Carlos Franganillo: «El sistema de cómo gobernar RTVE sin interferencias políticas es mejorable»

El periodista estrenará en febrero la serie documental '10.000 días', un viaje al futuro de cuatro capítulos que se emitirá en La 1

Franganillo califica de «lamentable» las burlas contra Mariano Rajoy en un programa infantil de RTVE

Carlos Franganillo, ayer en la IE Tower de Madrid TVE
Federico Marín Bellón

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Carlos Franganillo (Oviedo, 1980) es un tipo que inspira confianza. Mira a los ojos y responde como si el entrevistador tuviera un 'teleprompter' en la frente. Entrenado en leer desgracias, no se altera ni titubea. La cara visible del Telediario de las nueve en TVE reconoce que, pese a los sacrificios que suponía no dejar su trabajo principal, es «un privilegiado» por haber podido rodar los cuatro capítulos de '10.000 días', que La 1 estrenará en febrero en uno de sus mejores horarios.

La serie documental, que se titula así en alusión al tiempo que falta para llegar al año 2050, será «un viaje por los lugares donde se está diseñando el mundo y el futuro », en una aventura que no es solo metafórica: el equipo pisa el hielo en retroceso de Groenlandia y visita las instalaciones francesas donde se construye el reactor ITER , en busca de una energía ilimitada. Se ha grabado en colaboración con el Center for the Governance of Change de IE University, en cuyas instalaciones (en la quinta torre alta de Madrid, la que tiene forma de Play Station) se realiza esta entrevista.

Sus palabras son en general optimistas, aunque luego el periodista se sitúa en un punto medio entre los apocalípticos e 'integrados': «Respecto a la energía y el cambio climático, tras hablar con expertos, la única receta es disparar en todas direcciones. Estamos en un cambio sin precedentes y la apuesta es enorme. Tiene grandes complicaciones, pero el esfuerzo que la fusión nuclear nos ha traído es admirable. Se espera que el reactor ITER funcione en 2035. Parece ciencia ficción , pero los científicos creen que está al alcance de la mano. Hemos logrado gestas enormes en los últimos cien años. También hay riesgos. No hay nada perfecto ni debemos esperar una utopía, pero no debemos vivir acogotados. Creo en la capacidad humana de superar desafíos».

En un tono similar habla del éxito de '10.000' días, que por los avances facilitados por TVE tiene una factura excelente: «Tengo la esperanza de que la acogida sea buena», afirma Franganillo. «Quizá no es el tipo de producto para tener una superaudiencia en 'prime time', pero la industria ha cambiado tanto que espero que tenga muchas más vidas en nuestras plataformas. Y queremos que sea un proyecto muy global. Hemos contado con voces de todo el mundo y pensamos que puede ser atractivo para un espectador español, inglés o de Singapur».

La veo bastante bien posicionada, no tanto como país como a los españoles. Allá donde íbamos, había españoles en primera fila. En el MIT tenemos al jefe de la escuela de la Facultad de Inteligencia Artificial, que es una auténtica autoridad en el sector. En Silicon Valley hay muchísimos españoles, que nos han contado cosas sobre la investigación del cerebro. En Suiza también. Eso debe ser un orgullo para todos. Yo lo viví también cuando era corresponsal en Washington. Si un día se consigue retornar todo ese conocimiento, será un éxito. Y si no, en esta economía tan globalizada y en esta conexión científica tan activa como la que vivimos, también lo es, porque todos tienen muchas ganas de trabajar en proyectos en España, aunque sea a distancia. Tenemos una fuerza de élite, en primera línea.

No me atrevo a hacer ni una predicción 24 horas antes. Recuerdo haber descartado totalmente una invasión que ocurrió pocas horas después. Incluso los que saben se han equivocado enormemente, salvo algunas excepciones. Lo vimos también con la pandemia. De repente puede venir una sacudida que lo paraliza o lo desactiva todo. Rusia y Putin son un buen ejemplo. El gobierno ruso está ahora mismo atrapado en un conflicto que quizá vaya a durar mucho tiempo, donde no tiene garantizada una salida ventajosa. Tendrá el reto de vender a su opinión pública una victoria, cocinarla de alguna manera.

No, me encanta. Es verdad que leo sobre todo ensayos, pero intento leer novelas de vez en cuando para desengrasar. Me interesa mucho la ficción. Es verdad que no veo muchas series porque tengo poco tiempo libre, pero películas de vez en cuando y sobre todo libros.

No sé yo. Como experimento, seguro que se podría hacer y sería muy eficiente, pero el factor humano es irreemplazable en muchas cosas. La inteligencia artificial seguramente va a poner en serios aprietos a aquel que trabaja exclusivamente con la acumulación de conocimiento o tramitando información y datos, pero todo lo que aporte un valor creativo o innovador de momento es irreemplazable. A lo mejor seremos capaces, siendo un poco utópicos, de aparcar lo más tedioso y trasladarlo a las máquinas, como siempre ha ocurrido en la historia.

