Horeca

Antonio de María: «En Cádiz es difícil mantener un negocio de hostelería de lunes a jueves»

El gaditano, un referente en el mundo turístico y hostelero de Cádiz, sumará cuatro décadas al frente de Horeca tras su reelección

De María suma casi cuatro décadas al frente de la patronal hostelera. Antonio Vázquez

Miren Landeta

Cádiz

Antonio de María Ceballos (Cádiz, 1949) suma más de 36 años al frente de la Federación de Empresarios de Hostelería de Cádiz y ha sido reelegido por un periodo de cuatro años más. HORECA representa a más de 800 establecimientos entre bares, restaurantes, cafeterías, hoteles, apartahoteles, apartamentos turísticos, hostales, pensiones, discotecas, camping y pastelerías de la provincia. Desde 1988, su primer año de mandato, la provincia ha pasado de tener 8.500 camas a 50.000; de dos campos de golf a 21; de contar con tres puertos deportivos a más de una veintena… y Antonio de María ha participado en toda esta transformación.

-Va camino de sumar cuatro décadas como presidente de la patronal hostelera ¿Aún tiene ganas de seguir bregando y luchando por los intereses de sus asociados?

-Empecé a trabajar con 14 años y llevo toda la vida en esto. He estado en la hostelería 62 años y para mí el trabajo no es un esfuerzo. El trabajo es algo connatural conmigo mismo. Estar al frente de Horeca me ha dado muchas satisfacciones y algún pequeño disgusto. El balance es muy positivo porque el esfuerzo que se hace de coordinación con el resto de los compañeros permite conseguir mejoras para todo el colectivo más allá de Horeca. En la provincia hay 5000 establecimientos de hostelería.

-Su reelección se produjo por abrumadora mayoría ¿Qué cualidades tiene que tener el máximo representante de Horeca?»

-En primer lugar, tiene que tener un conocimiento amplio de todos los sectores ya que Horeca es una Federación que aglutina siete asociaciones y cada sector quiere que su representante conozca toda la problemática. No es un cargo de mera gestión y requiere conocimiento.

Además es necesaria la empatía con todos, hasta con las Administraciones. De hecho yo defiendo que son organismos están para que se hagan cumplir las leyes y es lo primero que exigimos a cualquier asociado. No somos un lobby, lo que hacemos es unir esfuerzos, asesoramos y damos información fidedigna.

-Usted considera la tasa turística (que implicaría el cobro de unos dos euros por pernoctar) como «un error». ¿Por qué?

-La imposición de una tasa turística incrementaría los precios que es lo contrario a lo que se debería hacer, ya que el sector apuesta por abaratar y no encarecer más. Esta medida se aproxima más a un impuesto para el visitante que a una tasa que es el pago que se hace de un servicio recibido como la recogida de basura o la tasa por uso del dominio público que se paga por las terrazas, pero esto es un impuesto puro y duro.

Lo que debería de hacerse es establecer «un fondo de compensación» para los pueblos más turísticos como son los de la costa de Cádiz. Municipios que cada verano acogen a miles de turistas en sus playas con el consecuente encarecimiento del mantenimiento de los servicios que se prestan en el litoral. Lo tendría que compensar el Estado y que no sea el turista el que asuma esa cuota. Bajo cualquier punto de vista no es interesante porque es un impuesto puro y duro aunque lo enmascaren y le pongan otro nombre.

-¿Qué proyectos están aún pendientes de cristalizarse?

-Las regulaciones del ámbito laboral representan grandes desafíos. Ahora por ejemplo nos quieren reducir la jornada laboral e incluso se ha llegado a hablar de poner 15 minutos de cortesía para los que llegan tarde al trabajo o de que el trabajador pueda estar tres días de baja sin necesidad de que vaya al médico. También se está trabajando en los controles de asistencia para que se conecten directamente con la Inspección de Trabajo y se está trabajando en las medidas de control de desperdicio alimentario, en la huella de carbono, la ley de turismo, ordenanzas de terrazas y veladores teniendo en cuenta que somos 45 municipios en la provincia. Todo hay que estudiarlo, plantear alegaciones e implementar soluciones a los problemas… Es un no parar pero lo que considero que falta y a lo que no podemos renunciar es a la Escuela de Empresarios de Hostelería. Me gustaría que tuviéramos una escuela para los empresarios y también para los encargados porque, además, beneficiaría a los trabajadores que tendrían que responder ante personas más preparadas y más profesionales.

-¿Cuáles son los problemas que a su juicio causaría prohibir fumar en las terrazas de los establecimientos de hostelería?»

-La terraza es un espacio al aire libre y muchos clientes se sientan en las terrazas con su café, cerveza o refresco mientras se fuman un cigarro. Las terrazas son un reclamo. Plantear las terrazas como espacios libres de humo será disuasorio para muchos clientes y será perjudicial. Por eso pedimos que sea el establecimiento el que decida lo que se hace. Estoy en contra de prohibir por prohibir porque tiene que haber opciones para todos los ciudadanos.

-Los horarios, los salarios, los tipos de contratos… ¿Influyen en la falta de personal en hostelería?

-Hay escasez de profesionales y tampoco hay personas que quieran trabajar en el sector. Nosotros buscamos gente joven a la que formar y es que no hay. Y no es cuestión de dinero. Los medios de comunicación hablan mucho del salario pero en la hostelería hay un convenio que fija la cantidad mínima. Hace diez años había siete millones de jóvenes, ahora hay cinco y tienen otras prioridades y otra mentalidad. No es una cuestión económica.

-¿Es Cádiz una buena ciudad para arriesgar por un negocio hostelero? ¿Qué tipo de local apostaría abrir actualmente?

-Ahora se va a abrir un bar de copas en la calle Nueva y estará enfocado en lo que se denomina «tardeo», una tendencia que ha calado tanto en el público joven como en el maduro y que implica exprimir la tarde al máximo en locales que no cierran cocina entre el servicio de mediodía y el de la noche.

Es una tendencia que va en detrimento de las discotecas porque la noche cada vez tiene menos público. A la gente le gusta ir al gimnasio, no se acuestan tarde y les gusta cuidarse. El problema de los negocios en Cádiz es que sólo hay trabajo los fines de semana. De lunes a jueves la ciudad está de capa caída, salvo en verano por el turismo y en determinadas fechas como los carnavales, la Semana Santa o las navidades. En Cádiz, poner un negocio de hostelería es complicado.

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