Para salvar su granja de la bancarrota, una madre soltera comienza un negocio de cría de saltamontes comestibles con los que pronto desarrolla una obsesiva relación. El realizador Just Philippot debuta al frente de un largometraje con esta cinta que mezcla drama, terror y suspense en el que una madre que se deja la piel para tirar hacia delante su familia desarrolla un extraño vínculo con los insectos que cría, hecho que la llevará a enfrentarse a los campesinos de la región y a sus propios hijos, que ya no la reconocen. La cinta obtuvo el Premio del Jurado y el galardón a la mejor actriz para Suliane Brahim ("Zona Blanca") en el Festival de Cine de Sitges de 2020.