Una comensal que se define como «caliente» conquista a su cita con su sensual baile

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18/12/2019
Actualizado a las 22:28h.

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Este miércoles, el restaurante de «First dates» volvía a abrir sus puertas para sus comensales sedientos de encontrar el amor o lo que surja. Y con dicha intención acudió Estefanía . Esta murciana de 30 años confesó que le «gusta gustar cuando paso por un grupo de tíos me miren. Mis relaciones han sido cortas pero intensas» . Pero esto no ha provocado que el amor no lo haya encontrado.

La bailarina y profesora de danza reconoció tener una hija de 12 años, algo que ha causado algunas críticas. «Cuando me han criticado o han hablado mal de mi he sacado mi carácter», confesó. En el plano sentimental, Estefanía reconoció que «puedo jugar con una persona, pero si no me pone no me pone». Y es que el físico era muy importante para ella. «A los tíos les engancho porque soy una tía caliente» . Además, buscaba a un chico «moreno, más alto que yo y con ojos claros». «Soy un poco superficial, ¿pero quién no lo es?», desveló.

En el momento en el que Carlos Sobera supo que la especialidad de Estefanía en el baile era el twerking , le propuso recibir así a su compañero de velada en «First dates ». Algo vergonzosa, se excusó en un primer momento en que con los ajustados pantalones vaqueros que llevaba, le iba a ser complicado. Pero tras un segundo intento del presentador, la bailarina aceptó recibir de dicha guisa a Alberto.

El operario de 29 años, al entrar el restaurante de «First dates», se quedó estupefacto. «Ala, ala», empezó a repetir nada más saludar a Sobera. «Es la mujer que estoy buscando. El baile me ha llamado la atención y me gusta ese rollo, que sea una persona suelta», dijo antes de llegar a saludar a la murciana, que ya se había desatado al saber el nombre de su compañero de cena. «Alberto tiene rima con culo abierto», le espetó ante la sorpresa de su compañero.

Ya en la mesa empezaron a hablar de sus vidas, trabajos y aficiones. Estefanía confesó que su profesión era la de ser bailarina profesional. «Se nota que es profesional del baile porque mueve muy bien el culo», dijo Alberto a cámara. «Me gusta mucho mover el culo» , continuó comentándole la murciana, algo que el operario había entendido de inmediato. «No hace falta que lo jures», le dijo antes de confesarse mutuamente que sus ojos les gustaban. «Además, tiene un cuerpo 10», comentó Alberto cuando su compañera de cita de «First dates» no la escuchaba.

Con el primer plato consumido, las camareras les ofrecieron unas tarjetitas para que la conversación fuera subiendo de tono. En la primera pregunta que le lanzó la bailarina al operario fue por sus fetiches sexuales. Alberto no sabía de lo que se trataba, por lo que Estefanía le explicó de lo que se trataba. «¿Aparatos y cosas así? Experimentar cosas nuevas con mi pareja me gusta» , comentó Alberto. Estefanía le reveló que en el sexo «me gusta innovar».

Pero si había algo que necesitaba Estefanía para poder tener unas relaciones íntimas como a ella le gustaba era que su pareja estuviera dotado. «Me gusta mucho jugar con cosas, pero me llama la atención que tengas un buen aparato» , le espetó a un Alberto que casi se atragantó con su plato. «Hombre, eso habrá que comprobarlo. De mi experiencia es que nunca me han dicho que la tengo pequeña», reveló el operario. De hecho, Estefanía prefería tener relaciones íntimas con la ayuda de juguetes antes que con hombres que no la satisficieran. « Yo tengo tres aparatitos en la mesilla. ¿Quieres verlos? Para pasar un buen rato con cualquiera, con mi aparato ya paso un buen rato».

Después de la cena, acudieron a divertirse un rato más en la sala íntima de «First dates» . Empezaron con unos besos en el cuello terminó en uno en los labios. «Me lo he pasado muy bien, me he dejado llevar. Si no me gusta, no voy a hacer nada con él . Me tiene que gustar mucho para tener algo», comenzó diciendo Estefanía para luego desdecirse cuando vio cómo se pagaron las cuentas. Alberto propuso pagar a medias, pero no fue visto con buenos ojos por la bailarina. «Me ha parecido un poco cutre que me hiciera pagar la cuenta porque no los hemos pasado muy bien. Pero es que eso de a medias... No lo veo caballero, no lo veo un tío como Dios manda. No por nada, sino porque buscaba a un hombre». Este fue el detonante a que, a pesar de que Alberto repetiría velada con la bailarina, la experta en twerking prefiriera dejarlo ahí «porque no es mi prototipo de chico, pero me lo he pasado genial», matizó.

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