Un fin del mundo

A la espera de que llegue el verano, un grupo de adolescentes se fija en una chica nueva que acaba de llegar. Cuando se va la luz, el apagón se convierte en la excusa perfecta para ir a explorar la playa deseando que llegue el calor. Mientras pasan un tiempo juntos, hablan de sus preocupaciones, intereses y miedos, de cara al mundo adulto al que están a punto de entrar. Con el título de “Un fin del mundo”, el director Pedro Pinho da a entender que su película es un drama que se sitúa en el vacío, en la paz, o el equivalente de ello para unos adolescentes que se escapan para pasar un rato juntos en la playa. Es entonces cuando el relato se vuelve una oda a la infancia que los chicos están a punto de dejar atrás y una exploración del futuro que les espera. Pedro Pinho, portugués, es amante a partes iguales de la ficción y el documental. Aunque “Un fin del mundo” es su ópera prima en cuanto a historias que no existen, es su segundo proyecto, habiendo creado antes un relato arraigado a la realidad. A partir de entonces, va alternando sus preferencias a la hora de crear sus filmes.