Coronavirus
Reporteros que se saltan las normas: entrevistas sin distancia ni mascarilla
Durante los últimos cincuenta días de confinamiento en España, los periodistas no han dejado de entrevistar a las personas en la calle o en los establecimientos
Pasó ayer lunes mismo: un reportero de «El Programa de Ana Rosa» , Miquel Valls , salió a las calles de Barcelona para conocer de primera mano cómo estaban viviendo sus vecinos el desconfinamiento progresivo y la posibilidad de salir a pasear y a hacer deporte durante las franjas horarias marcadas por el Gobierno. Más concretamente se desplazó a la playa de la Ciudad Condal, donde el pasado fin de semana se había producido mayor aglomeración a tenor de las fotografías y vídeos publicados.
Noticias relacionadas
Y de entre todos los transeúntes, Valls se aproximó a una mujer mayor, Paquita , que inmediatamente se echó hacia atrás y le pidió al reportero con las manos que respetara la distancia. «Es el primer día que salgo desde el 9 de marzo. He cumplicado el confinamiento como se tenía que hacer y no quiero que se me acerque nadie a menos de dos metros porque el domingo y el sábado fue un caos, ayer menos;», contó ella.
Ficha completa
El programa de Ana Rosa
Valls acompañó entonces a la mujer en su paseo. «¡No me pongas ésto [micrófono] tan pegao!» , dijo en un momento dado de la entrevista tras contar que regañaba a quienes seguían haciendo deporte o paseando fuera de su horario correspondiente. «¡Que no! ¡No se preocupe! Que no pasa nada» , le contestó el reportero de manera afable, que iba protegido con mascarilla y guantes y cuya «alcachofa» también estaba recubierta de plástico; una imagen ya habitual desde hace ya más de 50 días.
Pero Miquel Valls no ha sido el único reportero de la televisión española que se ha acercado más de la cuenta a sus entrevistados a pesar de la recomendación del distanciamientoo físico. La semana pasada, otro periodista de «El Programa de Ana Rosa» , Jorge Luque , protagonizó un momento que llamó la atención de los espectadores, que recriminaron su actitud en redes sociales. En aquel momento, Luque estaba haciendo un reportaje sobre la salida de los menores de 14 años a la calle con motivo de la desescalada. Luque no respetó la distancia establecida y se quitó la mascarilla para poder hablar con la niña. Al día siguiente, el propio Luque explicó a Quintana que se había olvidado subirse la mascarilla antes del directo y pidió disculpas: «Tenemos que dar ejemplo desde la tele».
«Sálvame» es otro de los programas que entrevista a anónimos cada día a las ocho de la tarde durante los aplausos; habitualmente se desplaza a hospitales para entrevistar al personal sanitario. La semana pasada los espectadores pudieron ver cómo el reportero Kike Calleja le acercaba el micrófono a una trabajadora del hospital madrileño de La Paz sin respectar la distancia, si bien ambos iban protegidos con mascarillas.
Las mismas críticas recibió hace más de un mes el periodista de «Espejo público» , Nacho Abad , que se desplazó hasta el hospital de campaña de IFEMA. El reportero realizó una conexión en directo tosiendo, con la mascarilla bajada, con un guante en una sola mano y tocando el material del que estaba haciendo acopio el improvisado hospital de campaña. A su actitud hubo que añadirle que supuestamente se había colcado en el almacén de comida del hospital de Ifema sin autorización previa.
🎥VÍDEO| Los mercados de Madrid regalan comida en IFEMA y en dependencias policiales #PorTodosESP
— Espejo Público (@EspejoPublico) March 27, 2020
▶https://t.co/Ahwoln6S4m pic.twitter.com/ZyYlHwrMRF
Algo similar ocurrió a mediados de abril cuando Antonio Campos Martínez , un reportero de «Liarla Pardo» , el programa dominical de Cristina Pardo , entrevistó a un empleado de una farmacia sin respetar la distancia, sin guantes y con la mascarilla bajada. Lo llamativo del asunto es que el motivo de aquella entrevista era precisamente la compra y el uso de las mascarillas...
En el otro lado de la moneda también ha habido reporteros que se han encargado de protegerse lo máximo posible y respetar el distanciamiento físico. Ocurrió con un periodista de la BBC durante su visita a las urgencias de un hospital de Nueva York; el reportero no solo empleó un micrófono diferente sino que se vistió con una suerte de escafandra para así evitar cualquier tipo de contacto. Incluso una enfermera le dijo que deseaba tener un traje como el suyo para continuar trabajando.