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Campos de minas

«Historias de Alcafrán» se diferencia de «Crónicas de un pueblo» en que la narradora es una vaca

Fotograma de «Historias de Alcafrán» Rtve
Rosa Belmonte

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Las Campos son una especie de portavoces oficiosas de Rocío Carrasco. Por tanto, no hay ninguna sorpresa (pese a los lógicos aspavientos televisivos) en que Carmen Borrego dé una entrevista río (las de Karmele Izaguirre en «Lecturas» son igual de largas que las de «Jot Down») donde se permite decir que Rocío Carrasco nunca perdonará a su hija. Y donde elogia a Fidel Albiac. A mí Fidel Albiac me recuerda a Rock Hudson en «Obsesión», cuando se empeña en hacerse médico para curar la ceguera de Jane Wyman que él ha provocado. Fidel parece haberse empeñado en estudiar Derecho para demandar cada cierto tiempo a Antonio David Flores, que, hecho un energúmeno, puso a Borrego en «Sálvame» como hoja de perejil. Y dice la tía que volvería a «Sálvame». Son «Los juegos del hambre».

Ayer, Borrego fue a «¡Viva la vida!», donde están Terelu Campos y su hija Alejandra. Emma García presentó a Carmen Borrego detrás de unos sacos terreros y un letrero: «Peligro, campo de minas». Ya en plató, cuando pide un titular sobre la entrevista, va Diego Arrabal y dice: «No me gusta trabajar con una fracasada» (por Carmen). ¿Pero fracasada de qué? ¿De que no le haya salido bien la vacuna contra el Covid-19? En ese momento, Terelu se levanta y Emma echa una bronca a ese señor tan malote. Arrabal hace que Avilés parezca Noël Coward, siendo los dos una especie de Hermanos Malasombra calvos.

Estos días se han estrenado dos series españolas. «La valla» en Antena 3 (una cosa chunga entre «La zona», «Years and years» y «El colapso»). «Historias de Alcafrán» en La 1, donde una vaca es la narradora. Quizá es lo que la diferencia de «Crónicas de un pueblo». Puede una preferir la sencillez de una ficción a la pretensión de historias distópicas, con perdón, pero esto es pasarse de sencillez. Y de falta de interés. Contra eso, los Jurado y allegados ganan. Qué historias. Las Campos con sus cosas, madres que no hablan a sus hijos (el gran misterio de España junto a cómo se rebanó la falange Shaila Dúrcal). Lo de los Jurado es como «El desencanto» de los Panero, pero con el formato alargado de Telecinco.

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