'El inmortal', viaje al Madrid de 'Los Miami': «Los 90 fueron un desfase»

Los ocho episodios de la serie protagonizada por Álex García ya se pueden ver en Movistar Plus+

En 'El inmortal', Movistar+ recrea la España de los 90 para contar el ascenso del fundador de Los Miami

Álex García es 'El inmortal' Movistar Plus+
Federico Marín Bellón

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No es el Madrid del 'relaxing cup of café con leche' , pero se verá en todo el mundo. 'El inmortal' fue seleccionada en Cannes como una de las grandes series del año y la cadena Telemundo la emitirá en Estados Unidos, como coproductora del último título estrenado Movistar Plus+. Ya se pueden ver sus ocho capítulos. José Manuel Lorenzo , al frente de DLO Producciones, cuenta que «es un drama criminal, no una serie de narcos más, contada desde los personajes y en esos años 90 que en Madrid, Ibiza y Marbella eran tan convulsos, excitantes y locos».

«Las noches eran demasiado blancas y algunos las sobrevivimos», cuenta el productor español, cuyo cerebro proyectó las primeras imágenes de la serie cuando leyó un artículo sobre Juan Carlos Peña , el líder y único superviviente de la banda original, ahora con una pierna de titanio y carbono, secuela de sus fechorías. Lorenzo se puso en contacto con él y decidió ficcionar su vida. El asunto era delicado.

«Yo en las altas esferas me muevo bien, pero en los bajos fondos soy la leche», presume Lorenzo, que convenció al cabecilla de Los Miami para que le dejara adaptar su vida. «No fue fácil». Luego empezaron las reuniones con los guionistas, Diego Sotelo y David Moreno. «Es ficción total», aclaran todos, como asesorados por el mismo abogado. «Ya sabemos que esto no ocurrió así, pero si hubiera ocurrido, ¿cómo habríais actuado?», le preguntaban a Peña, que les abría sus mentes audiovisuales con argumentos que la ficción tendría difícil imaginar.

Y en ese juego del gato y los ratones, nació una ficción que tiene «pátina real» en un Madrid que también quiere ser fiel a la ciudad efervescente de los 90. Lo principal fue retirar los bolardos de las calles donde rodaban, y convertir a los actores, «jóvenes y actuales», en personajes de la época, «hasta en la manera de ligar». «Ese trabajo no se ve, yo lo veo y es impagable», asegura Lorenzo.

Qué esnifan los actores

En el FesTVal de Vitoria, algunos de los intérpretes relataron algunas dificultades especiales del rodaje. El reparto lo integran Marcel Borràs, Emilio Palacios, María Hervás, Teresa Riott, Jason Day, Jon Kortajarena, Claudia Pineda y Francis Lorenzo. Álex García contó que, en lugar de esnifar cocaína, un recurso más realista pero lógicamente poco viable, los actores utilizaban glucosa.

En teoría es inofensiva, pero acababa siendo bastante molesta. «Procuraba no aspirarla», confiesa. «Si el plano lo permitía porque no se me veía de frente, hacía lo contrario y la soplaba. Si no, se te queda en la nariz y te lloran los ojos», explica.

Fumar era menos conflictivo, pero el tabaco también es dañino y muchos ni lo prueban. Había cigarrillos de verdad, con nicotina, y otros de hierbas. Teresa Riott confiesa que se mareaba incluso con estos últimos. Marcel Borràs añade que por cuestiones de continuidad, si en una escena aparecía fumando, tenía que seguir haciéndolo durante todo el tiempo que durara el rodaje.

«Hasta los perros tienen personalidad»

Los guionistas cuentan que la historia «empieza muy en el punto de vista del protagonista pero poco a poco los personajes secundarios van adquiriendo importancia». «Hasta los perros tienen nombre», apunta el segundo. «Tienen nombre y personalidad», añade Diego Sotelo. «De hecho, cada personaje acaba teniendo su momento», prosigue David Moreno.

Sobre el Madrid de aquellos años, Moreno asegura que «cada época hay que verla justo después». «Evidentemente, los 90 fueron un desfase. Después fuimos mucho más pacatos, aunque ahora mismo también hay un desfase importante, que posiblemente puede acabar pareciéndose. Tengo la sensación de que hemos vuelto después de la pandemia . Madrid tiene ahora mismo una actividad brutal, que yo no recordaba».

«Posiblemente, en 2030 o 2040 alguien escriba cómo era el Madrid pandémico, como era la noche», remata Sotelo, quien cree que volvemos a ser «un poco más exhibicionistas », y eso que ahora todo queda registrado. «Si entonces hubiese habido móviles, probablemente habría sido una época diferente».

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