El sonido del trueno

Año 2055. En el centro de un Chicago modernizado los avances tecnológicos permiten viajar en el tiempo y, para los multimillonarios, contratar safaris a la prehistoria para cazar dinosaurios. Sólo hay tres reglas que no conviene saltarse: no dejarse nada olvidado en las expediciones, no traerse nada de allí, y, sobre todo, no cambiar nada del pasado.

Peter Hyams ya había dirigido viajes temporales en "Timecop", de Jean-Claude Van Damme, y vuelve a retomar esta premisa con la cinta que nos ocupa. Partiendo de un relato breve de Ray Bradbury, novelista conocido por "Farenheit 451", Hyams sugiere una idea que ya había sido utilizada un año antes en "El efecto mariposa" de Ashton Kutcher. Pero en esta ocasión el batir de las alas provocó una auténtica catástrofe. La película fue durísimamente vapuleada por sus pobres efectos especiales, unas interpretaciones poco creíbles, numerosos errores científicos y diálogos absurdos. Quizás todo ello influyó en la opinión del público, que huyó despavorida de las salas que la proyectaban. Así, de sus más de 65 millones de euros presupuestados, se recuperaron menos de diez. No obstante, el filme gozó de cierta popularidad en las salas españolas.