Serrat se sincera en ‘El Hormiguero’ sobre su retirada: «Antes de que me despida un virus, o la salud, o el propio público, prefiero irme yo»

«Estoy lo mejor que se puede estar en estos momentos», ha confesado el cantautor en el programa de Pablo Motos tras anunciar su despedida de los escenarios

Joan Manuel Serrat en 'El Hormiguero' Antena 3

María Robert

Hay cosas que parecen que no van a pasar en la vida. Una de ellas es que Joan Manuel Serrat se despida de los escenarios. Uno de los mitos vivientes de la música española anunció hace unos días su retirada. Esta noche ha contado en ‘El Hormiguero’ cómo se siente tras hacerla público. «Estoy lo mejor que se puede estar en estos momentos» , revela.

«¿Cómo te vas a ir si la gente te aplaude como te aplaude?, le pregunta Pablo Motos mientras es vitoreado por el plató». Tan lúcido como siempre, el cantautor responde con sinceridad. «Antes de que me despida un virus, o la salud, o el propio público, prefiero despedirme yo. Cuando empecé no tenía una fecha de caducidad, ni nunca me la he planteado. Lo que ha hecho que me la plantee han sido sin duda estos más de dos años, casi tres desde el último concierto que di. Vi que había que tomar una decisión en este sentido. Pero he tenido una vida muy hermosa alrededor de mi oficio, y aunque he recibido muchas muestras de agradecimiento, lágrimas y penas, retirarse a los 79 años no me parece una mala edad».

Con casi 60 años de carrera a sus espaldas, y un repertorio de canciones sin barreras generacionales como ‘Hoy puede ser un gran día’, ‘Caminante no hay camino’ o ‘Mediterráneo’, Serrat todavía conserva mucha energía para su última gira, ‘El vicio de cantar (1965-2022)’, en la que dará unos setenta conciertos a lo largo y ancho de España y América. De ellos espera «que sea una retirada suave, muy dulce, muy agradable, y lo justo de emocionante para que pueda llegar hasta el final». Una cosa no quita la otra, por eso asegura que seguirá escribiendo canciones, y lo que surja. «A la petanca no voy a jugar. No porque no me guste, es que no quiero quitarles la pista a los más jóvenes», bromea.

A vueltas con la retirada, Pablo Motos insiste sobre si echará de menos el escenario, algo que el artista no sabe. «Se toma una decisión con todos los riesgos que esto comporta, pero a estas alturas del partido y después del tute de este año, no lo creo». «Ojalá tenga muchas ganas de volver, porque será un buen síntoma de salud. Otra cosa es que, teniendo muchas ganas, lo haga», añade.

De entrada, tiene aún un año intenso. Ya prepara el argumentario de los conciertos, aunque queden más de cuatro meses. «Pero no tengo ninguna duda de que no tendrá nada que ver con lo que finalmente haré. Todo este tiempo se dedica a jugar con el rompecabezas y a colocar las piezas. Es una parte de mi oficio que siempre me ha gustado mucho, ver cómo colocar una canción detrás de otra». Fundamentalmente, recalca, de lo que se trata es de un concierto de despedida. «Como una despedida de un lugar donde he estado muchas veces; en el que tengo mis cariños, mis amores, mis recuerdos, mis paisajes, mis olores. Si siempre cada concierto es único, en este caso son absolutamente especiales».

Se niega, sin embargo, a pensar en la última canción que entonará. «Soy masoca, pero no tanto. Si empiezo a pensar en ese momento me entraría una angustia que no puedo». Lo que está claro es que ‘Mediterráneo’, «la canción más bonitas de todos los tiempos» según Pablo Motos, no faltará. Aunque el cantante no está de acuerdo con esa descripción. «Si ‘Mediterráneo existe es porque hay cientos de canciones que me han llevado a escribirla con emociones y aprendizaje. No es modestia. Es una canción sumamente afortunada por el cariño que ha conseguido de la gente, hay una unanimidad con ella envidiable».

Uno de los motivos es que «celebra que el mar es un encuentro de culturas». «Todos somos hijos de emigrantes. Yo lo soy. Y lo que ha hecho rica a la humanidad son las migraciones. Esto que ahora nos aterra tanto, porque hay una pena que las acompaña…». Serrat cree que «lo natural de la gente no es que emigre, sino que se quede en su casa, donde tienen sus recuerdos, sus memorias, sus hábitos, la gente que quiere. Cuando alguien agarra los bártulos y empieza a caminar para ir a otro sitio es porque alguna angustia lo está empujando». Y el Mediterráneo para él «es un mar que es en sí mismo un puente de cultura constante en la historia, un lugar donde se han fusionado los unos con los otros y han nacido las bases de todo el pensamiento del mundo».

Para despedir al invitado, Pablo Motos agradece todo lo que ha dado a la cultura española, deseándole muchos más conciertos. «La vida no se mide por años, sino por instantes mágicos, y tú nos has dado muchos».

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