Crítica de «Instinto»: «gatillazo» de Mario Casas, pese a su desnudo integral

Mario Casas regresa a la televisión con la serie original de Movistar+ creada por Teresa Fernández-Valdés, Ramón Campos y Gema R. Neira, de Bambú Producciones

Mario Casas protagoniza «Instinto» Movistar+

L.L.A.

«Instinto» llega con la promesa de revolucionar la ficción hecha por y para mujeres y de ser el «thriller erótico» que nos devolvería a uno de nuestros mitos (sí, eróticos) de la adolescencia: Mario Casas, el mismo con el que la mayoría de las chicas de mi instituto habían forrado sus carpetas. Parece que solo han cumplido la última parte.

Mario Casas ha crecido y nosotros también. El actor asegura que busca nuevos desafíos en su carrera interpretativa, y parece que Bambú Producciones y Movistar+ se los han ofrecido a golpe de látigo. Sin embargo, la ficción, que llegará a Movistar el próximo 10 de mayo, no cumple las espectativas que ellos mismos se han marcado. Un claro ejemplo de ello es que tras la proyección de sus dos primeros capítulos en el Festival de Cine de Málaga no hubo ni un solo aplauso. Cada uno de los asistentes abandonó la sala sobrecogidos por un tenso silencio. «¡Que vergüenza! He tenido que salirme de la sala y todo», comentaba una de mis compañeras tras la proyección. Sí, una mujer adulta. Justo el principal público de la ficción.

«Instinto» es una de esas ficciones que terminará enganchando al espectador por el sinfín de giros que contiene la trama (y sí, soy consciente de que apenas he visto dos capítulos). El problema es que no es nada de lo que nos habían prometido. Desde el primero momento aseguraron que su contenido sería muy subido de tono, incluso comentaban que solo una plataforma tan valiente como Movistar era la única que se atrevía con algo así. La compararon con «Cincuentra sombras de Grey»; con «Shame» , de Michael Fassbender, e incluso señalaron a «El año más violento» como una de las claras referencias de la ficción. Pero es que hasta en «El embarcadero», también de Movistar, se respira más sexo que aquí.

Sí, hay desnudos, sexo y sadomasoquismo (especialmente en los primeros veinte minutos donde se puede ver a Mario Casas como llegó al mundo ). Pero todo está rodeado por un envoltorio de máscaras, sedas y música clásica que lo único que hacen es enturbiar la trama. Demasiado postureo para tan poco placer. Las grandes orgías se quedan un plano secundario y dejan al espectador como un mero espectador de anuncios que está ahí esperando a que pase la publicidad para continuar viendo la serie.

Con apenas dos capítulos, poco se puede sacar del thriller más allá de que parece abrir demasiadas tramas. Marco es un joven empresario que lidera una de las compañías tecnológicas más exitosas del panorama internacional, ALVA, y que se encuentra en uno de sus mejores momentos tras haber presentado en el mercado su último prototipo: CICLÓN, un coche eléctrico propulsado por turbinas que convierten el viento en energía. Y, además, tiene un físico de infarto y un aire de misterio que hace que cualquiera que pase por su lado se quede encandilado.

Marco lo tiene todo, hasta traumas infantiles que tienen que ver con la atípica relación que tiene con su familia. Una que cuenta con la gran Lola Dueñas como madre y con el sorprendente Óscar Casas (Cuidado con tu hermano, Mario). Pero todo esto parece que pasará a un segundo plano tras la aparición de Silvia Alonso . «Soy la tentación en persona», dijo la actriz en la presentación. Una tentación estereotipada hasta decir basta. Rubia, con buen tipo, de las que echan horas extras en lencería... Menos mal que Ingrid García-Jonsson, que interpreta a la cuidadora del hermano de Marco, parece que pondrá un poco de cordura en todo esto.

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