First Dates

El comensal de las «500 mujeres» es rechazado por «golfillo»: «Los hombres no cambian»

José Luis llegó a «First Dates» contándole a Sobera que había «estado con muchas chicas, pero nunca me he enamorado»

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En esta segunda noche de julio rompió el hielo en «First Dates» José Luis, un gallego prejubilado de 59 años. El hombre quiso dejar muy claros sus antecedentes nada más entrar: «Yo he salido con más de 500 mujeres , y puedo demostrarlo». También alagó a Sobera diciéndole que era «el hombre más inteligente que conozco» y le confió que tenía ganas de «coger a una chica que me atraiga».

Pese a su apabullante volumen de negocios, el gallego contó que en el amor « no me ha ido muy bien . Pese a haber estado con muchas chicas, nunca he estado enamorado». A estas alturas, le contó al presentador, buscaba a una mujer «cariñosa, y no pido más». Su pareja, también gallega y de 58 años, fue Marita, una mujer seria y con sus principios muy claros . «Quiero a un hombre que respete a la mujer», contó en su presentación, «esos que solo saben hablar de follar el primer día no me gustan nada. Yo busco a un hombre cariñoso, pero ahora solo quieren aquí te pillo y aquí te mato ».

La primera impresión no fue nada del otro mundo. « No me dio chispa físicamente», se quejó Marita. A José Luis lo que le impactó fue que ella se pidiese un vaso de leche para cenar: «No me agrada que tome leche. Imagínatela a ella cenando con la leche y yo con una cerveza o con vino». Se sentaron a cenar y empezaron preguntándose por la edad. José Luis se molestó cuando Marita le echó 62 años, tres más de los que tiene. «Eso le dolió, quedó fundido», se burló ella.

Sin venir a cuento él le informó de que «yo guapo no he sido nunca , pero he sido atractivo y me queda algo». «Pues yo te veo muy normal de cara», le picó Marita, hiriendo una vez más el orgullo de José Luis. Él siguió a lo suyo confesándole que «las mujeres que me gustan están casadas o tienen novio . Y he tenido a varias chicas casadas, algunas muy guapas. Es que se me pegan».

A Marita esto acabó de dejarle claro que José Luis no era un hombre para ella. «¿Y por qué no rechazas a todas esas mujeres casadas?», interrogó. Él se justificó a sí mismo: «Porque uno está y si te viene la chica ya se ha liado. La carne es débil». La confesión del gallego fue mucho más allá: «A mi mujer le he sido infiel cientos de veces , porque no estaba enamorada de ella».

«¿Y estás orgulloso?», le preguntó con frialdad, a lo que él respondió que no. «Eso ya me mató», dijo la mujer en el confesionario, « un hombre no cambia , así que no hay más que decir». Aunque la cita ya estaba sentenciada, ninguno de los dos perdió la educación en ningún momento. Marita, con exquisitos modales, le afeó a su pareja el ser «un poco golfillo» y José Luis asumió que así era. El desenlace fue el esperado y los dos se volvieron para Galicia, aunque cada uno por su cuenta.

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