Diez motivos por los que llegas tarde a ver 'The Old Man', la resurrección de Jeff Bridges

Este thriller crepuscular rescata la mejor versión del veterano actor. Su regreso es imperdible para todo seriéfilo. Y solo queda un capítulo (disponible en Disney+)

Jeff Bridges protagoniza 'The Old Man' Disney+
Lucía M. Cabanelas

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Las cartas de 'The Old Man' están boca arriba y, aún así, oculta mucho, a pesar de que su título ya es una declaración de intenciones. Y como dicen las abuelas, vieja es la ropa y no Jeff Bridges , quien se esconde tras las arrugas y la barba cana de un exagente de la CIA retirado, que vive solo, con sus perros, perdido de la mano de Dios pero a la mano de sus perseguidores, que lo encuentran.

La serie 'The Old Man' tiene más virtudes que defectos. El principal, que se termina pronto, la semana que viene, con su séptimo episodio. La trama, quizás, tampoco es demasiado original en el género de suspense, pero sí su puesta en escena, su desarrollo formal, su cuidado al detalle y lo sutil que apunta, además de a los perseguidores, al subtexto, con toda una reflexión sobre la memoria, o su pérdida, sobre el pasado, siempre presente. No conviene nunca darle la espalda al pasado. Al pasado, siempre de cara.

Creada y adaptada por Jonathan E. Steinberg y Robert Levine , la serie está disponible en Disney+ desde el 28 de septiembre. Si no la has visto, estás tardando.

Jeff Bridges. Un millón y lo que haga falta

Se recuperó de un cáncer y sobrevivió a las puñetas del COVID, aunque casi no lo cuenta. Para su reaparición, irrumpió con fuerza, demacrado, más flaco, corrompido por la enfermedad, consumido inevitablemente por el tiempo. Pero es Jeff Bridges , peina canas en la barba pero sigue rubio su pelo. Aguanta estoico los primeros planos, capaz de atravesar paredes, incluso la cuarta, con esa mordida mal encajada y esos ojos, cada vez más escondidos, que cuentan tan diferentes verdades. Después de años de letargo, el actor vuelve a la televisión, donde hizo sus primeros pinitos. Allí fue el hijo de su padre, Lloyd Bridges, y no el hombre que dio vida a El Nota. Ahora puede ser quien quiera, un hombre solitario, un buen padre, un tierno vecino y el más eficaz asesino. Aunque se olvide del silenciador de vez en cuando. El millón que ha cobrado por capítulo está amortizado de sobra, también la inversión en un actor bien escogido, capaz de aguantar sobre sus hombros el peso de ser la versión joven de Bridges en los 'flashbacks'.

John Lithgow. Un rival de altura

Está Jeff Bridges, pero al otro lado también John Lithgow . Si la cara es potente, que lo sea también su reverso. Sabíamos de la capacidad del británico para escupir mala baba con su Winston Churchill, una de las maravillas de la primera temporada de 'The Crown' , pero su talento asombra todavía más como rival de altura, un tipo desalmado capaz de ser el abuelo entrañable, el padre que llora la muerte de los suyos y alguien frío y corrupto. Vamos, el muerto en el funeral, el novio en la boda y el niño en el bautizo.

John Lithgow en 'The Old Man'

Un largo suspiro

Entre las virtudes de 'The Old Man' no está su agilidad. La serie puede ser densa, pero no es óbice para que enganche. Los capítulos son largos, todos ellos rozan la hora de duración y alguno que otro la excede, pero la temporada es muy corta, quizás demasiado. Una historia con tan solo siete capítulos, y solo uno pendiente de emisión. El metraje a veces está justificado, cuenta mucho; otras no importa lo que esconde sino la pausa, el tiempo de calidad que invierte en cada detalle en el que se detiene. Es una producción cuidada y el mimo se nota.

Contraindicado para hipertensos

'The Old Man' es un producto reposado en un tiempo en el que prima la inmediatez, un rara avis al que, aunque sea por ir a contracorriente, merece la pena prestarle atención. La serie no aburre nunca, su ritmo es intenso. Es un producto para degustar, semana a semana –como se ha emitido– o de golpe, pero con calma. No necesita artificios ni florituras excesivas, tampoco el sobresalto de rigor que maniata a tantas grandes producciones: no hay un Sauron ni dragones que aparecen de la nada y, sin embargo, desde la sencillez, impacta. Los silencios y la lentitud con la que avanza la trama disparan la tensión, un pulso sosegado contraindicado para hipertensos.

El cajón de sastre de los géneros

Parece imposible innovar en un género saturado, convertido ya casi en una suerte de cajón de sastre, en el que todo cabe porque casi todo sobra. En el thriller, el suspense, hay espacio hasta para lo que a veces lo desvirtúa. En 'The Old Man', el género es básicamente la excusa para abordar una historia, crepuscular, casi más un wéstern, con miradas potentes, amplios espacios.

Cuando la memoria es escurre

En plena era de la infantilización, casi es de agradecer que una ficción no se arruge a la hora de tomarse a su público en serio. 'The Old Man' es adulta y tiene varias lecturas, más allá del cebo. La serie, que tiene de todo porque se toma su tiempo para ello, es un crisol de géneros pero, sobre todo, un ensayo sobre la memoria y el olvido.

Acción para setentones

La acción de la serie merece un aparte. Jeff Bridges golpea despacio, menos ágil, decrépito. Es perro viejo para oler el peligro antes de que le sorprenda, pero los brazos pesan, como los años. Y sin embargo, están tan bien rodadas las escenas que es imposible dudar de su capacidad para tumbar a rivales más jóvenes, más fuertes.

El CGI todo lo engulle

Si la acción es creíble es gracias al director John Watts, el mismo que le hizo la vida imposible a Spiderman en la última película del trepamuros de Tom Holland. A pesar de ser una de las grandes apuestas de Marvel, están mejor dirigidas las secuencias de acción en 'The Old Man' que las del Hombre Araña quizás porque el CGI todo lo engulle, hasta el talento.

Jugando al despiste

Que nadie se despiste con el inicio de 'The Old Man'. La serie no es un drama septuagenario, ni bucólico, ni un Hachiko. Están presentes los males de la edad –el baño y la próstata, las arrugas, las canas, la lucha fatigosa–, una suerte de pueblo perdido y también dos perros fieles. Pero Jeff Bridges no es un tipo perdido, aunque a veces se desoriente. Es un exagente de la CIA al que alcanza su pasado. Ya se sabe que por mucho que corra una tortuga, la liebre siempre la alcanza.

Contenido para adultos en plataforma infantil

'The Old Man' es un producto adulto en una plataforma familiar, una de esas grandes series que celebrar bajo el paraguas de la marca Star, creada por Disney para saltarse la horma de su zapato sin sentir que está pervirtiendo a su público objetivo.

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