José Coronado: «Nuestros personajes son indefendibles»

La situación que ningún padre quiere vivir con una hija es que esta crezca y, un día, aparezca con un novio. No uno cualquiera. Aquel que representa todo lo que no quería para ella. Ese día es precisamente el que les llega a tres padres, a Arturo (José Coronado), Poli (Roberto Álamo) y Chus (Javier Cámara): sus dulces hijas han decidido tirar su futuro a la basura echándose tres novios abominables, según ellos. Su solución: aunar fuerzas para librarse de sus yernos como sea. «Es la historia de tres cuñaos que bien podríamos llamar “Tres tontos muy tontos”», dice José Coronado. «O “Yo, por nuestros hijos, mato”», responde Javier Cámara.

¿Empatizaron con sus alocados personajes? «No, ¡por Dios! No he podido. Son indefendibles. Al menos Arturo, por egoísta. Porque cuando le está diciendo “es por tu bien” a su hija, no es por su bien. Es por el bien de él mismo, como él concibe que hay que ser feliz. Es una falta de respeto», argumenta Coronado. «Son personajes muy peripatéticos. Hacen gracia porque son unos desastres. No se preocupan en hablar con sus hijas o en conocer a los chicos. Así que traman un plan entre ellos como si fueran adolescentes. Total, estas chicas son manejables», argumenta el actor que da vida a Chus.

«Bueno, al final creo que sí que empaticé con Arturo. Lo bonito de la película es que cuando empieza, ellos no se aguantan… Y en el periplo de sus maldades, empiezan a conocerse», reflexiona Coronado. «Yo sí te quiero mucho, ¿eh?», interrumpe Cámara. «El denominador común de todos los personajes es que el amor nos redime a todos porque todos lo hacen por amor, equivocadamente», continúa el protagonista de «No habrá paz para los malvados». Menos mal que Carlos Therón, el director, decidió dotar de humor a la película. Si no, Cámara tiene muy claro cual hubiese sido el final: «Si fuera un drama, tú (Arturo) sacarías la pistola y habríamos acabado rápido».

«Somos peripatéticos. Hacemos gracia de los desastres que somos»Javier Cámara

«Es por tu bien» no rompe los cánones estrictos de una comedia familiar, pero quizá sí en la forma de reflejar la sociedad actual. «No es una comedia de chistes, chistes, chistes. Es una comedia de situaciones muy divertidas impregnadas con bromas de los productores y de los propios actores», añade. Durante el rodaje, una vez tenían la toma que el director, quería hacían la versión «freestyle», donde todo el reparto daba rienda suelta a su imaginación. «Gran parte de la película está grabada de ese modo», dice sonriente Coronado. «En la comedia, divertise es necesario», añade Cámara.