Tokyo Eyes

K se ha inventado un personaje, el Justiciero, y se dedica a disparar a todas aquellas personas que, según él, sobran en su sociedad. El problema es que lleva unas gafas muy gruesas y nunca acierta a matar a nadie. La policía lo conoce con el sobrenombre de ‘cuatro ojos’ y va tras sus pasos. Hinano, hermana de un agente, coincide con él en el metro, lo conoce y se enamora. K le mostrará que su personaje tan sólo forma parte de una especie de juego.

Esta coproducción entre Francia y Japón es una mezcla entre comedia y thriller, y se transforma en una película romántica hacia el final de la cinta. Además, esconde también una crítica social, denunciando la soledad a la que se ve sometido el hombre en medio de una sociedad excesivamente tecnificada, sólo superable gracias al contacto humano. Está dirigida por el francés Jean-Pierre Limosin, autor de documentales sobre realizadores como Abbas Karostami o Alain Cavalier. Limosin, sin conocer el idioma japonés, se trasladó a rodar a Tokio y lo hizo con actores nativos como eran Shinji Takeda y Hinano Yoshikawa. Además, contó con un cameo de una de las más grandes estrellas del cine japonés: Takeshi Kitano (“Sonatine”).