The Mandalorian

Crítica de «The Mandalorian»: El mejor capítulo de Star Wars sin el culebrón barato de los Skywalker

Sencilla y sin mayores pretensiones que la historia de un cazarrecompensas y su Baby Yoda, este wéstern galáctico es todo lo que la nueva trilogía cinematográfica prometió pero no cumplió

Los protagonistas de «The Mandalorian» Disney+
Lucía M. Cabanelas

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The Mandalorian

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La clave de Star Wars no estaba en enrevesar todavía más lo que ha terminado pareciéndose a un culebrón barato, sino en apostar por una vuelta a los orígenes de la saga ideada por George Lucas pero sin sus protagonistas habituales. No hacían falta pastiches como los de J. J. Abrams, un lastre creativo, repetitivo hasta el tedio, que ha perseguido a esas nuevas películas empeñadas en vivir del pasado, en resucitar viejos personajes en tramas manidas.

«The Mandalorian», que se estrena esta noche en Cuatro y cuyos dos primeros episodios estarán disponibles en la plataforma de streaming a partir del día 24, prescinde de los Palpatine y Skywalker de turno y apuesta por un protagonista que pasea más carisma que todos los personajes de la nueva trilogía juntos a pesar de llevar siempre casco: el cazarrecompensas al que llaman Mando, relevo del clon Boba Fett, que se convirtió en una institución pese a su escasa relevancia cinematográfica en la saga galáctica. Enterrado en el metal de un yelmo que mantiene siempre oculta su cara, poco más se sabe de las aventuras de este mercenario que parece moverse con destreza en un wéstern galáctico al ritmo de un blaster similar al que en su día empuñaró Han Solo .

Pascal en «The Mandalorian»

Con la mitad de presupuesto que la última película de Star Wars —unos nada despreciables 100 millones la temporada — y un hombre de la casa como Jon Favreau a los mandos, Disney se ha sacado de la manga una joya con «The Mandalorian» , que deja atrás la perpetua y maniquea lucha cinematográfica y aborda las consecuencias de la caída del Imperio. La victoria de los rebeldes no trae la felicidad prometida sino una especie de anarquía que sienta las bases para esta ficción que explica el vacío existente entre la trilogía clásica y la reciente, más fallida.

La historia de «The Mandalorian» es sencilla, sin grandes pretensiones, y los efectos visuales — la española El Ranchito ha trabajado en tres episodios – más naturales, regresan a ese paisaje postindustrial, transmitiendo una especie de decadencia sin artificios que traslada a otros planetas sin necesidad del croma.

Para los muy cafeteros, los diez episodios de la primera temporada están plagados de guiños nostálgicos nada redundantes y bien encajados que incluso aluden al universo de los cómics y el mundo expandido de Star Wars. Tampoco prescinde «The Mandalorian» de las populares concesiones al merchandising de la saga galáctica, que sin embargo aguantan el tipo sin generar la urticaria de los Porgs de «Los últimos Jedi».

La más evidente, y entrañable, no tiene nombre y ni siquiera habla. Tiene medio siglo de vida, a pesar de parecer un recién nacido, verde, con orejas puntiagudas y esa ya familiar túnica de fraile. Su ternura viral le ha bastado para eclipsar al protagonista de «The Mandalorian», interpretado por Pedro Pascal , que le llama simplemente «El chico», aunque el resto del mundo ha preferido bautizarle como Baby Yoda , por su evidente parecido con el Maestro Jedi que instruyó a Luke Skywalker en los avatares de la Fuerza en el planeta de Dagobah.

Baby Yoda en «The Mandalorian»

El potencial de este personaje que ha conquistado la cámara no se limita al garantizado merchandising, sino que su aparición refuerza el misterio que siempre ha sobrevolado la saga de Star Wars , donde los midiclorianos han arraigado a su antojo en personajes de lo más dispares. ¿ Es familia este ser del Maestro Yoda , que se unió a la Fuerza tras reencontrase con el hermano de Leia al principio de «El retorno del Jedi»? ¿Actúa a través de él la Fuerza como hiciera en su antecesor?

A pesar del binomio protagonista, de sus viajes espaciales y su entrañable relación parca en palabras, «The Mandalorian» es una serie coral, con grandes personajes inéditos y circunstanciales que cumplen misiones específicas sin necesidad de mirarse en el espejo de otros que no han cuajado. Y quizás su efímera pero oportuna vida sea precisamente su mayor acierto, evitando la trampa en la que cayó la saga cinematográfica.

Mención aparte merecen la banda sonora original, deudora de la de John Williams pero innovadora, y los títulos de crédito, un lujo que se desmarca de las película s y que vale la pena enmarcar como la mejor de las viñetas.

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