La isla de las tentaciones

Y Christopher perdonó a Fani

Lo que la isla separó lo ha unido el perdón del chileno. La reconciliación fue la trama central de una noche en la que Susana y un ausente Gonzalo confirmaron el fin de su relación

Mónica Naranjo se reencontró con Fani y con Christofer MEDIASET ESPAÑA

Rubén Ventureira

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El cuento de Estefanía acabó bien . Con el perdón de Christofer, del que ahora ya sabemos que, además de gritar, sabe perdonar. La pareja que se había roto en la isla por la clamorosa infidelidad de Fani se unió de nuevo con la España catódica como testigo. Para la millonaria audiencia acaba de ocurrir, pues lo ha vivido en esta madrugada del viernes 14 de febrero, pero para los dos protagonistas esta realidad pasó hace algo más tiempo.

Expliquemos esto último. Para seguir la trama de «La isla de las tentaciones» conviene haber cursado al menos hasta tercero de «Regreso al futuro». Venía envuelto en el celofán «película apta para todos los públicos», sí, pero recordemos que el de Zemeckis era un filme donde una madre pretendía ligarse a su hijo antes de que éste hubiese nacido. El sueño loco de los guionistas de «La isla de las tentaciones» sería tener un DeLorean con su condensador de fluzo y su depósito lleno para poder armar líos intratemporales de este estilo.

Decíamos que para seguir la trama de «La isla…» conviene haber cursado al menos hasta tercero de «Regreso al futuro» o, en su defecto, hasta segundo de Tarantino ( «Reservoir dogs» + «Pulp Fiction») o primero de «El Ministerio del Tiempo». Pese al desprestigio que atraviesa este nivel de formación académica, también valdría un doctorado en «Memento» . Esta introducción ha sido un largo prólogo para decir algo tan sencillo como que en el programa de Mediaset hay tres líneas temporales abiertas. A saber:

Primera línea temporal: el pasado lejano . Lo acotamos entre mayo y junio de 2019. Es la fecha de grabación del «reality», es decir, cuando cinco parejas viajaron a la República Dominicana y, una vez en la isla, fueron separadas en Villa Montaña (ellas) y Villa Playa (ellos), localizaciones en las que les aguardaban diez macizos (a ellas) y otras tantas macizas (a ellos) con el insano objetivo de arrastrarlos (a ellos y a ellas) a la infidelidad catódica.

Segunda línea temporal: el pasado reciente . En concreto, diciembre 2019. Es cuando se grabó el epílogo con el que Mediaset estiró este jueves el chicle tropical a la vista del éxito de audiencia cosechado en semanas precedentes. El reencuentro se produjo seis meses después de que se apagase la última hoguera y poco antes de la conversión de Pedroche en una pieza de arte contemporáneo en la Puerta del Sol.

Tercera línea temporal: el presente . O sea, febrero de 2019. Esta tercera línea está condicionada por las dos anteriores. Y es que los participantes en «La isla de las tentaciones» se han movido hasta ahora en el presente con pies y lengua de plomo, condicionados por lo firmado en sus contratos, que les limita a la hora de decir la verdad para no caer en el «spoiler». No obstante, han ido trascendiendo detalles a través de revistas, paparazzi y pequeñas revelaciones en redes sociales.

Esta convivencia de líneas temporales produce efectos muy dispares para audiencia y protagonistas. Así, mientras para nosotros solo han pasado tres días desde que Rubén dio calabazas a una Estefanía que se quería marcha de la isla con el futbolista y apenas tres semanas desde el desgarrador «¡Estefanííía!», para los protagonistas del embrollo en realidad han transcurrido ocho meses. Y en ocho meses da tiempo hasta de tener trillizos, si es que vienen prematuros. Tranquilos y tranquilas: no es un «spoiler». Nadie de la isla ha tenido trillizos, al menos que sepamos.

Allá vamos con el epílogo de «La isla de las tentaciones» .

