El Coliseo de Roma pone la última piedra a su historia

Canal Historia emite el último capítulo de la superproducción documental dedicada al edificio más emblemático de la Ciudad Eterna

Imagen de la serie documental 'Coliseo' Canal Historia
César Cervera

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Las nuevas corrientes historiográficas han puesto el foco en una manera tan original de recorrer el pasado como es el usar a animales, objetos y edificios, testigos mudos pero inmutables del paso del tiempo. Hay libros sobre los mosquitos y la humanidad, los caballos en la historia, la historia a través del columpio o de las armas... Ahora, Canal Historia ha querido unirse a esta tendencia con algo tan revelador como es ver el ascenso y caída del Imperio romano desde los ojos pétreos, aunque vibrantes, del Coliseo.

La serie documental 'Coliseo’ emite este lunes a las 22 horas el capítulo final de una ambiciosa superproducción internacional que narra el épico relato de este edificio en cuya arena lucharon hombres y mujeres durante siglos. La narración permite «conocer muchos otros aspectos de una cultura como la romana que es tan nuestra», explica Manuel Balsera , director general de AMC Networks International Southern Europe . A través de recreaciones teatralizadas y el testimonio de historiadores, esta producción explora desde los elementos arquitectónicos hasta la vertiente humana de un lugar donde la sangre corría a raudales durante larguísimas jornadas de batalla o, simplemente, ejecuciones públicas. Cada episodio se centra en un personaje clave vinculado a esta estructura dedicada al ocio romano.

El punto de partida del documental está en el año 80 d.C., cuando el Emperador Tito celebró la inauguración del Coliseo con 100 días de juegos espectaculares, que incluyen uno de los combates de gladiadores más famosos de Roma. El bárbaro Prisco y el campeón de Roma lucharon hasta la muerte. No obstante, el récord de días seguidos con celebraciones tuvo lugar en época de Trajano, con 120 días. Los datos hablan de la propia grandeza del Coliseo, cuyo nombre se lo pusieron por la ubicación de la estatua de bronce de 30 metros llamada Coloso Nerón , luego desaparecida al cabo de los siglos. En el edificio, que llegó a alcanzar una altura de 45 metros, cabían unas 60.000 almas. En un único festival se mataron 11.000 bestias. Pero no era lo único horrible que ocurría en este espacio lúdico. Podía ocurrir de todo en el Coliseo: mártires ardiendo, africanos esclavizados enfrentándose a enormes fieras, gladiadores profesionales luchando en recreaciones históricas donde la sangre nunca faltaba.

Finalmente, la serie de ocho capítulos termina en el siglo IV d.C., cuando un Imperio romano dividido se vio sacudido por devastadores terremotos, incendios, invasiones bárbaras y profundas diferencias religiosas. A medida que Roma decae, el Coliseo, que en su día fue un orgulloso símbolo de la gloria del Imperio, queda vacío. «Se decía que cuando el Coliseo cayera... caería Roma, y así fue, porque no solo era una obra de ingeniería impresionante como lo es un acueducto, sino que además era una figura de poder. Cuando se deja de utilizar supone que ha caído el Emperador», señala Ángeles Castellano, jefa del Departamento de Antigüedades Griegas y Romanas del Museo Arqueológico Nacional, presente en el estreno de la serie en Madrid. Con la decadencia del Imperio (cuando Roma pasó de un millón de habitantes a casi la mitad a finales del siglo III) el edificio dejó de ser rentable.

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