Combustión espontánea

Sam descubre, con sorpresa, que es capaz de canalizar su furia en forma de pequeñas bolas de fuego capaces de deshacer los objetos que toca. Al parecer, sus padres participaron en un experimento relacionado con la energía atómica antes de que él naciera, dando origen así a sus extraños poderes. Cuando empiezan a aparecer cadáveres calcinados cuyas muertes no ha provocado, el joven empieza a sospechar que no es la única persona en el mundo que posee esta habilidad.

Tobe Hopper, una de las personalidades más destacadas del cine de terror, con títulos míticos como "Poltergeist" o las dos primeras partes de "La matanza de Texas" a sus espaldas, firma aquí una de sus menos reconocidas películas. De hecho, sus más acérrimos seguidores tienen una manía particular a "Combustión espontánea" porque Hopper abandonó el guión de la tercera parte de "La matanza de Texas" para dirigir esta película, en la que se apartaba del terror puro en pos de la ciencia ficción. Brad Dourif, nominado al Oscar por su interpretación en "Alguien voló sobre el nido del cuco", protagoniza la cinta.