En el interior del juicio de «El Estado contra Pablo Ibar»
HBO estrena la serie documental, de seis capítulos, sobre un laberinto judicial que dura ya 26 años
La verdad tiene tantos matices como miradas se posen sobre ella. En el juicio contra Pablo Ibar conviven dos verdades frente a los doce miembros del jurado. Y una única realidad: la que tiene al acusado entre rejas desde hace 26 años. Fuera de la corte, la diferencia empieza incluso a la hora de nombrar lo que lo llevó a la cárcel. En Estados Unidos la prensa habla de «Los asesinatos Miramar» . En España, del «caso Pablo Ibar». En medio, las cámaras del director Olmo Figueredo en la miniserie de seis capítulos que HBO estrena este viernes. «Mi intención era dar un paso atrás y darle voz a todas las partes», apunta el cineasta y productor. «Quería exponer el caso, que despierta muchas pasiones, y después alejarme», resume.
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Para ello ha entrevistado a 53 personas, ha archivado 2000 horas de grabaciones y ha tenido un acceso privilegiado al juicio, donde ha metido siete cámaras y microfonado a todos los protagonistas. Entre ellos, a Cándido Ibar, el padre de Pablo. «El documental será una cosa buena para que la gente sepa cómo somos los dos lados de una realidad», explica el progenitor, en conversación con ABC.
Un tribunal en el sofá
Figueredo articula los seis episodios de «El Estado contra Pablo Ibar» como un verdadero juicio para que «el espectador sea el jurado». El primer capítulo expone la acusación; el segundo, la apelación de la defensa; en el tercero y el cuarto entra de lleno en la corte y escucha a los testigos; el quinto recoge el veredicto y el sexto, la sentencia. « En España, durante mucho tiempo, se defendió a Pablo, su inocencia , sin conocer realmente su caso. El caso es inabarcabe, el típico ovillo de lana del que tiras y nunca acaba. Y es un caso de grises, de dudas, de contradicciones... Por eso el formato de seis horas», analiza.
Un trabajo al que el productor ha dedicado seis años de trabajo. Algo que le ha permitido acercarse de manera personal a todas las partes -«fue complicado que la familia Ibar entendiera que saludar a una de las víctimas no era ir contra ellos»- y también a material inédito. Como el vídeo del asesinato, la prueba clave que terminó de señalar a Ibar. 27 minutos en blanco y negro y calidad mínima en la que se ve a los asesinos de la casa de Miramar torturar hasta la muerte a las víctimas .
«Era imposible no ponerlo en el documental porque es una pieza fundamental del caso, pero hemos quitado todo el posible sensacionalismo», desgrana el director. Al recordarle esas imágenes a Cándido, aprieta los ojos como si bloqueara su recuerdo. «Lo ponen cada día del juicio y lo dejan puesto de fondo mientras habla la acusación», lamenta. «Allí todo es un “show”, es increíble... Pero incluso su experto dijo que no podía asegurar que era él. Estados Unidos tiene estas cosas raras». Y suspira.
«El Estado contra Pablo Ibar» filma hasta febrero de 2020, semanas antes del confinamiento, cuando entrevista a Pablo en la prisión. Ya está condenado a cadena perpetua. El juicio de 2019 conmutó la pena de muerte. Pero la familia sigue pensando en apelar. Le faltan las transcripciones para poder reiniciar la causa y luchar por ponerlo en libertad. «Sueño con que tengamos un juicio justo, un juez diferente a lo que hemos tenido y Pablo salga absuelto », desea Cándido Ibar.
