Pánico en la granja

Un vaquero y un indio quieren hacerle una fiesta sorpresa a su caballo. La fiesta, que termina con unos fuegos artificiales artesanales termina en tragedia: su casa queda destruida.

Los directores belgas Stéphane Aubier y Vincent Patar quisieron hacer la puesta en largo de la serie "Panique au village". Para ello, desbordaron toda su imaginación para crear una trama genuinamente fantasiosa para que protagonizaran sus compañeros de infancia: un vaquero y un indio de plástico. No defraudaron y los dos muñecos se adentraron en una trepidante aventura a través de la tundra, las profundidades submarinas, el mismísimo centro de la tierra y hasta llegar a un universo alternativo.

La propuesta, creada en 260 días de rodaje y usando 1.500 figuritas de juguete, tuvo muy buena acogida entre la crítica. Tanto fue así, que se mostró en Cannes (aunque fuera de competición), recibió una nominación para los César (los equivalentes galos de los Goya) en la categoría de mejor película extranjera, y ganó el galardón de mejor filme infantil en el Festival de cine Fantástico de Sitges.