El zasca de Aznar a González, la niña de Rajoy y el silencio de Rivera: los mejores momentos de los debates electorales

Adriana Lastra, acorralada por sus rivales políticos e incapaz de concretar cuántas naciones hay en España no es el único momentazo de los debates electorales. Recopilamos los mejores

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Raro es el debate electoral que no deja rastro. Los políticos, a veces nerviosos y otros ansiosos de polémica, suelen patinar en cuestiones que, a priori, deberían tener controladas, o se sacan de la manga gestos únicos que no pasan desapercibidos. Todo esto lo comprobó el PSOE el pasado viernes, cuando en el debate electoral con los portavoces de los partidos candidatos a presidir el Gobierno, Adriana Lastra, acorralada por sus rivales políticos, se mostró incapaz de definir a España como una única nación. Tal y como recogió Paloma Cervilla, a la portavoz socialista le preguntaron: «¿Cuántas naciones entienden los socialistas que hay en España?» , y esta eludió la cuestión con afirmaciones como que «el PSOE defiende la Constitución desde la primera palabra a la última y la pluralidad».

Lejos está de ser, la del debate moderado por Xabier Fortes, la única anécdota de los debates electorales . Aprovechando que esta noche se celebra el debate electoral con los aspirantes a la presidencia del Gobierno, recopilamos los mejores momentos de este tipo de encuentros televisados.

En 1993 se celebró el primer debate electoral de la democracia, con Felipe González y José María Aznar como protagonistas. Después de un primer encuentro a finales de mayo, volvieron a reunirse en Telecinco una semana después ante diez millones de espectadores. Cuando el secretario general del PSOE acusó al líder popular de estar falseando las cifras que mostraba, un impertérrito Aznar, no dudó en contestar, desequilibrando la balanza a su favor: «Las he cogido de su ministerio». Punto ganador .

Cómo olvidar la reacción de Mariano Rajoy, que tantos momentos ha dado en sus comparecencias públicas, cuando hace once años José Luis Rodríguez Zapatero le reprochó haber hecho «regularizaciones con un bonobús» cuando el político gallego era ministro de Interior. «¿Qué es eso», responde extrañado Rajoy mirando al presentador antes de soltar una carcajada ese febrero de 2008.

Meses después, Rajoy y Zapatero volvieron a cruzar sus caminos en televisión. Si a Rivera le gusta emular a Adolfo Suárez o intentar hacer lo mismo con Barack Obama, uno de sus ídolos políticos, el expresidente del Gobierno socialista no dudó en decir «Buenas noches, y buena suerte», con pausa dramática incluida, como hiciera el mítico presentador de la CBS Edward R. Murrow. Tal y como recoge Telemadrid , en ese mismo debate electoral, Rajoy también tuvo su momento: «El otro día hablé con una niña y en esa niña pienso, esa niña mueve mi sentimiento y mi corazón».

A principios de diciembre de hace cuatro años, Pablo Iglesias le reprochó a Pedro Sánchez que, cuando gobernaban, no hacían lo que decían y, ni corto ni perezoso, el ahora presidente del Gobierno en funciones le respondió: «Somos mucho más coherentes que Tsipras y que Grecia».

Difícil ha sido ver de forma habitual a Mariano Rajoy enfadado. Sin embargo, el 14 de diciembre de 2015 Pedro Sánchez consiguió malhumorar al político gallego, cuando le acusó de cobrar sobre sueldos: «No le acepto que diga usted que yo no soy un político limpio. Es usted ruin, mezquino y deleznable ».

Aunque, sin duda, el momento má sviral de los debates electorales fue el de Albert Rivera antes de las últimas elecciones generales. Si resulta complicado enfadar a Rajoy, todavía más creerse que, el inquieto líder de Ciudadanos, fuera capaz de contenerse para, con una gran pausa dramática, decir: «¿Lo oyen? Es el silencio» .

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