«El embarcadero» estrena temporada a lo «Thelma y Louise», con más violencia, acción y sexo
Movistar+ ofrece desde este viernes el desenlace de la serie al completo, con más secretos y altas dosis de adrenalina
Más violencia, acción y sexo. «Hay más de todo», adelanta la productora ejecutiva de «El embarcadero», Esther Martínez Lobato , cocreadora de la serie junto a Álex Pina . «Durante la primera temporada dije que fue muy duro “escribir sin pistola”. Habíamos hecho “Los hombres de Paco”, “Vis a vis”, “La casa de papel”… y en “El embarcadero” no había armas, era una historia de amor. Fue desconcertante, pero aprendimos a hacerlo. Sin embargo, al final la cabra tira al monte y esta segunda temporada acaba dramáticamente. Habrá más personajes, cambios, bombas emocionales… con un desenlace por todo lo alto».
La traca final, compuesta por ocho episodios y un final que se prevé con altas dosis de adrenalina, llega hoy completa a Movistar+.
El thriller psicológico de la primera entrega –Alejandra descubría que Óscar, su marido recientemente fallecido en extrañas circunstancias, llevaba una doble vida con otra mujer, Verónica– se transforma ahora, según Jesús Colmenar –director junto a Jorge Dorado y Álex Rodrigo –, en «un thriller de puzle, más interior». «Hay una investigación por parte de las chicas, y un misterio que se va desvelando. Los personajes se enfrentarán a los límites de la libertad».
Unas ansias de espontaneidad que llevaron a Óscar a refugiarse en el paradisiaco entorno de la Albufera valenciana junto con Verónica, huyendo de una existencia encorsetada en la ciudad. «Esta especie de círculo magnético, que los atrapa, era la localización perfecta para contar esta historia de transformación», continúa Colmenar. «La siembra del arroz –el agua como un espejo, los brotes, del verde al marrón– hace que el paisaje se transforme en paralelo a los personajes en esta segunda temporada».
Inversión de papeles
Las dos mujeres, que acabarán muy a lo Thelma y Louise , como reconocen sus protagonistas, invierten ahora sus papeles. «Verónica era una tía fuerte y libre. Tenía una manera transparente de vivir. Ahora aparece la culpa y debe buscar una manera nueva de construirse. Se vuelve más insegura, con miedos y dudas», dice Irene Arcos . Verónica creía que no había secretos entre ellos dos, sorprendida ante el triángulo amoroso. En la segunda entrega irá a la ciudad para indagar sobre esa vida que desconocía y se ahondará más en la naturaleza salvaje que la domina.
Por su parte, Alejandra, como explica Verónica Sánchez , «recorre el camino contrario». «De no tomar sus propias decisiones, de soportar una relación tóxica con su madre, va quitándose todas esas cargas. Intentar averiguar quién mató a Oscar la lleva a convertirse en una mujer valiente, que no tiene por qué contentar a los demás. Para ella es agotador porque este es un secreto más de su marido».
Su punto hedonista y desinhibido –recordemos que ambas mujeres acababan en la cama– llevará a Verónica a seguir explorando su sexualidad. Juntas se enfrentarán a un nuevo misterio: Oscar ocultaba más secretos . «Como se decía en “Forrest Gump”, Óscar es una caja de bombones del que nunca sabes lo que te va a salir», bromea Irene Arcos.
En efecto, como apunta Roberto Enríquez , que interpreta al guardia civil Conrado, su personaje se alía con ellas «para tirar de la manta». «Lo que no esperaban era encontrarse con gente tan peligrosa, con blanqueo de dinero, amenazas, extorsiones y asesinatos», añade.
Para Álvaro Morte , el enigmático Óscar, «algo que parecía idílico durante la primera temporada oculta una parte muy, muy oscura». «Por eso, hay más thriller, más carne, más angustia… porque llevamos a los personajes directos al precipicio».
