Quim Gutiérrez, un aprendiz de superhéroe «jeta y encantador» en «El vecino»

Netflix estrena mañana la comedia que adapta los cómics homónimos de Santiago García y Pepo Pérez

Quim Gutiérrez NETFLIX
Helena Cortés

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En las grandes películas de superhéroes, los (casi siempre) ejemplares ciudadanos con poderes tardan media secuencia en acostumbrarse a sus nuevas habilidades y encontrar un villano del que salvar al mundo. En cambio, «El vecino», la comedia que estrena mañana Netflix basada en los cómics homónimos de Santiago García y Pepo Pérez , se centra precisamente en los primeros pasos, torpes y egoístas, de un caótico treinteañero, Javier ( Quim Gutiérrez ) que recibe unos superpoderes que ni sabe ni quiere usar, al menos para salvar el mundo.

«A Javier le han dado poderes y un discurso para hacer el bien, pero ¿quién le ha pedido eso?¿Por qué salvar el mundo si tiene un traje que le protege de todo? ¿Y a quién tiene que rescatar? Poner en duda esos clichés de los superhéroes me parecía bastante gracioso», admite Quim Gutiérrez, que reconoce que aunque no ha hecho «muchos personajes como este», conectó inmediatamente con este «jeta encantador» con un trabajo precario, un negocio que no despega y una novia, Lola (Clara Lago), con la que no se acaba de entender.

Al menos, a concienciarse del tópico de que «un gran poder conlleva una gran responsabilidad» le ayudará su nuevo vecino JR (Adrián Pino), una especie de Sancho que comparte piso con Julia (Catalina Sopelana). «Javier conecta con la gente porque lidia con esto como lo haríamos cualquiera de nosotros», reconoce Pino.

El villano es la precariedad

A falta de un supermalvado, «la vocación total de los guionistas, Miguel Esteban y Raúl Navarro, era buscar villanos modernos, como la precariedad y las casas de apuestas», plantea Sara Antuña, productora ejecutiva. «Las novelas gráficas ya eran un reflejo de la sociedad. En esta adaptación libérrima se habla del momento actual, de treinteañeros precarios que comparten piso, con trabajos de los que le echan por no tener seguidores en redes sociales», explica el coproductor Carlos de Pando. « He visto pocas series integrar tan bien la realidad actual , por muy a mano que lo tengamos. Además es c ostumbrista, pero no feísta . Si no tienes un duro vivir, mola vivir como esta gente. Han creado una atmósfera de barrio comprensible y accesible», plantea el protagonista.

Paradójicamente, cuenta Quim Gutiérrez, meterte en la piel de un superhombre te convierte en alguien torpe. «Eres un bulto. Los arneses son incómodos, con la máscara oyes menos y ves menos... Eres lo contrario a un superhéroe», admite el actor. «Quim es apolíneo, deslumbrante, así que es bonito verle con un casco que no le deja ver, oliendo a goma... Te dan ganas de reírte de él, y a mí me reconforta un poco verle encerrado en un traje», bromea Nacho Vigalondo , director del primer episodio de la serie cuyo equipo de realización completan Paco Caballero, Ginesta Guindal y Víctor García León.

Humor posmoderno

Vigalondo reconoce que la serie debe parte del humor de «El vecino» -«posmoderno, muy de verdad y muy decadente a veces», según Pino- a Quim Gutiérrez: «Las frases más locas son morcillas suyas. Tiene un don para cierto humor grotesco». Eso sí, sin caer en la parodia «En España tenemos una tradición de sátiras de géneros que vienen de fuera. Mortadelo y Filemón son espías, Superlópez es un Supermán...Pero “El vecino” no se ríe de los superhéroes, es una reflexión sobre ellos ».

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