First Dates

Un soltero amaga con salir por patas al descubrir la identidad de su cita: «Cóbrame, que me voy»

Tras una cena desastrosa hace meses, el programa gastó una peculiar broma a Juan Antonio y Elisabeth

Juan Antonio y Fina en la decisión final Cuatro

María Robert

La primera vez que Juan Antonio (59) probó suerte en 'First Dates'   llegó con las cosas muy claras, pero salió digiriendo las calabazas de Elisabeth (60), bastante más interesada en ligar con Carlos Sober a. Pese a la mala experiencia, los dos solteros volvieron a intentar encontrar el amor en el programa de citas de Cuatro cinco meses después.

Lo que no se esperaba ninguno es que el 'dating show' les tenía preparada una sorpresa poco grata: un reencuentro. Juan Antonio se encontraba en la barra esperando a su compañera de velada, a una mujer que le proporcionara «aventura, compañía y sexo». La sonrisa le duró hasta que vio entrar por la puerta a Eli . «¡No me jodas! Esto no es serio, tío. No, no, no, no. Cóbrame que me voy ¡No puede ser! Yo a esta señora no la entiendo ni para atrás», se quejaba abiertamente. Mientras, ella volvía a la carga tirándole los trastos a Sobera. «Yo me voy a sentar contigo?», preguntó la soltera, sugiriéndole al presentador una cita. Lógicamente el conductor de 'First Dates' la frenó en seco con un rotundo 'no'.

Ante la perspectiva de tener que repetir velada con el barcelonés, Elisabeth también amenazó con marcharse corriendo.

La cita Cuatro

Una broma del programa

Para alivio de ambos, el encuentro no era más que una guasa del programa para crear tensión. En la mesa los esperaban a ambos dos solteros desconocidos. «¡Olé! Esto sí que es una mujer», celebraba Juan Antonio al conocer a Fina (58). A priori se las prometía muy felices, pero su nueva cita a ciegas le puso al comensal las cosas aún más difíciles que Elisabeth.

Tras perder a su marido a causa de ictus hace 12 años, a Fina le gustaría rehacer su vida al lado de un hombre que disfrute como ella de las pequeñas cosas de la vida. Juan Antonio , por su parte, tuvo un brote de sinceridad al confesar que su matrimonio se rompió por ser un golfo, una información que a la catalana le desagradó. «Si se separó hace 5 años porque era un golfo, probablemente lo siga siendo», argumentó.

Él, en cambio, le hizo saber a Sobera su convicción de que Fina era la persona que quería en su vida.

Pero cuando la conversación comenzaba a ponerse interesante, llegó la cuenta. Y cortó todo el encanto de golpe. Pensando que la invitaría, la catalana se llevó un chasco al proponer Juan Antonio que pagaran a pachas.

A la hora de la decisión final, Fina puso condiciones de cara a tener una segunda cita. Primero que el encuentro fuese en Cambrils, su localidad. Este punto el catalán lo aceptó sin problemas porque «no es de caballero decirte que vengas a Hospitalet». Aunque mejor se hubiera quedado calladito, pues ella aprovechó el comentario para reprocharle el desaire de la cuenta. «Tampoco es de caballeros no pagarme la cena», apostilló. Insistiendo en que había perdido muchos puntos por no invitarla, insistió en sus condiciones. «Tienes que resarcirte del día de hoy, de ti depende una segunda cita, chato»

Exigencias que a Jose Antonio no parecen haberle disgustando. «Qué carácter, como me gustan a mí las mujeres».

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