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La sonrisa de la hija del tapicero
Actualizado: 10:54

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La sonrisa de la hija del tapicero

La hilarante '3 bodas de más' ha colocado entre las finalistas al Goya a la mejor actriz a esta mujer acostumbrada a hacer sufrir

04.02.14 - 10:54 -
La sonrisa de la hija del tapicero
La actriz Inma Cuesta. / Archivo

Apenas cuenta en su haber con una decena de películas, pero el suyo es ya uno de los rostros más conocidos del cine español. Ha tenido que acostumbrarse a que la comparen con Penélope Cruz. A diferencia de la madrileña, Inma Cuesta no ha hecho las Américas (todavía) y los 'paparazzi' no hacen cola para captar cada paso que da (aún). Pero comparte con la esposa de Javier Bardem una mirada arrebatadora y una pasión frente a la cámara que mantienen hechizados a público y compañeros de profesión.

Atrás ha quedado cualquier complejo que pudiera arrastrar debido a su estatura -1,59 metros-, la cual no ha impedido que el suyo se cuele entre los cuerpos más codiciados por los españoles desde que la descubrieron primero en 'Amar en tiempos revueltos' y, con mucha mayor intensidad, en 'Águila Roja'. Frente al objetivo del director, es toda determinación y se le nota desenvuelta ante los periodistas. Son las tablas de quien, con paso rápido pero seguro, se está labrando una carrera cuyo techo no se vislumbra y que se encuentra ante un momento crucial: la gala que podría depararle su primer premio Goya gracias a una película, '3 bodas de más', en la que se aleja de los roles dramáticos a que hasta ahora nos tenía acostumbrados.

Y es que si por algo se había caracterizado su trayectoria era por el sufrimiento. Hizo llorar con Elisa, la cigarrera que acababa triunfando gracias a su voz en 'Amar en tiempos revueltos', la serie que le permitió captar por primera vez la atención del público tras darse a conocer en un videoclip de Nacho Cano -otro punto en común con Penélope Cruz-, el mismo que apadrinaría su debut teatral con el musical 'Hoy no me puedo levantar'. Y obligó nuevamente a sacar el pañuelo con 'La voz dormida', la cinta de Benito Zambrano en la que ponía rostro a una joven encarcelada por los franquistas a causa de su participación en la guerrilla que combatía al régimen.

De aquella película data su estrecha amistad con María León, otra de las abanderadas de la nueva generación que ha tomado al asalto el cine español. Ambas lograron la nominación al Goya, aunque solo la pequeña de los León salió de la gala con la estatuilla. Entre medias había tenido oportunidad de probar suerte en otros géneros con títulos como 'Café solo o con ellas' (Álvaro Díaz Lorenzo, 2007) o 'Primos' (Daniel Sánchez Arévalo, 2011). Y, sobre todo, se metió en la piel de la cuñada del profesor de la Villa, Gonzalo de Montalvo, en 'Águila Roja'.

Las revistas comenzaron a rifársela, encomendándole portadas que alababan la silueta de quien no tardó en ser bautizado como el mejor primer plano que había deparado el cine español en las últimas dos décadas. También le lloverían las ofertas publicitarias y comenzarían a entrar los premios en su casa: Fotogramas de Plata a la mejor actriz de televisión, por 'Águila Roja', o el premio talento revelación del cine español, por 'Primos'.

En constante crecimiento

Un largo recorrido desde aquellos días de su infancia en Arquillos (Jaén) en los que esta hija de un tapicero y una ama de casa se pasaba las horas cantando y bailando a imagen de sus adoradas Marisol y Concha Velasco. El asma y las alergias que padecía la pequeña habían obligado a su familia a regresar a la pequeña localidad de la que un día había tenido que salir su abuelo huyendo de los franquistas. Y ella siempre ha reivindicado ésta como su tierra pese a haber nacido en Valencia y a haberla abandonado a los 18 años para estudiar Arte Dramático en Córdoba. Sus vecinos la recuerdan como una niña seria que sabía ser graciosa cuando tocaba. Y nunca dudaron del talento que albergaba.

Fue un profesor de instituto quien la animó a aventurarse en el mundo del espectáculo. Cualquier lugar era bueno para ensayar, hasta el mismísimo Patio de los Naranjos de Córdoba. Sevilla fue otra etapa en su formación. Hasta que llegó a Madrid para estudiar en el Conservatorio y Escuela de Danza que dirige Carmen Roche. En la capital trabajó doblando ropa mientras acudía a clases de teatro y buscaba tiempo para presentarse a los castings. En uno de ellos, en el que competía con otras 1.300 aspirantes, embrujó a Nacho Cano. Y desde entonces el hechizo se ha extendido a muchos otros.

Aunque ella lo lleva con naturalidad. Consciente de que los elogios pueden silenciarse tan rápido como se vierten, sigue empeñada en crecer como actriz, aunque ello signifique correr riesgos. Es lo que ha hecho con '3 bodas de más', una película en la que interpreta a una mujer un tanto alocada que sigue sin encontrar al hombre de sus sueños pese a las numerosas relaciones que ha tenido. Tres de sus ex la invitarán a sus respectivos enlaces. Una auténtica prueba de fuego cargada de momentos hilarantes que ha situado a su protagonista entre las finalistas al Goya a la mejor actriz. El momento de Inma Cuesta ha llegado, y ella no está dispuesta a perder el tren.

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Cartel y tráiler de '3 bodas de más'.

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