No, yo tengo muy claro que a mí me interesa el periodismo, pero más pegado a la tierra y a la calle. Yo disfruto y me siento más cómodo haciendo crónicas cuando salimos por ahí con los telediarios. Es para lo que valgo, lo que se me da mejor y además con lo que disfruto.

«Es normal que las empresas, los partidos y los gobiernos presionen. Lo que no sería normal es que la redacción de una televisión pública se sometiera a esas presiones»

Se ha permitido en alguna ocasión criticar comportamientos equivocados dentro de RTVE. ¿Eso pasa factura de algún modo?

Lo desconozco. Yo a esos niveles me pierdo. La gente que está por encima de nosotros yo creo que tiene el talento, al menos en el tiempo que he conocido, de frenar las presiones. Supongo que eso pasa en todos los medios. Dicho sea de paso, las presiones en el periodismo a veces se mitifican un poco. Somos actores dentro de un engranaje muy complejo, donde todo el mundo quiere tener su voz y es normal que las empresas presionen, que los partidos presionen, que los gobiernos presionen... Lo que no sería normal es que la redacción de una televisión pública se sometiera a esas presiones. Sinceramente, no ocurre ahora en los telediarios. Insisto, lo que se debate enriquece el resultado y es el producto de muchísimas opiniones y de muchísimo debate.

Evidentemente, y no solo en RTVE, en general en España hace falta desarrollar más una cultura de lo público como algo que no suponga un cortijo. El sistema de cómo gobernar RTVE para que esté lo más apartada posible de cualquier interferencia política es mejorable, respetando que sea el Parlamento el que tenga voz. La voluntad inicial de hacer un concurso público era esperanzadora, pero bueno, queda mucho camino por recorrer para mejorar el sistema.

Yo creo que sí, que hoy en día ya ocurre. Lo creo fielmente. Otra cosa es que cada uno es libre de interpretarlo como quiera, pero el ánimo de quienes estamos detrás de ese trabajo es reflejar todas las voces, sin caer en lo que ha dicho uno o el otro, sino tratar de reflejar una España plural y compleja como es la nuestra. Cada uno podrá tener su opinión y valorar el trabajo que hacemos, por supuesto, pero al menos esa es la intención honesta que hay en la redacción.

Peleamos día a día, pero la televisión es tan compleja y depende de tantos factores... Depende, por supuesto, del trabajo de cada uno, y tanto Vicente Vallés como Pedro Piqueras hacen un trabajo excelente. Y la audiencia elige después. Nosotros tratamos de hacer lo mejor cada día, meternos en líos y en y en nuevos barrizales, porque creemos que innovando también abrimos algún camino, quizá no de los que disparan la audiencia, pero sí de experimentación. RTVE tiene la ventaja de no vender en el mercado publicitario y tiene una serie de atribuciones y responsabilidades. Una de ellas es es experimentar y tratar de refrescar el producto. La audiencia no debe obsesionarnos, aunque por supuesto sí preocuparnos, porque nuestra intención es llegar a la mayor parte de la gente posible, pero a través de un buen trabajo. No nos enloquece en el sentido de hacernos más sensacionalistas.

«Tratamos de ser referencia, pero la línea de TVE tiene que ser marcar una especie de patrón de máxima calidad»

También es verdad que la naturaleza de la televisión ha cambiado enormemente. No lo digo como excusa, pero la emisión tradicional, con una audiencia que ve la televisión en directo, refleja solo una parte de la realidad. En nuestro canal de YouTube, un telediario concreto a lo mejor acumula un millón y medio de espectadores dos o tres semanas después. En TikTok el otro día piezas del telediario acumulaban a las pocas horas más de un millón de visionados. Ahora la televisión hay que entenderla como una fábrica de contenidos que se distribuyen en todas direcciones.

Es determinante, por supuesto, pero frustrante yo creo que no. Todos los que estamos en este sector conocemos un poco las reglas y la mayor satisfacción es irte cada día a casa pensando que has hecho un buen trabajo, de la manera más honesta posible. Lo demás vendrá o no vendrá, aunque tampoco podemos plantearnos una audiencia minoritaria, tenemos que estar peleando arriba.

Algunas veces ocurre. A veces se juzga demasiado a TVE en un mundo que ha cambiado radicalmente. Es como si juzgamos ahora las ventas de ABC o de 'El País'. Todo ha cambiado. La industria ha cambiado. No podemos guiarnos por patrones de hace años. Evidentemente, hay mucha más competencia. Hay gente que sigue los grandes acontecimientos por Twitter. Tratamos de ser referencia, pero la línea de TVE tiene que ser marcar una especie de patrón de máxima calidad. Si llega a la mayor parte de la audiencia, mejor que mejor.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación