Offline: La vida no es un videojuego

Jan, un chico de 17 años y ávido jugador de videojuegos, encarna en el mundo digital al guerrero Fenris en el juego "Batalla de Ulgard". Mientras está ocupado preparándose para el "Ragnarok", el próximo torneo digital a gran escala, es víctima de un robo de identidad por parte del jugador que se hace llamar Loki. Así, la aventura para derrotar a este mago oscuro salta de la pantalla del ordenador para convertirse en una misión en la vida real, en la que contará con aliados inesperados y muchos obstáculos a superar.

Florian Schnell, cineasta alemán, se presenta al mundo en 2016 con su ópera prima, "Offline: la vida no es un videojuego", una historia de aventuras en la que la experiencia de un chico en el campo de batalla virtual se ve puesta a prueba cuando se traslada al mundo real y lo que está en juego se convierte en algo mucho más valioso para él.

La trama de la película se desarrolla tanto dentro de la pantalla del ordenador como fuera, y quien parece ser de un modo en el juego puede resultar ser completamente distinto. Así pues, en el filme hay dos grupos de actores: los jugadores, con nombres alemanes, y los personajes, que hacen referencia a la mitología nórdica.