LABORAL

Cádiz rompe con los tópicos sobre el absentismo laboral

La provincia recortó en 2021 los partes de baja por enfermedad común y sigue la tendencia descendente en 2022

Accidente laboral en una obra de Cádiz LA VOZ

Javier RODRÍGUEZ

CÁDIZ

Los tópicos tienen las patas muy cortas, al menos, en lo que se refiere a Cádiz. Los últimos datos demuestran que ni los gaditanos ni los andaluces en su conjunto son los más absentistas en el trabajo. Al contrario. País Vasco, Cataluña y Asturias lideran el ránking nacional de absentismo laboral. La estadística elaborada por el Ministerio de Trabajo pone de manifiesto que la ausencia del puesto de trabajo por enfermedad comun ha disminuido en la provincia. Si en 2020, año de la pandemia, la duración media de una baja laboral rondaba los 51,3 días en Cádiz, en 2021 pasó a 48,2 días, mientras que en lo que llevamos de 2022 la duración es de 38 días.

Además, el contingente de trabajadores de baja también ha sufrido variaciones en estos tres años. De 133.975 empleados de baja en 2020 en la provincia, se pasó en 2021 a 132.540 y en 2022, a 127.281. Esto supone un gasto, según las mutuas laborales, superior a los 103 millones de euros.

El absentismo se define como la «abstención deliberada de acudir al lugar donde se cumple una obligación». Este fenómeno social, económico y laboral afecta directamente a nuestra sociedad, a nuestro tejido productivo y a la sanidad. Los datos hablan por sí solos y en el pasado 2021 se perdieron 1.701 millones de horas de trabajo en el país.

El Adecco Group Institute ha publicado por undécimo año consecutivo el Informe Adecco sobre Empresa saludable y gestión del Absentismo. Lo cierto es que la pandemia derivó en un aumento de las horas de trabajo perdidas por Incapacidad Temporal (enfermedad común o accidente no laboral), así como por otros conceptos, tales como permisos (por ejemplo, por la necesidad de cuidar familiares enfermos) u horas perdidas en el lugar de trabajo.

Así, la COVID-19 disparó la tasa de absentismo en España en 2020 hasta el 7,1%, un máximo histórico. El 2021 fue peculiar pues ocurrió exactamente lo contrario, esta variable disminuyó hasta el 6,6% que, no obstante, es el segundo dato más alto de la serie histórica. La reducción de 0,5 puntos porcentuales se explica por la menor pérdida de horas de trabajo por motivos distintos de IT. En el caso andaluz, la tasa de absentismo ha bajado en 2021 al 4,6%, la más reducida entre todas las autonomías.

Con los primeros datos sobre 2022 la tendencia vuelve a cambiar pues en el primer trimestre de este año el absentismo vuelve a subir, con una tasa histórica del 7,5%. Si tenemos en cuenta que en 2021 hubo una media de 16,1 millones de asalariados, se puede estimar que a lo largo del año el absentismo resultó en la pérdida de 1.701 millones de horas de trabajo. Considerando que la jornada pactada anual fue de 1.814 horas, podemos concluir que las horas no trabajadas por absentismo equivalen a que 937.900 asalariados no trabajaron durante todo el año. El absentismo equivale a decir que 1 de cada 16 personas, aunque son asalariadas, no trabajan.

Coste económico

Para traducir lo anterior a un coste económico hay que multiplicar las horas no trabajadas por el coste laboral total por hora. Así, el coste total para el conjunto de la economía es de casi 37.000 millones de euros anuales, lo que equivale a 3,1% del PIB.

Sin embargo, no debe olvidarse que no todo el absentismo puede eliminarse por la razón obvia de que, lamentablemente, la gente enferma. No se debe caer en el error de interpretar que todo el coste antes indicado podría ahorrarse. Ese es el coste bruto, el neto o suprimible es mucho menor. El absentismo suprimible es aquel que excede lo que podría considerarse un absentismo «normal», pese a la dificultad obvia en definir ese límite.

En el caso de Cádiz, su posición en la tabla de empleados con baja se ha reducido también. La provincia figura en el quinto puesto de Andalucía en relación al absentismo laboral. El ránking lo lideran Sevilla, Málaga, Jaén y Granada.

En palabras de Javier Blasco, director del Adecco Group Institute: «Nos encontramos imbuidos en medio de tendencias y cambios en las organizaciones que tienen que ver con los retos y oportunidades de la digitalización, la sostenibilidad, la necesidad de garantizar entornos de inclusión y diversidad si queremos garantizar la innovación y resiliencia, la superación de los miedos en un entorno de postpandemia, los desafíos de la salud mental, el envejecimiento de la población…. todos estos factores influyen enormemente en la motivación de las personas, en la cultura de las organizaciones, y también en las ausencias».

Por último, el director del Adecco Group Institute ha querido destacar que «aunque el 75,5% de los españoles valore su estado de salud como bueno o muy bueno, esta optimista percepción no solamente varia por sexos, territorios o nivel de estudios, sino que las cifras de absentismo e incapacidad temporal por razones ajenas a trabajo dicen todo lo contrario».

No hay una definición unánime, pero surge un cierto consenso en cuanto a entender el absentismo como la ausencia de una persona de su puesto de trabajo, en horas que correspondan a un día laborable, dentro de la jornada legal de trabajo.

No existe una estadística oficial del absentismo como tal. Para medirlo es necesario realizar estimaciones sobre sobre la base de datos oficiales. Para ello, la fuente fundamental es la Encuesta Trimestral del Coste Laboral (ETCL), que elabora el Instituto Nacional de Estadística, que ofrece información sobre el número de horas trabajadas y no trabajadas, desglosando estas últimas según motivos. Sobre esa base pueden estimarse las horas de absentismo, pero no existen estimaciones oficiales sobre los costes y la magnitud de este fenómeno.

La información desagregada del tiempo de trabajo permite calcular las horas pactadas efectivas mensuales. Este concepto surge de sumar, en primer lugar, las horas pactadas con las horas extraordinarias que eventualmente se hubieran realizado. A ese total hay que restarle las horas no trabajadas por vacaciones y días festivos, y también las horas no trabajadas por ETEs.

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