La amistad de Can Yaman con los Bardem enfurece a los productores turcos y paralizan su próxima serie

Can Yaman es un auténtico fenómeno de masas, y así lo demostró durante su última visita a España , que causó el fervor de los miles de seguidores que conocen a este galán televisivo gracias a sus papeles en «Erkenci Kus» y «Dolunay» . «Todavía lo estoy digiriendo, no todos los turcos tienen esta oportunidad. En España hay actores y equipos de fútbol muy importantes y uno nunca espera tener la misma repercusión», dijo Yaman en rueda de prensa. Aunque la fama impidió al turco disfrutar de las bondades de Madrid, sí se sabe que Yaman tuvo tiempo de reunirse con uno de los intérpretes españoles más conocidos fuera de nuestras fronteras: Javier Bardem.

Tal y como informa Cope, el paso por España del actor otomano ha generado más de un quebradero de cabeza en el sector televisivo turco. Hace unos días, el productor de su próxima serie, Faruk Turgur, aseguró que había optado por posponer su próximo estreno televisivo, ya que Yaman «estaba alejando mentalizándose para el servicio militar». Esta afirmación, sin embargo, no era del todo cierta, puesto que el motivo de Turgur para retrasar la nueva ficción de Can Yaman es la relación del actor con la familia Bardem, Javier y Pilar.

No ha gustado a los productores turcos que Can Yaman estreche lazos con los Bardem por el hecho de que Pilar Bardem es la presidenta de AISGE , la entidad que gestiona en España los derechos de propiedad intelectual de los actores, dobladores, bailarines y directores de escena, cuando en Turquía los actores no cobran derechos de autor cuando sus trabajos son exportados al extranjero y solo perciben dinero por el trabajo realizado en su país. Quienes sí salen beneficiados son los productores, que habrían visto amenazados sus ingresos por el vínculo amistoso entre los Bardem y Can Yaman.

Yaman comenzó su carrera a los 24 años, tras licenciarse en Derecho y fundar con dos compañeros un bufete, que sigue funcionando sin él. Para suerte de muchas, dio unas clases de dicción para mejorar en los juicios y acabaron fichándolo como intérprete. Pese a la fama, mantiene los pies en la tierra: «No voy presumiendo. Gracias a Dios tengo una buena educación y trato de asumirlo todo de forma humilde y rodeándome de mi gente». Tampoco quiere vivir de espalda a sus fans. «Hay que responder a ese amor que te dan, es algo que honra a un actor , y estoy orgulloso de tener ese privilegio», explicó. Eso no significa que no haya vivido ya los «efectos secundarios» de la fama, como no poder «tomar una copa o charlar con amigos». «Hay que lidiar con ello y tener carácter, porque si no pasa factura».