Todo queda en casa

Sally, que trabaja en una hamburguesería de un pequeño pueblo, está embarazada de un tipo casado que acaba de morir en circunstancias poco claras. Sin comerlo ni beberlo, Sally, que ya tiene bastantes problemas, se encuentra en el centro de una conspiración orquestada por la manipuladora mujer del amante muerto, que desesperada por descubrir la identidad de la amante de su difunto esposo, encarga a sus hijos, Dorian y Angus, que la busquen sin cansancio para ajustar cuentas.

Dirigida por Dean Parisot, “Todo queda en casa” es una comedia romántica de enredos, persecuciones, asesinatos y hamburguesas que ha contado con la intervención en el apartado de producción de dos cineastas de prestigio, Barry Levinson (“Rain Man”) y Lawrence Kasdan (“Fuego en el cuerpo”). Gran parte del atractivo del filme reside en la interpretación de la siempre jovial Drew Barrymore, secundada por Luke Wilson (“Una rubia muy legal”), Catherine O'Hara (“Wyatt Earp”), Jake Busey (“Starship Troopers”) y Shelley Duvall (“El resplandor”).