Andrea, Óscar e Ismael. Heridas abiertas

La noche arrancó con Ismael, el ex de Andrea I , sentado en el confesionario de Mónica Naranjo. «Cuando dejé la relación, me sentí mucho mejor», espetó de entrada. La cantante le pregutó si había perdonado a la que fue su pareja: «Yo la perdono, pero eso no lo quiero en mi vida». Referirse a Andrea I como «eso» fue muy celebrado por los tuiteros, que ni tienen corazón ni en alta estima a la moza.

Entró entonces en escena Andrea II , que es la soltera con la que Ismael se besó en la isla. Fuera de ella hubo más arrumacos. Se relacionaron «de todas las maneras posibles», dejó caer él. Naranjo le pidió que aclarase la frase; vamos, que fuese al grano y aclarase si habían ido al grano. «Sí, hemos intimado», acabó reconociendo. Pero la historia no tuvo mayor recorrido.

Tomó el relevo en el sofá Andrea I, quien aseguró que, tras la isla, Ismael intentó volver con ella, lo que él negaba mientras veía las imágenes por ese aparato que tanto sufrimiento le ha causado, la tele. Más sufrimiento le sobrevino cuando vio aparecer a un Óscar que confirmó que aquello que que nació en la isla seguía vivo.

Se produjo entonces el primer «highlight» de la noche: Ismael, ex novio, en un lado del ring; del otro, Andrea agarrando la pierna de Óscar. Ella optó de nuevo por su táctica tradicional, o sea, cargó sobre los hombros de su ex la responsabilidad de su infidelidad. «He hecho esto porque había cosas en ti que no me gustaban». «Esto» es haberse acostado con Óscar. Andrea, doña erre que erre.

«Ismael ha querido quedar de víctima y de pobrecito, pero la gente se ha dado cuenta de que no es así», resumió ella, y, sinceramente, pensamos que, Óscar al margen, ningún hombre en España asintió en ese momento ante tal afirmación. Y probablemente tampoco ninguna mujer.

Susana y Gonzalo. Como hermanos

« ¿Susana, estás enamorada de Gonzalo? ». Ésa fue la pregunta con la que Mónica Naranjo, que a veces es maravillosamente Maléfica, desencadenó el final de la relación entre Susana y el que era su novio cuando llegó a la Dominicana. La pregunta cayó como una bomba en aquella sonada hoguera final. Seis meses después, Susana reconoció que si esa pregunta no llega a ser lanzada, ella no hubiese dejado aquella noche a Gonzalo, y eso que se refirió a ella como «tío», previamente la había calificado de «asexual» y con anterioridad se había comportado como un personaje de «American Pie».

Tuvieron otra «conversación» fuera de la isla, pero no lograron reconducir la situación y ella abandonó la que fue su casa común, en Sevilla, sin parar de llorar. «Fue horrible», recordó. Al principio intercambiaban mensajes, pero como daba una de cal y otra de arena, al combinar mensajes bonitos con otros en tono de reproches, se zanjó también el intercambio de bits.

A esas alturas de la película, Susana dijo las palabras que más teme todo hombre que aún está colgado de una mujer. Que veía al que fue su novio durante seis años « como un hermano, como un amigo ».

Aunque Mediaset había anunciado que todas las parejas se reunirían en este epílogo, Gonzalo solo compareció por carta. Ella la leyó en una tableta –electrónica– mientras se superponía la voz de él, que en algún momento cumbre sonó llorosa. «No me quedan fuerzas después de todo lo que he pasado. Estos seis meses me han pasado como si fuesen años», admitía él, abriendo así una cuarta línea temporal a las tres que antes detallamos, una en la que el tiempo se dilata y los meses duran años.

«Ojalá con el tiempo nos podamos volver a encontrar», deseó Susana, introduciendo la línea de tiempo futura en esta trama, con lo cual ya tenemos seis capas. Volver a encontrarse pero, ojo, y para que nadie se confunda ni de noche ni de día, como hermanos, como amigos. Se escuchó entonces una de esas canciones de Coldplay capaces de hacer llorar a un gato, y todos sentimos que sí, que era cierto, y que lo de Susana y Gonzalo ha acabado.

Fiama y Álex. Nuevos y separados horizontes

14 de septiembre. Era la fecha –casi de canción de Mecano– de la boda de Fiama y Álex. La habían fijado antes de pisar la isla. En la hoguera final, ella despachó con un «ya veremos» la pregunta de si el enlace seguía en pie tras todo lo acontecido entre palmeras.

