Lazos de sangre

El gran amor de Sara Montiel fue un Premio Nobel

El programa presentado por Boris Izaguirre realizó un completó recorrido por la vida sentimental de la actriz

Sara Montiel RTVE

Novo

En «Lazos de sangre» se repasó la vida sentimental de Sara Montiel . Dio mucho juego. De Miguel Mihura a Tony Hernández , pasando por un Premio Nobel . Durante el programa se explicó que, más que por la pasión, se dejaba guiar por el amor. «Ella era una mujer sensual, pero el sexo no le gustaba mucho», aseguró Manuel Zamorano , que fue uno de sus mejores amigos en el último tramo de su vida.

Miguel Mihura, bajito, cojito y muy feo

Su primer amor fue el dramaturgo Miguel Mihura . «Él no se quiso casar conmigo», lamentaba ya Sara Montiel en la edad en la que uno hace balance de su vida. Se conocieron en 1945, cuando él tenía 41 y ella 17.

«Era bajito, cojito y muy feo», le dijo de él muchos años después a Carlos Ferrando , que lo contó en «Lazos de sangre» .

Mihura le enseñó a leer y le inculcó el amor por la lectura.

Ella, chica lista de pueblo, lo supo aprovechar.

Severo Ochoa, física y química

Sara había hecho seis películas, pero aún no había logrado ningún papel como protagonista. Así que su madre le propuso marcharse a México, donde había una escena cinematográfica muy animado. Allá se fueron. Antes de marcharse, Mihura la puso en contacto con León Felipe , poeta español que estaba exiliado en aquel país. Fue su enlace con la intelectualidad: así tuvo acceso a Severo Ochoa , el asturiano ganador del Premio Nobel de Medicina en 1959.

Manuel Zamorano es un maquillador que conoció a Sara cuando ella tenía 68 y él solo 18. Se hicieron íntimos en el último tramo de la vida de la artista. Por eso tiene especial interés lo que reveló ayer: «A mí Sara me dijo que el amor de su vida fue Severo Ochoa ». «Su mujer era intocable, pero lo nuestro fue rápido, cuestión de química», decía Sara de aquel amorío.

Pecado mortal con Anthony Mann

Hubo química, pero no una relación más formal con Severo Ochoa . Desengañada, formó pareja con con Anthony Mann , el famoso director de cine norteamericano. «Casarse por lo civil era un pecador mortal. Y estaba muy mal visto en España», decía Sara . Fue justo lo que hicieron.

Llegó a estar embarazada de ocho meses, pero tras una caída perdió al bebé. La relación concluyó en 1963.

El fugaz Txente

Después se casó, ya formalmente y en España, con el empresario José Vicente Ramírez , Txente. Fue muy fugaz: duró un mes. «Ahora eres la mujer de José Vicente Ramírez, no eres Sara Montiel», le dijo recién casados. Quería que dejase su profesión. Sara se negó. «Primero va el cine, después van todos los hombres, maridos o amantes, pero el cine siempre por delante», se impuso ella.

Giancarlo Viola, pasión italiana

«Más de 40 años de amor», dijo Sara de su relación con Viola . Idas y venidas. Locura de amor. El tiempo pasó y ella descubrió que necesitaba la estabilidad que él no le daba.

Pepe Tous, la estabilidad

La estabilidad que Viola no le daba la encontró en un discreto empresario mallorquín.

«Hasta que conoció a Pepe siempre estuvo con hombres muy mayores», apuntó Jesús Mariñas , también presente en el plató de «Lazos de sangre». «¿Por qué esa querencia?», se interesó Boris . «Le gustaban mayores y era una oportunidad para crecer», respondió su invitado, que no tiene pelos en la lengua.

Sara sufrió once abortos a lo largo de su vida. Para satisfacer a Pepe Tous , que quería tener hijos, decidió adoptar. Así llegaron a su vida Thais y Zeus , sus hijos. Una de Brasil y otro de Alicante.

Pepe y Sara casaron en 1979 tras muchos años de relación.

«Era el marido ideal para ella», sentenció Andrés Pajares durante el documental.

«Era la felicidad plena», dijo Sara de esa relación que finalizó abruptamente en 1992 con el fallecimiento de su marido, víctima de un cáncer. «Te desaparece una persona de la noche a la mañana y me quedé como un pajarito herido», analizó una hundida Sara .

Tony Hernández, su Dinio

Fue un triste episodio final para Sara Montiel . Hablamos de su relación con el cubano Tony Hernández . Ella, que siempre le había llevado la delantera a su amiga Marujita Díaz , se vio imitando a ésta, que había puesto a Dinio en su vida.

El elegido de Saritísima fue Tony Hernández . Fue su antídoto contra el olvido social. Una forma de volver a la cresta de la ola. Ella tenía 74 y él 36. Se casaron en el 2002 y aquello solo duró diez meses.

Fue un montaje. Muy rentable: 120.000 euros cobraron por la exclusiva de la boda. Ese enlace que ella negó cuando los medios se presentaron en el juzgado y a punto estuvieron de sabotear la exclusiva.

«Fue atroz», resumió Boris .

Un alcalde, amor oculto

Como guinda de la noche, Manuel Zamorano desveló durante el programa un amor de la artista que hasta ahora no había trascendido. «Sara estuvo con el alcalde de mi pueblo», aseguró.

Fue a través de esta persona, padre de una de sus mejores amigas, como él accedió a Sara Montiel . No dio demasiados detalles, salvo que el hombre era viudo y que se conocieron a través del político José Bono .

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