Anthony Hopkins («Los dos Papas»): «No he querido ofender a nadie, solo soy un actor»

El intérprete da vida a Ratzinger y Jonathan Pryce a Bergoglio en la película de Meirelles para Netflix, nominada a cuatro Globos de Oro y ya disponible en Netflix

Anthony Hopkins (Benedicto XVI)y Jonathan Pryce (Francisco), en «Los dos Papas» Peter Mountain / Netflix
Helena Cortés

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Cuando el cineasta Fernando Meirelles («Ciudad de Dios», «El jardinero fiel») decidió llevar a la gran pantalla la biografía del Papa Francisco en «Los dos Papas», otra de las incursiones de Netflix en el cine de alto presupuesto, pensó que el actor Jonathan Pryce era el candidato idóneo para interpretar al actual Sumo Pontífice. Pero la condición era que encontrase a un actor con aún más peso para dar vida a su predecesor: Benedicto XVI . Y entonces se subió al barco Anthony Hopkins . Ambos convierten las ficticias conversaciones durante el traspaso de poderes entre el actual Santo Padre y el emérito en un duelo interpretativo de primer nivel que opta a cuatro Globos de Oro.

«Me pensé un tiempo si quería hacer o no el personaje, porque pensaba que sería un retrato muy difícil de conseguir. He interpretado a muchas personas reales en el pasado, pero normalmente estaban muertos. Además, era una gran responsabilidad presentar a Bergoglio de una forma honesta. Desde el día que fue elegido Papa, internet se llenó de imágenes hablando de nuestro parecido físico y no quería hacerlo solo eso. Pero cuando vi el guión y sobre todo cuando supe que Meirelles iba a dirigirla pensé que sería emocionante, esa combinación de la historia real y la visión de Fernando», plantea Jonathan Pryce a ABC durante una visita al rodaje de la película en los históricos estudios de Cinecittà. «Nunca lo he conocido en persona, pero he visto muchísimos vídeos sobre él y hay aspectos, ajenos a sus creencias, en los que aún nos parecemos más. Parece una broma: andamos igual, ladeamos la cabeza al mismo lado... Así que para mí fue un proceso natural meterme en su piel», añade el intérprete.

Menos dado al análisis de su personaje, al menos en público, es Anthony Hopkins. «Me ofrecieron el papel de Benedicto XVI y lo cogí, pero no tengo opiniones ni voy a a hablar sobre mis convicciones religiosas, solo soy un actor », admite el oscarizado actor. Vestido como Benedicto XVI, en su camerino, reconoce que no ha investigado demasiado al personaje más allá de los guiones. «Casi no busqué más información, no es necesario sobrecargar el cerebro. Vi algunos vídeos sobre Ratzinger y escuché su voz», recuerda.

«Uno era alemán y el otro argentino, sus temperamentos eran muy diferentes», sostiene Pryce, que explica que los protagonistas de «Los dos Papas» ejemplifican el debate interno que existió entre reformistas y conservadores. Según el guion, cuenta el intérprete, incluso Benedicto XVI creía en la necesidad de que le sucediera «un reformista». «El Papa Francisco no está retratado como un gran santo. Para un actor, es un personaje con ciertas debilidades. Y él las admite y habla sobre su pasado en la cinta. Creo que por eso atrae a mucha gente; es un hombre humilde que ejerce un gran poder », sostiene Pryce, conocido entre otros por su papel en «Juego de tronos», encantado por «no morir» en esta película.

Una Capilla Sixtina más grande que la real

Eso sí, ambos reconocen que Meirelles es «estupendo» y la dirección artística de «Los dos Papas», impresionante. En uno de los «teatros» de Cinecittà, crearon una réplica a escala real de la Capilla Sixtina, donde grabaron primero la elección como Papa de Benedicto XVI y después la del Papa Francisco. «La construcción es tres centímetros mayor que la real, así que en realidad es la mayor Capilla Sixtina del planeta», cuenta Mark Tildesley , director artístico de «Los dos Papas». Numerosos pintores recrearon las pinturas de Miguel Àngel a menor escala y después, las imprimieron al tamaño del techo y las pegaron con una técnica similar a la de las calcomanías. El suelo y las paredes son muy similares a las originales, pero no idénticas por cuestión de derechos.

«La religión es un tema delicado. Sé que muchos pueden sentirse ofendidos y yo no quiero ofender a nadie», admite Hopkins. «Tengo respeto por todas las creencias, pero no soy religioso» , puntualiza, insistiendo en «la corrección política» que impera en el mundo actual no le permite hablar de nada. «No se me permite pensar, que es lo que más nos mata», filosofa.

«Creo que definitivamente llegará a los católicos, y lo espero, porque presenta una visión honesta de la Iglesia, y también de Ratzinger y Bergoglio. No evita cuestiones delicadas . Para los no creyentes es una magnífica historia humana. Yo he participado en otras películas sobre la cristiandad y en la Biblia hay historias increíbles», zanja Pryce.

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