Al volver de la Dominicana, hablaron «muchísimo», reveló ella en el epílogo. Volvieron a la rutina. Para la malo y para lo bueno. Porque además de los arrumacos regresaron las faltas de respeto. Y llegó el desencanto: «Salía de trabajar y no tenía ganas de volver a casa», reconoció Fiama en el sofá de la Naranjo. «Claro, porque tonteabas con tu compañero de trabajo», replicó Álex desde la sala de vídeo.

A juicio de ella, aquello se convirtió en «un amor tóxico», y decidió ponerle fin. El duelo de Álex no duró demasiado: «A las dos semanas le decía a otra las mismas cosas que me decía antes a mí», reprochó Fiama.

También hubo reproches de Álex, en este caso por el comportamiento de la que fue su novia en la isla, ya sabe, aquellos tonteos isleños con Joy . «Tenía pareja y tenía que haberla respetado», dijo aún dolido. Reconoció que al mes y pico de haberlo dejado con Fiama –que no a las dos semanas– decidió volver al mercado. Heterodoxo, no eligió Tinder, sino Instagram. Y dio en la diana: «Estoy enamorado», confesó. No lo dijo, pero se ha publicado por ahí que su nueva pareja es Natalia, una futbolista del Torrelodones, que es un topónimo que a todos nos evoca a Sabina.

En el caso de Fiama y Álex sí hubo reencuentro ante Mónica Naranjo, que pasó de presentadora a moderadora. “Quiero que respetéis los turnos”, se hizo escuchar entre gritos y acusaciones variadas, entre las que sobresalió un nuevo reproche de él (que la había pillado tonteando con otros ex). «Falso, eres un falso», zanjó ella, quien movía la pierna inquieta mientras Álex se alejaba, quizá para siempre, camino de la puerta de salida.

Pero sabido es que cuando una puerta se cierra otra se abre. Y en la que se abrió apareció Joy con un ramito de flores. «Qué guapo estás», reaccionó ella. Hubo beso. En la boca.

«Lo he besado y me voy a casa feliz», cerró Fiama.

Adelina y Jose. Bebé a la vista

En el tráiler vimos llegar solos al confesionario de Mónica Naranjo a la mayoría de los y las participantes excepto a Adelina y Jose, que son dos organismos en permanente simbiosis. Si siguen juntos en el futuro, no solo damos por hecho que se acabarán pareciendo entre ellos con el paso de los años, sino también que sus hijos serán sus perfectas réplicas y hasta sus perros –seguro que los tendrán, como toda familia de teleserie que se precie– acabarán siendo clones de esta pareja perfecta .

Evidentemente, no hacía falta ser Carlos Jesús para adivinar que Adelina y Jose seguirían juntos tras la isla. Se fueron de la Dominicana de la mano, y de la mano siguen seis meses después. Pero, entremedias, no fue oro todo lo que relució, o eso contaron en el sofá. Que si vivieron meses «duros», que si se plantearon incluso dejarlo… Y todo porque la alegre Adelina que Jose descubrió en la isla no le acababa de gustar del todo. Al final, cayó en la cuenta de que «simplemente se lo estaba pasando bien». Pues sí que tardó. Total, que la boda sigue en pie y el año que viene quieren tener un querubín que, como hemos dicho, será su perfecta simbiosis.

En todo caso, la noticia más comentada de las últimas horas relativa a Adelina y Jose no se produjo en el casaplón donde Mónica Naranjo entrevistó a las parejas. Fue la que pudimos leer en el Instagram del doctor Antonio Fernández Brito. Y es lógico que así sea en un país donde la calvicie es un mal endémico que, pelo a pelo, está pidiendo a gritos un Plan Nacional de Alopecia o, en su defecto, un Cambio radical ambientando en Turquía para nuestros mortadelos y filemones. A vista de tele 4K uno aprecia el pelo de Jose y, de frondoso y fuerte que parece, diríase que el guardia civil porta gomina en su ADN. Pero no, no es esa mata gloriosa, como creíamos, producto de la mano de Dios, sino de la de un cirujano plástico de apellido Fernández, a quien, dicho sea de paso, felicitamos por haber convertir una zona devastada en un Amazonas capilar.

