First Dates

El comensal más arrogante de «First Dates»: «He ligado más que Julio Iglesias»

Paco llegó al programa presumiendo de un pasado golfo y un abultado historial amoroso

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A Carlos Sobera y los suyos se les acumula el trabajo. Decenas de solteros llaman a diario a las puertas de «First Dates» con la esperanza de que en «el restaurante del amor» también ellos tendrán suerte. «Este no es un restaurante cualquiera», recuerda siempre Sobera al empezar el espacio de Cuatro. Como viene siendo habitual, «First Dates» no defrauda a la hora de mostrar al espectador lo más granado de la sociedad española . El aficionado al formato sabe que no sabe lo que puede esperarse de una cita de «First dates»: los seres más diversos y extravagantes que pueblan nuestro país se dan cita, y nunca mejor dicho, en el programa de Sobera.

Este lunes el programa adoptó una temática veraniega. Bajo el nombre de «First Dates Beach» , Sobera y su equipo pusieron a cenar a las parejas en el restaurante de siempre, pero decorado como si fuese un chiringuito hawaiano. «Lo mejor que se puede hacer en verano es enamorarse», recordó Carlos Sobera al comienzo ataviado en una camisa de flores. Con un look muy veraniego llegó Ingrid, una diseñadora alemana de 65 años que vive en Marbella desde hace años: «Los hombres solamente quieren sexo , nada más, y en ese momento yo les paro». Nada más llegar se marcó unos pasos de flamenco, presumiendo de ser conocida en Marbella como «la Lola Flores alemana».

«Siempre he sido madre soltera, he sacado a mi hijo adelante yo sola . Pero ahora que tiene 28 años busco de nuevo el amo», explicó, «quiero a un hombre que no sea mentiroso, que sea amable y cariñoso». Su pareja sería Paco, un alicantino de 64 años que se presentó diciendo que « no tengo sentido del ridículo . Si no te gusta como soy, aire». El hombre vive en Santa Pola y llegó cantando una canción que le dedicó a Mariano Rajoy y presumiendo de que « he ligado más que Julio Iglesias , y si no haz una encuesta...Yo llevo muchos años separado y los he dedicado a ligar y a ligar». Aunque la cita fue muy distendida y él quiso tener una segunda cita, ella dijo que no había encontrado sintonía y prefirió no darle una segunda oportunidad.

Uno poco más tarde llegaron desde Málaga María José y Carmen, madre e hija , las dos en busca del amor. Carmen, de 20 años, trabaja como dependiente y dice ser «una chica simpática y cariñosa. Mi madre y yo somos unas panteras porque somos muy fuertes y hemos pasado mucho juntos. Por eso me ha acompañado aquí». La joven tiene claro lo que busca de un hombre: «Que sea un chico abierto, extrovertido , que no sea celoso y con acento llamativo».

María José, la madre, se gana la vida echando las cartas del tarot , y Sobera le pidió que no le dijese a la pareja de su hija que era su madre. El presentador la hizo pasar por la tarotista oficial del programa para que le echase las cartas a Gabriel. De origen cubano, a sus 27 años vive en Madrid trabajando como tatuador y tiene ya dos hijos: « Como buen latino tengo sangre caliente ». María José estaba encantada en su papel de adivina, pero Gabriel dijo nada más llegar que « no creo en la magia , por lo que me es indiferente que me echen las cartas para esta cita».

Todo fue bastante bien hasta que el cubano le contó a su Carmen que había sido infiel con sus anteriores parejas, algo que no le gustó nada a Carmen. Y ese motivo pesó más que todas las buenas sensaciones que le había transmitido el cubano, por lo que no quiso tener una segunda cita con él.

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