Pure

Mel es una madre viuda que cuida de sus dos hijos pero no puede sacar adelante a la familia y, como medio de evasión, opta por la heroína. Cada vez se encuentra más inmersa en la droga y su hijo Paul es testigo de su adicción. Con la ayuda de la camarera local, Paul debe ponerse en la piel de un adulto y salvar a su madre de las atenciones del camello del pueblo.

Mediante un tono dramático y una puesta en escena realista, esta producción británica adentra al espectador en la vida de una heroinómana de un modo trasgresor y original, pues el objetivo de la cámara se halla en la mirada de un chico de diez años. Este filme, que se llevó un premio en el Festival Internacional de Cine de Berlín, tuvo buenas críticas también en Estados Unidos, sobre todo por el papel que interpreta Harry Eden (personaje de Paul) quien, después de este filme, fue uno de los secundarios en filmes como "Peter Pan: La gran aventura" y "Oliver Twist". La historia es sólida pero no llega a la espectacularidad y, por tanto, se queda lejos del arte, hecho que puede explicarse por tener un guionista de series de televisión totalmente alejado del mundo del cine, Alison Hume.