de Valencia que tenemos y que hacen unas apellas 'pa' morirse de buenas. Miami es una ciudad de oportunidades, bueno, en realidad, Estados Unidos es un país de oportunidades. Tiene un clima maravilloso durante todo el año y que se agradece un montón; ahora que estamos aquí parece que nos hemos vuelto de otra pasta. Allí estoy rodeada de mar y eso se agradece. Eso sí, no es lo mismo las playas de Miami que las de Cádiz.

-¿Y eso? Compare.

-¿Me gusta el agua calentita? Sí, como la del Pacífico, pero en verano puedes hacer pucherito. ¿Me gusta pasear más por la playa de Cádiz? Por supuesto, entre otras razones, porque la playa de Cádiz es llanita, llanita, llanita y recta y larga mientras que las de allí está un poquito inclinada y las rodillas te las termina haciendo polvo. En cambio, puedes ir a la playa todo el año. Además, vivimos con vistas a la bahía y viendo el skyline.

-Vamos, que se siente como en casa.

-Lo estoy, lo estoy. Y me siento querida. Sin ir más lejos, ¡el 7 de enero me van a dar un premio en Miami! Me lo da Miami Latino Magazine por mi trayectoria profesional y me hace mucha ilusión. Me lo entregan en el teatro Artime de Miami por mi labor en la presentación de eventos. De hecho, sigo teniendo proyectos para hacer más cosas dentro de la tele como presentadora.

-Así está claro que cuesta menos adaptarse.

-Jejeje. Y no solo eso; desde hace un tiempo me he quitado la espinita esa de mi faceta de actriz que quise emprender; la desarrollé en cuanto llegué a Miami. Yo ya había hecho algunos cursos de interpretación en Sevilla y Madrid, pues bien, en Miami está el Centro Cultural Español, en donde se hace microteatro. Yo apenas tenía experiencia, pero hablé con un par de amigas guionistas para que propusieran un tema ya que el circuito iba por temáticas que cambiaban cada cinco semanas; nos apuntamos en diciembre y la temática de los cinco contenedores era de películas.

-¿Contenedores?

-Sí, sí. Un container, esos de carga. En esos espacios es donde se representan las obras.

-Ah, vale, vale.

-En otros sitios son apartamentos o habitaciones de atrezo y tal; allí tenemos contenedores en los que se representan las obras y donde caben como mucho 16 personas entre actores y público. Como decía, la temática es común para los seis contenedores durante seis semanas; sobre el orgullo gay, el amor, el circo... A nosotros nos tocó sobre películas. Estábamos cerca de Navidad y hablé con Merche Ansuategui, que fue compañera mía en Antena 3 y además de periodista también había hecho cosas de escrituras. La fecha de entrega era el 2 de enero y apenas teníamos tiempo, pero al decirle que la temática era de películas me dice: 'No me fastidies que acabo de escribir una obra que se llama 'Eso es de una película', de una hora y cinco personajes'. Así que en esos 15 días que teníamos se redujo a 16 minutos y dos personajes. Una amiga me puso en contacto por Facebook con un actor 'rebueno, mexicano y que está en Texas' y a partir de ahí hicimos una lectura con este Héctor Macfarland, al que después sustituyó Fran Porras porque no podía estar los cinco fines de semana que actuábamos. Cuando nos llamaron del Centro diciéndonos que habían escogido la obra Héctor estaba en Texas, Merche en Valencia y yo en Miami y ¿qué hicimos? Pues ensayar las primeras semanas por videollamadas. Al final pusimos en marcha la obra con escenas de Johnny Guitar, de Casablanca, de Lo que el viento se llevó y lo pasamos de maravilla; Lemon Media hizo la producción y después de esa obra vinieron tres o cuatro más.

-¿Como se sintió actuando?

-El primer día me quería morir porque, claro, yo estaba actuando con la peña a escasos dos metros. Eso era de jueves a domingo desde las ocho de la tarde a las once de la noche; la obra comienza de una manera y conforme van avanzando las semanas va cambiando porque vas viendo qué funciona y qué no. Eso es un gimnasio para el actor porque presentas obra 20 millones de veces.

-Le veo encantada en Miami. Vamos, que para que vuelvan habrá que esperar.

-A ver, echamos de menos por supuesto a los amigos, a la familia, las tapitas; ayer -la entrevista se realizó el 22 de diciembre- estábamos en una zambomba, ahora vamos a otra y todo ese ajetreo de quedar con la gente con la cervecita y demás no pasa allí. Yo siempre digo que si pasa algo lo suficientemente importante que nos haga tomar esa decisión, ojalá sea algo bueno, nos volveríamos. Mientras tanto, aquí y ahora. También te digo que el jamón y las gambas saben mejor aquí jajaja y que nuestro futuro será aquí; allí no nos jubilamos.

-Pues aquí, Dios mediante, le esperamos. Muchas gracias.

-De nada y gracias a ti.

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