Sin techo ni ley

Mona, que tras acabar el instituto trabaja como secretaria, se cansa de sus jefes y decide dar un nuevo rumbo a su vida, yéndose a recorrer mundo. Pero una mañana es hallada en la cuneta de una carretera, muerta de frío. A través del testimonio de las diferentes personas que se han ido cruzando con Mona, se va reconstruyendo el vagabundeo de la muchacha hasta su triste final.

Esta singular y evocativa historia de carácter intimista, casi documental, fue dirigida por una de las realizadoras más innovadoras y pioneras del cine europeo: Agnès Varda, directora, entre otras, de “Las cien y una noches”, “La felicidad” o “Cleo de cinco a siete”. Muchos de los elementos estilísticos con los que dotó sus primeras obras, en la década de los 50, fueron luego recogidos por los directores franceses de la Nueva Ola.

Tan simple como poderosa, esta historia sobre encuentros, oportunidades perdidas y el precio que se debe pagar a veces por ser fiel a un estilo de vida, recibió numerosos galardones. Su protagonista, Sandrine Bonnaire (“La Peste”), obtuvo el César como mejor actriz, mientras que la directora se alzó con el León de Oro de Venecia por ella.