Casting de OT

Mamá, quiero ser artista

Más de 16.000 personas en toda España se presentaron a las pruebas del exitoso programa de TVE

Aitana ayuda a una aspirante en el casting de «Operación Triunfo 2018» RTVE

Manuel Campillo

Sobre sueños no hay nada escrito. Por eso, pese a las dificultades del mundo musical, son muchos los jóvenes que todavía se imaginan sellando su nombre en un disco. Nada asegura el logro, pero hay formas de agilizar el proceso, buscar una brecha. Un atajo por el que intentaron colarse los 3.000 candidatos que, sin ningún tipo de garantía, aguardaron su turno el pasado martes para conseguir una plaza en «Operación Triunfo 2018» , el exitoso programa que el año pasado regresó a TVE.

[Así vivió ABC el casting de OT]

Desde el 30 de mayo, el equipo de Gestmusic estuvo de gira por toda España buscando los mejores perfiles para renovar las alegrías que el «talent show» le dio a la cadena pública en 2017. Un total de 16.359 personas se presentaron en las diez ciudades para probar suerte, 6.000 más que el año pasado. Y Madrid fue la última parada del recorrido. Los primeros en llegar aguardaron a las puertas de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas de la Universidad Politécnica de Madrid desde las cuatro de la madrugada para conseguir la pegatina que les asegurara pasar a la siguiente fase.

Mientras el Metro se desperezaba después de su letargo nocturno, una de las más madrugadoras salió de casa. Kevilin no podía ocultar sus nervios, en sintonía con el resto de jóvenes ansiosos por demostrar su talento y superar la prueba. Un año le bastó a esta venezolana para sucumbir a los encantos de «Operación Triunfo», un concurso que catapultó la carrera de David Bisbal y que vive ahora su máximo esplendor. La joven de 19 años había estado siguiendo el formato, y pensó que era su oportunidad. «Es la primera vez que me presento a un casting», aseguró a ABC. También presente en el desafío, un rostro conocido: la siempre imponente Noemí Galera, antes rigurosa miembro del jurado y desde el año pasado directora de la Academia de «Operación Triunfo». Motivada por las enseñanzas que imparte el claustro dirigido por Galera, la joven venezolana decidió dar el paso definitivo para encauzar su aprendizaje. «He cantado desde pequeña, cuando mi madre me metió en el coro, y ahí le cogí el gusto», dijo. Por probar, que no quede.

Otros muchos aspirantes a una plaza en la Academia aguardaban su turno. Algunos, como la propia Kevilin, con experiencia en el mundo del canto. «Entré en un coro cuando tenía 8 años y desde entonces me encantan las artes escénicas», reconoció Irene, una chica de 20 años que estudia Magisterio de Educación Primaria. Indecisa hasta el último momento sobre si presentarse o no a la audición, fue su novio quien le dio el empujón definitivo. Sus amigas, para evitar que reculara, la acompañaron en la cola desde las siete de la mañana. «Lo que quería era vivir la experiencia de estar en un casting como el de “Operación Triunfo”», admitió la joven, que, pese a la mala pasada que casi le juegan los nervios, ya se había presentado a otros «talents shows» de niña: «De pequeña probé en “Camp Rock”, de Disney Channel, pero nada más». Pasos similares a los de su amiga Yulisa, que ya lo intentó en un casting nueve años atrás. Ponferradina asentada en Madrid, llegó con la lección aprendida de casa. «Todo comenzó cuando un día me llevaron a un karaoke y dije: “Quiero esto para mi vida”», reconoció la joven, que se preparó a conciencia para poder subirse, algún día, a un escenario como profesional. «Estuve cinco años en piano y canté en el coro como “hobby” desde muy pequeña».

Minuto a minuto, la ya sempiterna cola seguía creciendo. El goteo fue constante hasta que, a las 14.00 horas, la organización determinó que nadie más se podía sumar a la fila, que sumó un total de 3.460 aspirantes.

La mayoría de candidatos, además de su pasión por la música, compartían ciertas tablas sobre cómo combatir el miedo escénico. De hecho, para muchos de ellos no era la primera vez que probaban suerte en un programa de televisión. Marina, por ejemplo, persiguió su sueño más allá de las fronteras españolas, cuando se presentó a la versión británica de «Factor X» y, a sus 18 años, lo intentaba ahora en Madrid tras no superar el casting de Alicante.

«Yo no quiero vivir solo “OT”, quiero ir más allá», codiciaba Yulisa. Pero el nivel de exigencia, tras el paso de Amaia, Aitana y el resto de concursantes el año pasado, está por las nubes. «El listón está muy alto», anticipó Noemí Galera. El concurso ya no solo pretende descubrir jóvenes talentos, sino proyectar al mundo profesional a candidatos cualificados para triunfar después en el duro mercado. Y es que, tras nueve ediciones del formato, solo alguno de los 148 que pisaron la Academia ha conseguido consolidar su carrera de puertas para afuera.

Los números no acompañaron a todos. El límite estaba fijado. De los 3.460 aspirantes que se pasaron por el casting de Madrid, solo 107 lograron el pase a la segunda fase, que se celebró el pasado miércoles. Todavía no se conoce el número de personas que han conseguido pasar de ese corte, pero, en el horizonte, ya asoma la alargada sombra del casting final. Una última fase que tendrá lugar entre los últimos días de agosto y primeros de septiembre, y determinará los 16 concursantes que entrarán en «Operación Triunfo 2018».

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