Sálvame

El destape ideológico de Jorge Javier Vázquez: «Este programa es de rojos y maricones y quien no quiera, que no lo vea»

El presentador de Sálvame, muy enfadado, estalló contra Antonio Montero por pedir que se cuestionase a Pablo Iglesias igual que a Alfonso Merlos: «Este programa es de rojos y maricones»

Jorge Javier Vázuqez en Sálvame

M. Moreno

El coronavirus tiene el poder de sacar lo mejor y lo peor del ser humano. Una crisis tan catártica como sanitaria, capaz de revolucionar las hormonas de Alfonso Merlos o de agudizar el ingenio para el absurdo de Donald Trump, que ha elevado la cotización de los detergentes y lejías mientras otros, de tanto foco, simplemente se desquician.

Desde que se decretó el estado de alarma, Jorge Javier Vázquez apenas para en casa. Entre Supervivientes, Sábado Deluxe y Sálvame, el presentador todoterreno de Mediaset vive «confinado» en Telecinco, y ha terminado por mezclar la última gresca entre Gloria Camila y Sofía Suescun con los desmadres políticos, reconvertido en defensor del Gobierno .

Al fin y al cabo, tampoco la política actual se distancia tanto del medio catódico, puro espectáculo, más aún en tiempos de alarmismo. El último estallido del presentador de Sálvame lo padeció Antonio Montero, al que se le ocurrió criticar que se cuestionase la figura de Merlos, cuyo triángulo amoroso ha sido la crónica de una infidelidad en directo , pero no la de Pablo Iglesias, algo que, como poco, indignó a Jorge Javier Vázquez : «No puedes decir eso, Antonio. Estoy hasta las narices de que coléis los discursos de Vox aquí . No lo voy a permitir. A tomar por culo».

Dicho y hecho, no volvió a dejar hablar al paparazzi, que balbuceaba intentando destensar una situación que ya seguía, sin frenos. Enfadado y con la cara colorada, Jorge Javier Vázquez insistió en que no le permitiría hablar a Montero «para decir tonterías», que Sálvame es sitio para la Pantoja y las llamadas del presidente del Gobierno, pero no para variedad de ideologías . «Este programa es de rojos y maricones, es nuestra declaración de principios. Si no lo quieren ver, no lo vean», decía el presentador, mientras el director de Sálvame, a la sombra de los focos, reía.

Entre vindicación y vindicación, apenas se oía a Marta López, que languidecía desde su banqueta de víctima, castigada con la atención mediática por un desnudo... ¿espontáneo?: «Los de derechas también lo vemos». Pero Jorge Javier Vázquez, enfrascado en la discusión política con Montero, encolerizado como solo con Dakota se le ha visto, apenas la escuchó, o puede que solo simulase no haberla oído.

Gracias a su presentador, carismático como pocos y que hace bueno el dicho de tanto vale «para un roto como para un descosido», Sálvame ha virado de puro programa de entretenimiento a un completísimo formato que lo mismo enjuicia el último crimen que acapara titulares como informa sobre el coronavirus. En pleno desmadre de versatilidad, no podía quedar fuera la política, pero solo la dictada por la ideología de un Jorge Javier Vázquez cada vez más partidista , menos proclive a escuchar a todos, aunque sea de oídas.

A principios de mes, el presentador de Sálvame denunció una campaña en redes sociales de acoso desde cuentas vinculadas a la «extrema derecha», asegurando que ni con esas le callarían. No hacía falta que Vox entrase en el plano para darle cuerda al catalán, que cogió carrerilla en eso de la política. Parecía Sálvame el hemiciclo, pero en lugar de intervenir por turnos, más predispuesto con los afines. Aunque, como avisó en 2019, pocos le «producen tanto rechazo como Pablo Casado» .

Desde la llamada de Sánchez a Sálvame en 2014, a cuenta del toro de la Vega, el apoyo de Jorge Javier Vázquez al líder socialista se ha hecho explícito desde el púlpito que le otorgan las cinco horas de programa. Hace apenas unas semanas, el presentador reconoció en directo ser votante de izquierdas y defendió, con total confianza, la gestión que el Gobierno está haciendo de la crisis del coronavirus. Lo mismo hizo a finales de marzo, cuando cargó contra los medios de comunicación que se dedican a contar los errores que ha cometido el presidente del Gobierno durante la crisis del Covid-19. «En estos momentos parece que hay personas que no aceptan las noticias buenas. Hay medios que solo dan malas noticias, y que cargan contra todo», espetó. Quizás porque cuesta ver la luz en una tragedia que ya le ha costado la vida a más de 20.000 personas en España.

Al final, la línea entre propaganda y política es muy fina, casi tanto como la que separa esta del espectáculo televisivo. Un programa como Sálvame, con más de dos millones de espectadores de media al día, quizás debería meditar si solo habla para «rojos y maricones» o si quiere virar hacia el análisis de la política. Vivimos tiempos crispados, tiempos sectarios y alarmistas. Sea como fuere, Jorge Javier Vázquez ya lo advirtió este lunes: «Quien no quiere, que no lo vea».

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