Melodía para un asesinato

Jimmy es un joven introvertido, que vive bajo la influencia de un padre dominante que trabaja para la mafia. El joven es un virtuoso del piano y amante de la música clásica, pero su personalidad se transforma cuando trata con los colaboradores del negocio poco ortodoxo de su padre.

Debut como director de James Toback, un realizador que obtuvo cierto reconocimiento crítico por su película "Black and White" (1999), en la que intentaba analizar la influencia de la cultura afroamericana en los jóvenes blancos estadounidenses. En este su primer largometraje, Toback contó como protagonista a un Harvey Keitel que vivía una época de prestigio como actor. Keitel había rodado hacía poco "Malas calles" (1973), "Alicia ya no vive aquí" (1974) y "Taxi Driver" (1976), de Martin Scorsese, y "Los duelistas" (1977) de Ridley Scott. Sin embargo, curiosamente, a partir de "Melodía para un asesinato", el actor fue relativamente olvidado por las grandes productoras, hasta que su papel de policía en "Thelma y Louise" (1991) de Ridley Scott le relanzó de nuevo a la fama. En todo caso, en el film que nos ocupa, podemos verlo en un papel de chico introvertido poco habitual en él.