Fani y Christopher. El retorno

Ya en el tráiler vimos llegar a Rubén marcando distancias y a Christopher marcando sonrisas. Todo un aviso de lo que iba a ocurrir.

Fani no había vuelto a ver al ex futbolista después de la última hoguera. «Tanto que me prometía y me dejó sola», lamentó, antes de llamarle «falso», «mentiroso» y «manipulador». «Les das tu corazón, te abres y después nada», continuó dolida.

«Me falta una explicación coherente», dijo Fani. Y esa explicación que le debía, fue ofrecida por Rubén, que irrumpió en escena con un abrazo que sorprendió a Fani.

«Qué fuerte, qué fuerte», dijo entonces ella. Y en ese momento fue inevitable volver a acordarse de «Regreso al futuro», donde Marty McFly repetía constantemente la palabra «fuerte» para sorpresa del científico Doc: «Otra vez la palabra fuerte. ¿Por qué son tan fuertes las cosas en el futuro? ¿Tenéis algún problema molecular?». Fani no tiene, que sepamos, problemas moleculares. Pero parecía tener problemas oculares de tanto que abría los ojos para mostrar sorpresa por la aparición de Rubén tras seis meses desaparecido.

«¿A qué has venido?», preguntó ella. «Jugaste conmigo», le dijo al ex jugador de fútbol, que ponía cara de póker. Rubén respondió como si aún fuese futbolista y estuviese ofreciendo una rueda de prensa una mañana antes del partido.

«A la hora de la decisión pensé más en mí», deslizó. Finalmente, sus disculpas fueron aceptadas, y se abrazaron sonrientes.

Se fue Rubén y llegó el turno de hablar de Christopher. Fani confesó que a la vuelta de la isla lo echaba de menos. Le escribió, le pidió perdón. Al principio él se resistía. Al principio.

Naranjo puso entonces voz a España y preguntó lo que había que preguntar: «¿Me estáis diciendo que habéis vuelto?». «Sí», contestó ella. Y entonces apareció Christopher y confirmó la reconciliación.

«Ha sido un camino difícil, pero para mejor», dijo sobre su paso por la isla. «Decidí perdonarla porque yo la seguía queriendo», justificó. «Te quiero pedir perdón delante de toda España», dijo ella muy peliculera.

Y él la perdonó. Otra vez.

Y en ese momento todos comprendimos que tan cierto es que Fani mordió la manzana en la isla (Rubén), como que todos los televidentes hemos picado en el anzuelo que nos lanzó Mediaset. Ha urdido muy bien la trama, a fuego lento, que es como se cocinan los platos más espectaculares. Repasemos: los tempranos coqueteos entre Fani y Rubén, la culminación del adulterio ante los ojos de Christopher, el novio a la fuga, la entrevista de la pasada semana en la que de la pena que daba el chileno a Sandra Barneda le faltó poco para achucharlo… No lo supimos ver, pero se estaban jactando de nuestra inocencia en nuestra cara.

Christopher ha hecho lo que los españoles no han hecho todavía, y mucho no harán jamás: ha perdonado a Fani. También es cierto que si la audiencia ni se había planteado tal perdón era, entre otras razones, por una cuestión de tiempos, porque la herida aún supura. Recuerden: para nosotros solo hace dos días que Fani se quería ir de la isla con Rubén, y nadie perdona tan pronto. Pero es que el Christopher de ayer estaba en otro capa temporal: lo que para nosotros han sido dos días para él han sido en realidad seis meses. Es complicado de entender, y quizá además de todas las películas al principio citadas tengamos que repasar «Interestelar», pero es así.

Y la pregunta que todos nos hacemos ahora, cuando ya no hay «spoiler» que valga es: ¿seguirán juntos en la tercera línea temporal? Es decir, a 14 de febrero de 2020 . Alguna portada de la semana pasada –ahora se puede contar– nos confirma que sí. Nos confirma que Fani y Christopher han vuelto. Y también que el perdón puede borrar la tentación.

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